RODRIGO DE LA SERNA

"Para ser un hombre de comedia hay que ser feliz y para serlo del drama, más feliz aún"

De la Serna y Martínez se conocieron en el teatro, convocados para la última versión local del “Amadeus” de Peter Shaffer, en la que interpretó el papel epónimo del célebre compositor que el segundo compuso en el estreno de hace más de dos décadas, y juntos también aceptaron el desafío más riesgoso para un actor, el de la comedia con un fondo de drama.
“Inseparables” es una reu-nión no solo de actores de renombre sino también de personajes que replican y a la vez adaptan a los de la versión original de 2011, aquella dirigida por Eric Toledano y Olivier Nakache, que resultó un éxito de taquilla y ya tiene en producción una tercera remake estadounidense dirigida por Simon Curtis, con Bryan “Breaking Bad” Cranston y Kevin Hart.
Se trata de la historia de un hombre maduro, millonario, distinguido, amante de la pintura y la buena música pero que está cuadripléjico; y que además de mostrarse arisco con quienes le rodean, no sabe cómo resolver un amor que ha conquistado a la distancia; y la de otro más joven, humilde y vulgar, que se convierte en su asistente.
“Los dos papeles, Amadeus y Tito, comparten cierto histrionismo, desenvoltura, desfachatez”, aseguró De la Serna y confesó que cuando el productor Luis Alberto Scalella lo convocó no había visto la versión original del filme francés.
“Mi personaje es el de un pibe que tiene muchísima más calle que yo, que en algún momento orilló lo marginal, de una clase social muy opuesta a la de su antagonista, con una vida muy dura”, explica De la Serna y agrega: “Tuve que aferrarme mucho al guión, que es una partitura muy precisa y perfecta, y a lo medular del relato, que es el vínculo que se da entre ellos. Entre lo que uno ha caminado y observa, y ese guión, salió este personaje”.
“'Inseparables' es, francamente, una comedia-dramática, y cómo irrumpe este personaje atorrante en esa mansión da pie a una comedia perfecta, a pesar de que lo medular de este vínculo tan profundo es en serio. La comedia es mucho más que la humorada. Las comedias de Shakespeare eran tragedias pero con un final feliz. En este caso el relato pide cierta profundidad emocional. No es un drama sino la vida misma, es llegar a ese fondo con la emoción que requería el relato”, explicó.
“Vittorio Gassman hablaba de que el actor que puede enfrentar una comedia es el más grande. Para ser un hombre de comedia hay que ser un hombre feliz y para serlo del drama muy feliz, porque sino te come la tragedia”, dice De la Serna.
“Está buena la versatilidad, el poder tocar todas estas cuerdas. Y este personaje, pocas veces sucede, te pide tanto rango de una sola vez, un personaje con mucho barro pero a la vez mucha luz, que tiene una nobleza muy profunda dentro de su corazón, que ha sido muy golpeado por la vida. A primera vista es un ignorante, pero después va mostrando que es un histrión, un tipo divertido. Este papel es un banquete para un actor”.
En una de las escenas claves del filme, De la Serna interrumpe los sonidos de un cuarteto de cámara que acaba de interpretar el "Canon", de Pachelbel, con “Bombón asesino”, y lo baila con todo, marcando además un antes y un después en las vidas de estos personajes en las antípodas pero tan unidos.
“Es una síntesis de lo que sucede en esos dos mundos que se encuentran en ese lugar, fue de las escenas que más repetimos, la que Marcos decidió registrar de más ángulos, tres o cuatro, y la tuve que bailar varias veces, y la verdad es que nos divertimos mucho haciéndola”, reconoce.

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