PINTO

La grieta, la ciencia y los negocios… de Macri

“El periodista Jorge Lanata se refirió hace un tiempo a ciertas actitudes del gobierno de Cristina Kirchner a las que consideraba ´autoritarias´ y ´agresivas´ para con la oposición política y otros sectores de la sociedad, con la utilización del término ´grieta´. 
Según su pensamiento, era el gobierno anterior el máximo responsable de crearla y la misma adquirió inmediatamente una connotación negativa ya que a partir de allí, todos los medios ahora oficialistas (Clarín, La Nación, TN, América, etc.), hicieron referencia a ella demonizando al gobierno de Cristina Fernández  por ´promover´ esa división en la sociedad argentina.
Cuando hablamos de grieta, nos referimos a una separación que se produce en una superficie cualquiera y que deja sin conexión a las partes resultantes luego que la misma se produce. 
Del mismo modo, cuando nos referimos a las distintas formas de ejercer el gobierno de un país, cuando los rumbos que eligen los gobernantes son diametralmente opuestos, se puede decir que hay allí una grieta. Pero no del modo en el que la planteaba el otrora periodista independiente de izquierda en los ´80 y los ´90 y ahora empleado de Héctor Magnetto y conductor de un programa en Canal 13. 
La grieta se constituye en este caso, a partir de comparar los distintos modelos o proyectos de país que están en juego cuando gobierna la derecha política y económica o cuando el gobierno es ejercido por un partido que lleva adelante un proyecto nacional o ´populista´ como le gusta calificar a la derecha a los gobiernos populares. 
Esto es lo que ocurre cuando comparamos los 12 años de gobierno Kirchnerista con los 14 meses del gobierno de Cambiemos. Porque vemos que allí no hay nada en común, con lo cual habría una grieta. La referencia a algunos hechos y al tratamiento que ambos gobiernos dieron y dan al mismo tema, son suficientes para ver las diferencias profundas que existen entre ambos proyectos políticos. 
La ciencia, y la políticas científicas implementadas durante el gobierno Kirchnerista y el gobierno de Cambiemos son un claro ejemplo de lo que queremos expresar respecto a los dos proyectos de país que intentamos comparar en esta nota.  
En 2006 durante el gobierno de Néstor Kirchner, fue creada una empresa que rápidamente se constituyó en un orgullo para nuestro país. Se trata de ARSAT, una empresa aeroespacial cuyo fin era entre otros, construir un satélite de comunicaciones para que Argentina tenga su autonomía comunicacional, aspecto que es fundamental en el mundo contemporáneo.
ARSAT se constituyó en poco tiempo y gracias al apoyo estatal y al talento de los científicos que trabajan allí, en uno de los mayores emprendimientos científicos de la historia de nuestro país. Junto a otra empresa del Estado radicada en Rio Negro, llamada INVAP, ARSAT diseñó y construyó  los satélites ARSATt 1 y ARSAT 2, los cuales fueron puestos en órbita en 2014 y 2015, respectivamente. 
Estos extraordinarios artefactos tecnológicos son los mismos a los que se refirió el entonces candidato a la presidencia Sergio Massa en 2015, calificándolos en forma irresponsable y despectiva como “heladeras en órbita” y los mismos que el actual presidente Macri, dijo en 2014 que con su construcción se ´despilfarraba´ la plata porque ´no funcionaban´. 
Lo cierto es que con estas ´heladeras´ y este ´despilfarro´, todos los argentinos podemos ver televisión cómodamente o tener internet en nuestros hogares. 
Los satélites creados por ARSAT son elementos fundamentales para las comunicaciones, y lo que es más importante aún, gracias a ellos nuestro país va en camino de lograr la soberanía satelital y por ende la autonomía comunicacional, lo cual es algo extraordinario no solo para la Argentina, sino para cualquier país del mundo. 
Con este adelanto científico, nuestro país ya no tendrá que desembolsar más dinero para alquilar satélites a otro país. 
Lo cierto es que gracias a ARSAT y al trabajo realizado por los científicos argentinos, nuestro país ingresó al club que integran ¡ sólo 7 países ! que tienen en órbita un satélite propio, en este caso fabricado y diseñado por mano de obra calificada 100% argentina. 
Los otros países que cuentan con este privilegio son Estados Unidos, Rusia, China,  India, Japón. 
El plan de ARSAT se continúa con la construcción de un cohete lanzador propio, lo cual es algo fantástico ya que solo lo tienen 11 países en el mundo, y la puesta en marcha de otros aparatos que aportarán información muy útil para la agricultura, la pesca, la planificación territorial y la sanidad. 
Para ello, ARSAT ya tiene diseñado la construcción y lanzamiento al espacio de un tercer satélite, el ARSAT 3. 
Además, esta empresa que es orgullo nacional, ha desplegado la red más extensa e importante de fibra óptica que permite que la banda ancha llegue a todo el territorio del país. 
¿ Qué sucedió en  un año del gobierno de Cambiemos respecto de esta empresa, y de la política científica en general? 
Hoy asistimos, por parte del Presidente Macri, a una clara idea de desmantelar a esta empresa que es propiedad de todos los argentinos, y como dije más arriba, un verdadero orgullo nacional. 
Esto lo pretende hacer desregulando el mercado satelital y llevando adelante una política de ´cielos abiertos´ para que otras compañías compitan con ARSAT, como es el caso de la ya autorizada a hacerlo, empresa española Hispasat. 
Además, el ministro de Comunicaciones del gobierno de Macri, el radical Oscar Aguad, ya autorizó a cinco operadoras extranjeras más a operar, con lo cual produjo una clara violación de la ley de Desarrollo Satelital 27208 de 2015. 
