None
La decoración y el revestimiento del suelo en maderas nobles como el pino, roble o castaño son habituales.
DECORACIÓN

Cómo hacer de tu hogar un refugio

Descontextualizando objetos y mobiliario se puede conseguir un cálido y confortable espacio que invite a quedarse.

Cuando llega el frío apetece quedarse más en casa y nuestro hogar también pide una pequeña transformación si queremos hacer de él nuestro refugio, incluso en zonas urbanas. La diseñadora Belén Sueiro sabe cómo adaptar un hogar a un refugio de montaña, con pequeños detalles que siempre se dirigen a lograr mayor “calidez” en la vivienda, “que no importa que esté en medio del bosque o en mitad de la ciudad”, confiesa.
Sueiro asegura que lo más importante es abrir la puerta y “sentir el calor” de un ambiente que te abrigue y que te invite a quedarte en casa, “ese es el objetivo” para conseguir un verdadero refugio.
Aunque siempre que pensamos en un refugio de montaña nos viene a la mente la imagen de una chimenea, la interiorista no la considera imprescindible para crear este ambiente.
“Y si la tenemos y está inutilizada siempre podemos poner en su embocadura troncos o velas y así crear una sensación más campestre. Pero, si verdaderamente, tenemos el capricho de incluirla en la decoración recuerda que hay chimeneas de vapor de agua que funcionan exclusivamente con un enchufe y crean la sensación de chimenea”, indica la experta.
La luz es un elemento fundamental y aconseja optar por una incandescente que ofrece una luz más “cálida y abrigada” que una bombilla normal.
Los troncos y las velas se convierten en un elemento decorativo muy efectivo para crear una atmósfera más rural.
La decoración y el revestimiento del suelo en maderas nobles como el pino, roble o castaño son habituales. Sin embargo, Sueiro indica que las pizarras de desecho para el suelo “funcionan muy bien” y son más baratas. “Se usaron mucho en los años 60 y la sensación que aportan es muy cálida, aunque también los actuales porcelánicos de imitación a madera están muy conseguidos”.

Piel y pelo
El ladrillo o la piedra en la pared suelen ser habituales en las casas de montaña donde los muros son gruesos y se deja al descubierto parte del armazón, sin embargo, si eso no es posible, no aconseja sustituir ese efecto por papeles pintados que simulen la piedra “hay materiales difíciles de imitar” y como sustituto propone “estampados de tartán, que quedan fantásticos evocando la calidez del invierno”, explica.
Para lograrlo aconseja utilizar “una alfombra de piel”, independientemente de si el suelo es de madera o tarima.
“Hay alfombras de piel de vaca, o que la simulan, que son muy apropiadas para situar en la entrada o bien en el salón frente al sofá. Son excelentes para dar el primer impacto”, comenta la diseña dora. El terciopelo es el textil estrella de esta temporada, razón por la que la especialista propone esta tela para adornar el sofá con cojines, que den esa calidez que buscamos en el asiento.
“Además, en este caso, sobre el sofá o una butaca podemos colocar una manta de piel para dar calor en las noches de invierno”, afi rma, considerando que incluso con calefacción apetece taparse si estamos leyendo o sentados con tranquilidad.
Los terciopelos, las franelas, son telas de invierno, pero tampoco desplaza a los linos de algodón en tonos naturales.
“Ideales para este tipo de decoración también”, según Belén Sueiro.
Además de la piel, el acero es otro de los materiales que quedan muy bien para crear ambiente de refugio.
“El hierro puede ser muy cálido pintado en negro”, cuenta Sueiro que planea candelabros, canales de velas y leñeros en ese material y tono.

La importancia de la luz
Belén Sueiro da una gran importancia a la luz y sus matices, sobre todo teniendo en cuenta que en invierno las horas de luz se reducen y es más necesaria la luz eléctrica que en verano. Una razón por la que aconseja cambiar el tipo de bombilla y optar por una incandescente que ofrece una luz más “cálida y abrigada” que una bombilla normal.
Los terciopelos, las franelas, son telas de invierno, pero tampoco desplaza a los linos de algodón en tonos naturales.
Las lámparas se pueden cambiar y guardar con facilidad, por ello recomienda que sustituyamos la de siempre por una lámpara de astas de imitación de ciervo, que nos haga pensar que la naturaleza también forma parte de la decoración.
La diseñadora desvela que los techos no son tampoco una condición indispensable, “aunque su revestimiento en madera hace mucho más cálida la vivienda, pero para ello no es necesario que sean altos, sino que estén bien iluminados”, asegura Belén Sueiro.

COMENTARIOS