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PANTALLA GRANDE

“El último pasajero”, una película sobre la manipulación de la verdad

El cineasta francés radicado en la Argentina, Mathieu Orcel, es el autor de un atractivo documental que se estrenó este jueves.

Mathieu Orcel es un cineasta francés que vive en nuestro país y que elaboró un documental en el que retrata con particular sensibilidad a Eduardo Gamba, el ocupante de un hotel tradicional de la costa bonaerense, un “seductor” que manipula la realidad a su gusto gracias a una personalidad carismática y una envidiable capacidad narrativa.
 La película surgió como el registro del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud, que funcionó entre 1875 y 1993 en esa localidad balnearia cercana a Miramar, un edificio neoclásico erguido entre el océano y el campo, que actualmente está abandonado y ocupado por Gamba, quien se gana la vida realizando visitas guiadas donde narra la riquísima historia del lugar desde un especial punto de vista.
 Al igual que los visitantes, Orcel quedó fascinado con Gamba, un hombre de más de 80 años que administra o usurpa el hotel, donde vive junto a su perro Zipo y un gato en condiciones muy precarias: “Pero él no ve esa realidad, él vive como sí viviera en un castillo impecable y a su medida. Es una especie de Quijote con una utpía inquebrantable que no se va a dejar vencer jamás por la realidad”.
“Pasó de ser un personaje curioso y exuberante a convertirse en el protagonista de una película, porque atrás de su especial carisma están las ideas del filósofo armenio Georges Gurdjieff, toda una teoría sobre la manipulación de la verdad”, explicó Orcel, cuyo filme se ve a partir del jueves en el Cine Gaumont y en el Centro Cultural San Martín de la ciudad de Buenos Aires.
 Para el cineasta, Gurdjieff “llevaba el mismo estilo de vida de Gamba pero en París. Era un vividor, un usurpador que consideraba que existe una cuarta dimensión donde se puede vivir manipulando la verdad. Lo fascinante es que Gamba aplica esto a sus visitas guiadas. Él se alimenta de la manipulación y del poder que ejerce su relato en los visitantes”.
Gracias a un trabajo de registro y montaje minuciosos, en el que se asiste a un agudo retrato del protagonista, sus fantásticos relatos, sus contradicciones y la opinión de muchos vecinos que lo acusan de fabulador y usurpador, “El último pasajero” pone al espectador frente a un complicado dilema, ya que -al igual que Gamba- expone su mirada sobre ciertos hechos y datos, pero sin aclarar nunca si son verdaderos o falsos.
“Quería poner en foco la misma noción de realidad en el documental para hacer reflexionar al espectador y moverlo por distintos estados de ánimo. En definitiva no hay verdad, sino el relato que cada uno, como Gamba, hace de su propia realidad”, señaló Orcel y añadió: “¿Qué es la verdad? Básicamente no hay una verdad objetiva, sino una construcción”.
Para el cineasta francés “es muy importante que el cine cuestione esa noción de verdad y realidad, porque varía de acuerdo a quien la verbaliza. Por eso este es un documental real sobre la falsedad y la verdad y cómo el cine puede manipular esos dos elementos”.
Orcel sostuvo que “así como Gamba inventa y genera una ficción de su propia vida, y cambia su historia según el interlocutor y el momento, mi película entabla un juego con el espectador, una gramática donde el público entiende que nosotros también lo estamos manipulando, pero no al punto de pensar que todo lo que ve es mentira, sino que siempre persiste la duda”.
Con un guión que coescribió con Agustín Muñiz, Orcel (hombre orquesta que dirige, produce y filma sus propias películas) elaboró el retrato de “un personaje contradictorio, no unívoco, con muchos contraluces, un hombre en el que confluyen un juego de luces y sombras que representa la complejidad humana”.
“El último pasajero”, que acaba de ser exhibido en el 17mo. Bafici, aborda la historia de Gamba y del gran hotel Boulevar Atlántico en una pequeña localidad bonaerense en la que se cumple aquel dicho de “pueblo chico, infierno grande” y donde las habladurías, los rumores y las mentiras generan misterio y dotan al filme de un cierto tono de thriller que alude a “Twin Peaks”, de David Lynch.
 Ese clima misterioso está presente también en la propia historia distorsionada que Gamba cuenta sobre sí mismo, su llegada al lugar y la forma en la que se fue adueñando de él, su casamiento con una francesa llamada Mabel Dupont, la heredera del hotel, que se paseaba en bikini por todas partes, las reuniones ocultistas que convocaba para buscar “la cuarta dimensión” y las proyecciones cinematográficas que organizaba.
“Hay una cuestión vampírica en Gamba, algo de chupar la energía del otro. Es un chanta simpático, porque tiene la elegancia de los bandidos del pasado, no tiene maldad, pero se aprovecha de la ingenuidad de los otros. Es un seductor, un galán, un maestro en la filosofía de Gurdjieff, y al igual que él, un hombre de baja extracción social que se hizo de cero gracias al puro chamuyo”, destacó Orcel.
 En relación al carácter “vampírico” de Gamba, que también se vincula a su astucia y habilidad para seducir y supuestamente adueñarse de un hotel como el Boulevard Atlántico, es muy curioso que haya actuado en la película “Penumbras”, de Darío Arcella, que se filmó en ese mismo hotel y donde él encarna nada menos que al personaje de un vampiro que recibe a dos jóvenes que buscan refugio.
“Él es una saga de desgracias, pero igual es un tipo feliz porque su solución es mentir para seguir viviendo. Manipula la realidad según su necesidad. Pero otra cosa que me decidió hacer la película fue su dimensión cinematográfica, ya que él exhibía filmes en el hotel y como algunos estaban incompletos, él se encargaba de completarlos. Es un gran narrador y esa es la primera cualidad de un maestro gurdjieffano”, agregó Orcel.
 Y concluyó: “Es un tipo de una vitalidad enorme, a pesar de tener más de 80 años. Para él la vejez no es un naufragio sino un gran viaje que va mejorando cada día. El hotel mismo parece un Titanic a punto de hundirse, pero él ve en todo eso algo magnífico y grandioso. Elude todos los problemas con mentiras”.

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