Es evidente que el gobierno de Cambiemos no quiere que el Estado argentino tenga el monopolio de los satélites para nuestro país, (como debe serlo y como lo establece la ley) y pretende que otras empresas extranjeras intervengan, con el consiguiente perjuicio para ARSAT. 
Esto es lisa y llanamente condenar a muerte al proyecto que hizo que nuestro país tenga soberanía comunicacional, y sea una referencia a nivel mundial. 
Además de este desquicio del gobierno PRO-UCR, Macri fiel a su estilo y a los intereses que defiende, también piensa en los negocios. 
Efectivamente, para el Presidente, ARSAT puede ser un campo fértil para ello. Por eso una de las ideas que ya se concretó, es la comercialización del satélite ARSAT 2, para lo cual ya se llegó a un acuerdo con el canal deportivo TyC Sports. 
¿ Le suena ?, Por si no lo recuerda o no lo sabe, TyC Sports, es propiedad del grupo Clarín. Otra devolución de favores para el multimedio que puso en el sillón presidencial a Macri (el favor anterior fue la derogación vergonzosa de la Ley de Medios).
Pero esto no es lo único en lo que el gobierno PRO-UCR piensa sacar ventaja. La empresa española Hispasat a la que hacíamos referencia, no es una empresa cualquiera. Viendo su composición y quiénes son sus socios, descubrimos que Hispasat uno de sus socios es TESACOM, propiedad  de Federico Pinedo. Pinedo es senador de Cambiemos, y actual presidente provisional del Senado, el tercero en la línea sucesoria y el mismo que fue presidente por unas horas el 10 de Diciembre de 2015 cuando Macri no quería recibir los atributos de presidente en el Congreso de la Nación de manos de la presidenta saliente, como correspondía. Pero eso no es todo. Uno de los accionistas de Hispasat es nada más y nada menos que Autopistas del Sol, de la cual Mauricio Macri, a través de su empresa constructora Sideco Americana es accionista. O sea y resumiendo: Macri y Pinedo se autootorgaron una concesión para distribuir radio y televisión. 
Así de simple. Para eso tienen que desmantelar ARSAT. Nada es casualidad para Macri y sus amigos cuando se trata de concretar negocios. 
Las actitudes y las políticas de un gobierno y otro responden claramente a dos modelos de país diferentes, a dos proyectos de Nación que nada tienen que ver uno con el otro. 
Por un lado, el que se desarrolló entre 2003 y 2015, esto es un modelo de país que pensó en el desarrollo científico, en la autonomía comunicacional a partir de la construcción y lanzamiento de satélites propios surgidos de la labor de los científicos nacionales, en la incorporación de mano de obra calificada para dichos proyectos, en la inversión como jamás en la historia se le otorgó a la ciencia, en la incorporación de mayor cantidad de científicos al CONICET, en la reincorporación de aquellos que se habían ido en la década del 90 y en la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología. 
O sea que en estos años se trató de llevar adelante un modelo de país que propició y generó las políticas necesarias para el impulso de la ciencia desde el Estado. 
Del otro lado, aparece el actual modelo de país. Aquel que no tiene en sus planes ni el desarrollo científico, ni la industrialización y que solo pretende volver al modelo de país agro exportador de fines del siglo 19, donde se enriquecen unos pocos, y donde algunos forajidos siguen haciendo negocios desde el Estado. Antes los hacían desde el sector privado. 
Ahora con las riendas del poder político, pueden hacerlos con total impunidad desde el gobierno mismo, que para eso está lleno de ceos o gerentes de empresas. Y para poder concretar todo eso tienen a la prensa que los encubre, y a gran parte del Poder Judicial que mira para otro lado y solo se ocupa de buscarle causas falsas a Cristina Fernández. 
Además, la UCR que históricamente se destacó por marcar desde su Comité Nacional una línea en cuanto a la austeridad y la transparencia de los gobernantes de turno, hoy forma parte del gobierno, y por lo tanto encubre vergonzosamente la corrupción de Macri y sus ministros. 
Tampoco el comité de la U.C.R. dice nada acerca de la implementación de las políticas neoliberales que están llevando al empobrecimiento del pueblo argentino y a la destrucción de la ciencia y la industria nacional. Solo les preocupa que ´no los hagan partícipes de las decisiones´. 
Triste papel el de un partido centenario que históricamente defendió la institucionalidad y la ética de los gobernantes. 
El proyecto llevado adelante por el gobierno del PRO y la UCR, no tiene piedad en desmantelar ARSAT, en tirar por la borda 10 años de trabajo arduo y en retirar todo el apoyo estatal a este proyecto extraordinario que se había gestado desde el Estado Argentino. 
A Macri, Pinedo y Aguad, solo les interesa lograr el beneficio de las empresas a las que están vinculados. Por ello digo que entre un modelo y otro no hay ningún punto en común y por ello estoy a favor de que exista la grieta que separa los dos modelos de país. 
El proyecto actual solo quiere un Estado que le sirva de escenario al presidente para llevar adelante sus negociados, y para desarrollar un modelo económico basado en la agro exportación. Con esto obviamente no estoy de acuerdo. 
Sí estoy del otro lado. Del lado de un proyecto de país que quiere el desarrollo científico, la industrialización y obviamente la inclusión social. Este fue el modelo que se llevó adelante entre 2003 y 2015. Entre estos dos modelos no hay una grieta. Hay un abismo”.


(*) Ex concejal, docente jubilado. Fue director de la Escuela Secundaria Nº 2 de Coronel Granada.

COMENTARIOS