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EL PRESIDENTE DE BRASIL ES INVESTIGADO POR LA CORTE

Temer resiste en el cargo en medio de su peor crisis política por coimas

El mandatario aseguró que no renunciará, al defenderse de las acusaciones surgidas en la Justicia tras ser grabado avalando coimas de un gigante cárnico a integrantes de su espacio político. Llovieron pedidos de juicio político. Definen elecciones anticipadas.

El presidente de Brasil, Michel Temer, dijo ayer que no renunciará, pero su supervivencia en el cargo frente al terremoto político provocado por escuchas autorizadas por la Corte Suprema sobre corrupción está amenazada por siete pedidos de juicio político, el quiebre de su base de apoyo en el Congreso y manifestaciones por elecciones anticipadas.
El Supremo Tribunal Federal (STF) abrió ayer una investigación contra Temer por obstrucción de la justicia, de acuerdo a la decisión del juez de la corte Edson Fachin, quien instruye la Operación Lava Jato para personas con fueros, en una jornada de altísima tensión en la que fue suspendido del cargo por corrupción el senador Aecio Neves, jefe del Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb).
Los planes para elegir un sucesor de Temer estuvieron en el centro de los diálogos comandados por el presidente de la Cámara de Diputados y número 2 del país, Rodrigo Maia, debido a que si el presidente cae, en esta fase del mandato, el Congreso debe realizar una elección para elegir al sucesor.
Fachin suspendió en el cargo al senador y ex candidato presidencial Aecio Neves, grabado planificando entorpecer la Operación Lava Jato y pidiendo unos 600 mil dólares en sobornos al dueño del frigorífico JBS Friboi, Joesley Batista, quien lo grabó y le envió el dinero, una operación filmada por la Policía Federal, que ayer divulgó fotografías del dinero y de la entrega de valijas.
La respuesta de Temer al vendaval fue: “No renunciaré; repito, no renunciaré”,  y negó haber avalado comprar el silencio de su ex aliado preso Eduardo Cunha, quien en la cárcel recibió sobornos por parte de la empresa JBS. Cunha fue el cerebro el juicio político que destituyó a Dilma Rousseff y le dio la presidencia a Temer.
Parte de la base aliada del mandatario dejó el gobierno y el ministro de Cultura, del Partido Popular Socialista (PPS), Roberto Freire, renunció.
“Escuché el relato de un empresario que dijo que auxiliaba a la familia del ex parlamentario. En ningún momento compré el silencio de nadie. No le temo a ninguna delación. No necesito un cargo o fueros; siempre honré mi nombre”, dijo Temer en un pronunciamiento en el que expresó su disposición a permanecer en el puesto.
El presidente calificó las escuchas autorizadas por el Supremo Tribunal Federal como “pruebas clandestinas” y dijo que pidió el acceso a los audios que fueron grabados el mes pasado.
Temer manifestó que “no se puede tirar al tacho de basura de la historia tanto trabajo” para enfrentar la recesión.

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