Una cubierta o techo verde es una forma de cultivar plantas en el techo de un edificio o una casa. Sirve para recrear en terrazas espacios verdes que funcionen como jardines tradicionales. Hoy, se pueden pensar hasta huertas urbanas.
Técnicamente, consiste en una serie de capas que primero aseguran la estanqueidad hídrica; luego se hace la protección anti raíces y se verifica el correcto drenaje de agua. Por último, le sigue un sustrato diseñado para conseguir la máxima productividad y mantenimiento de la capa vegetal, que puede ser ornamental o productiva.
En general, se evalúa el tipo de obra y sus particularidades, sobre esa base, seleccionar el sistema. Hay que considerar el peso que soporta la losa, el uso que se hará de la cubierta y si será transitable o no. También hay que analizar su mantenimiento, que puede ser bajo, medio o alto.
Más allá de su evolución, hoy se dispone del sistema tradicional, en el que se utilizan diferentes capas de impermeabilización y membranas específicas. Es el sistema más antiguo, que si bien aún se utiliza no es viable para todo tipo de obras. Debe disponerse de una losa que soporte el peso, dependiendo la especie, de alrededor de 250/350 kilogramos por metro cuadrado.
En la actualidad, el sistema más utilizado es el modular. Emplea unas placas que son muy sencillas de instalar. Puede ser transitable o no, manteniendo su potencial para ser retirado y recolocado cuantas veces sea necesario, por cuanto no se fijan a la cubierta.
Generalmente, se realizan con piezas termoformadas de polietileno de densidad media (PEMD), que miden 50 centímetros de lado y 5, 10 o 15 cm de altura, con una reserva de agua de 10 decímetros cúbicos por metro cuadrado y barrera anti raíces. Los bordes de las placas desaparecen cuando la vegetación se establece por completo
Finalmente, su versatilidad hace que se puedan colocar en diversas superficies, aunque no hubieran sido planificadas o pensadas originalmente para tener verde. Son livianas y admiten todo tipo de especies.
Ventajas
Aislación. Reducen inmediatamente la temperatura interior de la construcción.
Los expertos le atribuyen una serie de beneficios, entre los que se destacan:
• Mejoran el aislamiento térmico del edificio inmediatamente, al reducir hasta un 54 por ciento los costos de calefacción o refrigeración. De este modo, se minimiza la huella de carbono y bajan considerablemente los costos de funcionamiento.
• Contribuyen al aislamiento acústico.
• Vuelven más habitables los inmuebles y suman espacios verdes (paisaje o huertas orgánicas comunitarias)
• Aumentan el valor de reventa de la propiedad.
• Protegen la impermeabilización de la cubierta, aumentando su vida útil.
• Retienen los primeros 30 mm de una lluvia normal, aliviando los desagües.
• Su bajo peso no requiere construir estructuras especiales.
• Mejoran la salud, generan el oxígeno requerido por una persona.
Especies a plantar
Respecto a las especies, es posible recrear en terrazas verdaderos paisajes. Sus características habilitan un abanico indefinido de posibilidades y combinaciones.
Se recomienda usar césped autóctono con bajos requerimientos hídricos, como bermuda grass (gramilla común).
En cuanto a las plantas, admiten cualquier especie que crezca en el lugar y clima de la obra, y hacerla prosperar adecuadamente en el techo.
Huerta. Los techos verdes no solo admiten césped: también pueden cultivarse aromáticas, verduras de hoja y otras especies propias del clima de la zona.
Precio
El costo del metro cuadrado depende de las especies que se utilizan. En general, varía entre $6000 por m2 (sin sistema de riego) hasta los $15.000.
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