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Pisar madera

Los suelos de este material aportan calidez y elegancia, resguardan del frío y no añaden calor extra durante los meses de verano. Su extensa variedad permite dar gusto a todas las necesidades y estilos.

Los suelos de madera nunca pasan de moda, combinan con cualquier estilo decorativo y se adaptan a todas las latitudes y temperaturas. Siempre se han relacionado con ambientes clásicos, pero los nuevos tratamientos de las maderas se adaptan incluso en el baño, gracias a los métodos que las protegen de la humedad. Si a eso se lo acompaña de cambios en los diseños, las maderas ofrecen posibilidades que hasta ahora no se habían explorado. La elección del tipo de material, sus tonalidades o acabados, vendrá siempre determinada por el tipo de ambiente que pretendemos conseguir. La decoración de terrazas y cocinas con tarima ha constituido toda una novedad. La madera de ipi, de Brasil, es una de las más habituales para vestir los alrededores de una piscina.

Flotante

Los suelos de madera flotante son los que están tomando la delantera a la tarima y el tradicional parqué. Esta opción es muy solicitada no sólo porque es muy resistente sino porque su instalación es muy limpia y rápida, y se puede colocar sobre el suelo original existente. La tarima de madera maciza es el suelo más resistente. Permite acabados muy distintos porque la riqueza de sus vetas no permite encontrar una tabla igual a otra. Es un buen aislante térmico y acústico, y su grado de elasticidad la hace recomendable para todo tipo de climatología. Se barniza en el momento de la instalación, por lo que en un mínimo de tres semanas no se puede pisar si no queremos que la huella quede marcada. Su mantenimiento permite varias restauraciones. El tradicional parqué ofrece distintas posibilidades decorativas por los dibujos diversos que se pueden obtener con su combinación. Es el más económico aunque su instalación es más complicada, pues el suelo debe estar limpio, seco y liso. La madera, como material vivo, es muy sensible a los cambios de temperatura, y es habitual que las piezas se dilaten y contraigan con los cambios climáticos. Cada cierto tiempo, debe ser acuchillado y barnizado de nuevo. Si lo que tiene es un presupuesto ajustado, puede elegir maderas sintéticas, que imitan a la perfección a las naturales. Eso sí opte por las de mayor calidad y garantía sino quiere que a la larga lo barato acabe saliendo caro. Los tableros están fabricados con fibras de madera que se recubren con papel decorado que reproduce el aspecto de la madera. Hay dos clases de laminados: los de presión directa y los de alta presión. Los primeros se instalan directamente sobre el tablero de base estable y se reviste con una capa protectora. En el segundo, varias láminas transparentes se prensan junto con el papel decorado para colocarse después sobre el tablero base. Ninguno de estos suelos está preparado para soportar altos grados de humedad.

Elija su ambiente

No se decora igual la oficina que un salón, la consulta de un médico o la habitación de los niños, pero lo cierto es que en todos los ambientes se quiere lograr un espacio cálido y agradable. Cada lugar requiere un tipo de madera en función del desgaste que va a sufrir. Para determinar el que mejor se adecua a nuestras necesidades ahí van algunas sugerencias. Si pretende conseguir un ambiente contemporáneo, muy actual diríjase a suelos en maderas claras: haya, arce o fresno serán una estupenda apuesta. En ambientes clásicos el roble o el nogal consiguen espacios confortables en los que el suelo se funde con el mobiliario creando espacios de absoluta elegancia. Si prefiere un diseño de vanguardia, las maderas teñidas en diversidad de colores harán del suelo un elemento decorativo en sí mismo cediéndole el paso como absoluto protagonista. Los enamorados de los ambientes étnicos, de inspiración colonial no pueden confundirse, su suelo es el de caoba o nogal. Las maderas tropicales como el iroco o la teca también pueden ser ideales para recrear este tipo de ambientes. El pavimento de bambú macizo es otra de las opciones, aunque no estamos hablando de madera sino de una planta cuya dureza en la escala de Brinell (escala que se utiliza para determinar cuáles son las maderas más resistentes) es de 4,7, mayor que la del roble rojo o el arce. Presenta menos dilataciones y contracciones que la madera. Al tratarse de una planta de crecimiento rápido, es un producto fácilmente renovable.

Mantenimiento

Conseguir que el suelo se mantenga atractivo y envejezca con armonía hay que seguir unas reglas de mantenimiento en las que prevenirlo de la arenilla y la suciedad es lo elemental. Colocar protectores en las sillas y en los muebles para evitar su rozamiento y que con ello que se raye el suelo es sencillo y práctico en todos los lugares de la casa. Los entendidos recomiendan lijar la madera cada seis o siete años para seguir manteniendo la belleza del primer día. Para que el barnizado tenga una buena apariencia lo más adecuado es aplicar dos capaz de barniz. La limpieza diaria es sencilla, pero cuando quiera hacerla más profunda uno de los remedios caseros más habituales y efectivos es mezclar agua con un chorrito de vinagre.

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