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RECORRIENDO LOS BARRIOS

Gregorio González crece y suma servicios, pero preocupa la inseguridad y el tránsito

Se incorporaron cuadras de asfalto y cordón cuneta. A la salida de los boliches se dan hechos delictivos y de vandalismo. Aseguran que en materia de ordenamiento vehicular, “es tierra de nadie”. Además, los fomentistas reclaman que tienen dificultades para alquilar su sede para eventos, por las trabas que les pone un vecino.

El desarrollo inmobiliario que adquirió la ciudad en los últimos años tuvo al barrio Gregorio González como uno de los más beneficiados.
A partir de ese crecimiento urbanístico de la ciudad, este sector delimitado por la Ruta 7 y las avenidas Circunvalación, Padre Respuela y Benito de Miguel, se convirtió en uno de los más codiciados por lo que recibió una gran cantidad de nuevos residentes, lo que generó un gran desarrollo en el vecindario.
Los históricos del lugar recuerdan que hace sólo un par de décadas la situación era completamente diferente, dado que se trataba de un área donde los terrenos baldíos eran más que las construcciones.
Sin embargo, con el trabajo de los lugareños y el empuje que siempre le dio el Padre Gregorio González cuando estaba al frente del colegio Padre Respuela, hoy la zona adquirió una revalorización inmobiliaria sorprendente.

El barrio

El barrio Gregorio González se llamaba originalmente Nuestra Señora del Carmen, que era el nombre que había elegido el propio padre González en honor a la Iglesia. Sin embargo, una decisión municipal le dio su actual denominación.
No obstante, los pobladores del lugar reconocen que en general no se lo llama ni por el viejo ni por el nuevo nombre, sino que para la mayoría es el barrio Padre Respuela.
Varias instituciones se encuentran en su geografía: el Colegio Padre Respuela con sus tres niveles educativos, la Escuela 502, el Jardín de Infantes 920, otros dos jardines privados, y la unidad sanitaria, que fue la primera erigida en la ciudad.
En sus casi 70 manzanas, se advierte una supremacía de familias jóvenes que se fueron a vivir a este sector en los últimos años, aprovechando uno de los pocos sectores cercanos al centro con disponibilidad de terrenos. Eso hizo elevar notablemente los precios de lotes y viviendas.
A esto se le suma un fuerte impulso en el área comercial, sobre todo en sus principales arterias: Padre Respuela y Benito de Miguel.

Infraestructura


En la actualidad, Gregorio González está totalmente cubierto con los servicios de agua corriente y cloacas.
En tanto, aún resta conectarse a la red de gas natural un 10% del barrio. Dora Garbe, presidenta de la sociedad de fomento, explica que están “en tratativas para formar un consorcio vecinal” de manera de poder completar la totalidad del barrio con este servicio, algo que ya fue conversado con las autoridades del Grupo Servicios Junín.
Un punto sobre el que se advierte un gran avance, es en el del pavimento, como cuenta Garbe: “Hace un año y medio se hizo la mitad de la obra proyectada, que eran 44 cuadras de cordón cuneta, y esas 22 cuadras ahora se están asfaltando. En el resto de las calles que faltaba, se está haciendo el cordón cuneta y pensamos que para el 2015 todo el barrio estaría asfaltado. Por lo menos eso es lo que nos dijeron en la Municipalidad”
Finalmente, el alumbrado público “está bien” en esta zona, aunque remarcan que “en algunos sectores faltan las luces en la mitad de las cuadras”.
“Lo que sí vamos a pedirle a los vecinos que ahora tienen asfalto o cordón cuneta, si pueden pagar las columnas, para que el Municipio ponga las luminarias en los sectores donde actualmente hay colgantes”, señala la presidenta de la entidad barrial.

Otros temas

En referencia a la inseguridad, los fomentistas dicen que “está en todos los barrios”, aunque resaltan que en esta zona “se acrecienta con la salida de los boliches bailables”.
Es que el barrio está prácticamente “rodeado” de boliches: sobre la avenida de Circunvalación –que abren en el verano– y en Benito de Miguel, que funcionan el resto del año. Eso no solo genera hechos de vandalismo, sino también robos, principalmente de estéreos de autos.
“Patrullajes hay y no podemos decir que haya tantos hechos de inseguridad; se acrecientan los fines de semana y los miércoles”, resume Garbe.
En tanto, los referentes fomentistas hacen hincapié en una zona en particular dentro del vecindario, donde hay gente que “usurpó un terreno hace bastante tiempo” y los vecinos denuncian que “tienen hechos de inseguridad”, que tal vez no sean perpetrados por quienes viven ahí, “pero se junta gente de otros lados que cometen algunos hechos delictivos”.
En tal sentido, los lugareños informaron de esta situación a las autoridades policiales, pero aún no obtuvieron respuestas.
Otro asunto que preocupa a los vecinos es el del tránsito.
Según dicen, hace falta un plan de semaforización “porque esto es tierra de nadie”.
“No se puede estar con las motos, los fines de semana, en la avenida de Circunvalación y Padre Respuela”, exclama Garbe.
Es que se trata de un sector con avenidas importantes, con varias entradas y salidas de la ciudad y conexiones a la ruta, lo que hace de ésta, una zona muy transitada.
Además, la gran mayoría de los vecinos cuentan con vehículos. “No somos ajenos a lo que pasa en otros lugares, pero haría falta más semáforos”, insiste Garbe.

La Sociedad de Fomento


Actualmente, en la sede de la sociedad de fomento hay talleres de gimnasia para adultos, pintura decorativa, yoga y arte decorativo en tela.
Pero el espacio les está empezando a quedar chico y no tienen posibilidades económicas de hacer una obra de ampliación.
La cuota que pagan los socios alcanza para solventar los gastos y el alquiler del salón está restringido por cuestiones ajenas a la voluntad de los fomentistas, como explica Garbe: “Alquilamos el salón, pero solamente para eventos de chicos y solamente de día, porque tenemos el problema con un vecino que no acepta que haya cenas, ni siquiera sin música”.
La persona, que vive enfrente de la sede, ya hizo denuncias policiales y judiciales a nombre de la presidenta de la sociedad de fomento, y hasta llegaron a cobrarle una multa a la entidad barrial.
“La sociedad de fomento lo precede a él como vecino”, dicen los fomentistas, al tiempo que aseguran que se hacen “reuniones tranquilas”, pero a pesar de eso, les es muy difícil rentar ese espacio. “Por eso no podemos ampliar el salón ni hacer ninguna obra, porque no tenemos de donde sacar recursos para hacerlo”, concluyen. 

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