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EL FUTBOL DE ASCENSO Y LA ZONA SUR EN LA INTERESANTE MIRADA DE ADRIAN BINIEZ

Estrenaron “El 5 de Talleres”, la película que protagoniza el ameghinense Esteban Lamothe

El film narra desde una mirada muy sincera la vida de un jugador que está por dejar la actividad, acompañado de hermosas viñetas.

El fútbol de ascenso y la zona Sur del Conourbano bonaerense están retratados en el interesante filme “El 5 de Talleres”, que dirigió el joven Adrián Biniez y cuyo estreno se produjo el pasado jueves en varias salas del país.
La película tiene como protagonistas centrales al ameghinense Esteban Lamothe y a su esposa, Julieta Zylberberg, quienes le dan vida, respectivamente, a Sergio “Patón” Bonassiolle y a Ale, su pareja, quienes recorren el mundo del fútbol y el conurbano bonaerense desde Remedios de Escalada pasando por Lanús, Lomas de Zamora, Banfield y Termpeley, con un paso indie al estilo de los filmes de Kevin Smith y de Judd Apatow.
Biniez evita cualquier futbolización del filme inclusive desde la banda de sonido, ya que en ellas suenan ricas bandas del indie del Sur del Conurbano bonaerense como Copiloto Pilato, Los Brujos, Babasónicos y Tía Newton.
Es que en los ´90, Biniez formó parte de Reverb, una emblemática banda de Escalada, vinculada al rock indie y alternativo, por lo que prescinde de convertir el filme en una comedia costumbrista con bandas de rock barrial o chabón, sonando como cortina. El filme además está narrado como las canciones de Adrián Cayetano Paoletti, Viva Elástico, los Reyes del Falsete o los Sub, que cuentan la mágica vida de la zona sur, desde los vagones o los andenes del Tren Roca, columna vertebral de esa poderosa región del Gran Buenos Aires, la Tercera Sección Electoral, esa que decide la suerte de una elección presidencial o para gobernador.
Desde el vamos, Biniez se fijó un objetivo irreductible -o el filme era “El 5 de Talleres” de Remedios de Escalada o no había filme-, aunque dice que “podría haber filmado “El 5 del Tanque Sisley ahora que vivo en Uruguay. Esos clubes me dan cariño, tienen una vida muy rica, son instituciones muy folclóricas, más humanas, más caseras, más cercanas a la gente, a la gente común”.
Agregó luego que “Quería contar la vida suburbana, no hay muchas pelis argentinas que lo hagan con los buscavidas en el Gran Buenos Aires, de la clase obrera del sur del Conburbano, contar cómo se vive, cómo se la rebuscan. Y yo viví toda mi vida en Remedios de Escalada, fui socio e hincha de Talleres, me probé ahí y en otro montón de clubes de ascenso de la zona”, asegura.
“Esos clubes me dan cariño, tienen una vida muy rica, son instituciones muy folclóricas, más humanas, más caseras, más cercanas a la gente, a la gente común. Yo fui a la pileta de Talleres, jugué al fútbol y al basquet ahí”, explicó Biniez.
“En los 80 y 90 Talleres fue como un Ferro o un Vélez de la Zona Sur, tenía un estadio hermoso, una sede social muy grande, con muchas disciplinas y todo Escalada se movía alrededor. Luego hubo malas dirigencias, estuvo muchos años con un Síndico por una quiebra y recién salió hace cuatro años y ahora están tratando de recuperar todo”, agregó.
“También quería mostrar esta vida, porque el fútbol está lleno de jugadores de clase trabajadora, que terminan manejando un remise, y que, en paralelo a su carrera, tienen una changa o un laburo -explica-. Y además contar la vida de estos clubes. Cuando escribía el guión, tenia miedo de que el club estuviera en malas condiciones, pero se conserva bastante bien. Talleres tiene muchas instituciones, ocupa como dos manzanas enteras, pileta olímpica, canchas de tenis, canchas de básquet, y mucho más”.
“Por eso quiero darles las gracias a los dirigentes de Talleres que se portaron re bien y nos dieron su ayuda todo el tiempo. La camiseta que se usa en la peli es la oficial, usamos el club como un estudio de cine, por el espacio que había, además en la película participan muchos jugadores del plantel profesional”, añadió.
Inclusive, Biniez consiguió filmar partidos reales entre Talleres y Excursionistas, El Porvenir y Dock Sud.
“La gente de Excursionistas nos prestó la cancha y sus instalaciones y los partidos con El Porvenir y Dock Sud los filmamos en la cancha de Talleres. Filmábamos antes del partido, en el entretiempo y a veces pudimos parar el partido unos minutos para filmar algo”.
Sobre su vínculo con el fútbol, Biniez explicó: “No tengo nada que ver con el fútbol profesional, pero recorrí todos esos clubes de adolescente porque me probé en ellos, tengo amigos que jugaron en las inferiores y en la primera de Talleres”.

Un homenaje a Bonasiolle

Además, el nombre del personaje principal que realiza el ameghinense Esteban Lamothe (hijo de Raúl Sánchez Camarero y de Olga Asunción Lamothe), es un homenaje a un homónimo que “fue capitán de Talleres durante 11 años, un símbolo del club el Patón Bonasiolle, uno de esos jugadores puro amor, temperamento, garra al estilo de Blas Giunta”.
En este punto, Biniez se detiene para marcar que “quería un cinco hachero, un cinco del ascenso, un Giunta de la ´B´. Estilizado, pero bien guapo, duro, que sea pura actitud y Esteban (Lamothe) daba con ese estilo, no es un Messi, es más bien un jugador con mucha entrega”.
En el filme, el “Patón” Bonassiolle que encarna Lamothe (de recordado paso por las novelas “Farsantes”, “Sos mi hombre”, “Guapas” y las películas “Villegas”, “El estudiante” y la remake de “la Patota”, entre otras) decide de un día para el otro, retirarse al fin del torneo, se cierra en su decisión y no quiere charlarlo ni con su pareja, su familia o sus compañeros de plantel, por lo que el personaje de Zylberberg (de destacada actuación también en “Farsantes” y en uno de los capítulos de la laureada película “Relatos Salvajes”) decide pensar en el futuro, lo ayuda a terminar materias que debía del secundario y comienza a diagramar emprendimientos para cuando suceda el final de la carrera.
La decisión de un futbolista de dejar su carrera suele ser muy traumática, ya que se han registrado casos de suicidio, y Biniez cuenta esta situación, sin caer en el melodrama barato, porque “psicológicamente es muy difícil dejar una actividad que te mantuvo una rutina durante 30 y pico años de vida, cuando dejás tenés que llenar muchos huecos, espacios vacíos. Tengo amigos que la pilotearon bastante bien”.
“Quería contar cómo cuando el tipo pasa una crisis importante, no quería mostrar una pareja en crisis, sino mostrar un costado humanitario, una pareja en la que uno de sus miembros atraviesa una crisis pero está en un momento sólido, más allá de los cimbronazos y ella decide ayudarlo”.
“En ese marco, no hay melodrama y Zylberberg no cae en golpes lacrimógenos, mantiene la química de la pareja con sus altas y bajas, busca no perder el costado erótico de juego, mucho más humano, porque están muy bien.”, señaló finalmente el cineasta.

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