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BELLEZA

Renovar la piel

La exfoliación resulta imprescindible para eliminar las células muertas e impurezas. Es una rutina de belleza que debe realizarse al menos una vez a la semana.

Quizá, la exfoliación sea una de las rutinas de belleza que más pereza da. Pero hay que tener muy presente que, además de ayudar a tener una piel suave, resulta ideal para que los productos cosméticos penetren mejor en la dermis y ésta absorba las bondades de los nutrientes e hidratantes.
La oferta de exfoliantes es inmensa, “pero lo más importante es elegir un producto que se adapte al tipo de piel. Los esteticistas recomiendan exfoliar la piel del rostro y del cuerpo “una vez a la semana, en el caso de las dermis secas y mixtas, y dos veces las grasas”.
Hay que tener en cuenta que la exfoliación debe hacerse siempre con suavidad y mediante pequeños masajes circulares sobre la piel ligeramente humedecida. “Si la piel está irritada, bien por pequeñas erupciones, alergias o después de tomar el sol, no se debe exfoliar, se podría dañar”, dicen
Tras este protocolo, la dermis abandona su tono apagado y gris y muestra luz y frescura. “Es aconsejable utilizar un producto facial específico con gránulos suaves para la exfoliación del rostro, evitando el contorno de ojos, y otro más intenso con grano más grueso para el cuerpo haciendo hincapié en los tobillos, los codos y las rodillas”, explican los expertos, quienes aseguran que después de este ritual se debe aplicar una buena hidratante.
Entre los beneficios de la exfoliación se encuentra la renovación de las células y la activación de la microcirculación, además de tonificar la dermis y evitar que el vello se enquiste.

En manos profesionales

La microexfoliación elimina las capas de células más superficiales de la epidermis. “Cuanto más profesional es el sistema, la exfoliación es más profunda”, explica el doctor Miguel Sánchez Viera, miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), quien asegura que este tipo de exfoliación “puede hacerse en casa con esponjas de superficie rugosa, guantes de crin o con un producto exfoliante y un aparato masajeador”.
Si se trata de una exfoliación química, hay que ponerse en manos de un dermatólogo que suele utilizar alfahidroxiácidos y betahidroxiácidos, “sustancias que deshacen el cemento intracelular, encargado de unir unas células con otras”, dice el doctor.
En las clínicas o centros de estética, para renovar la piel se utiliza la microdermoabrasión, además de una mascarilla con principios activos mucho más altos de los que se venden al público. “Otra opción son los ‘peelings’ químicos ricos en ácido glicólico, láctico y derivados”, puntualiza el doctor.
La piel grasa y acnéica merece una atención especial. “Es un error pensar que cuanto más se exfolie esta piel, mejores resultados se obtendrán, ya que en ocasiones se produce un efecto rebote y se produce más grasa”, añade el especialista. 

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