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UN AGRAVIO QUE DEJA SECUELAS PARA TODA LA VIDA

Preocupa la cantidad de denuncias por abuso sexual radicadas en Junín

La mayoría de los casos es intrafamiliar y tiene como víctimas a menores que logran revelar su situación años después de haber sido ultrajados. La semana pasada, una joven juninense dio a conocer el hecho que le tocó sufrir a manos de un sujeto de 59 años.

Mucho antes de la instancia del esclarecimiento, los casos de abuso sexual deben atravesar una barrera para nada simple y es la que tiene como protagonista a la víctima, que ganada por la perturbación y otros factores emocionales complejos, tarda en denunciar el acto de ultraje que le tocó sufrir.
A pesar de esto último, en Junín y los partidos vecinos se viene notando una preocupante cantidad de hechos y en muchos de ellos ya se dio intervención a la Policía.  
Uno de ellos tuvo lugar a principios de la semana pasada en esta ciudad. El lunes a la mañana, en la Comisaría de la Mujer fue radicada una denuncia por abuso sexual con acceso carnal, un hecho ocurrido cuatro años atrás.
El martes a las nueve de la noche se procedió a la detención del acusado, Ramón Carballo Valdéz, de 59 años, de nacionalidad paraguaya.
De acuerdo con lo que pudo recabar la fiscal Vanina Lisazo tras la audiencia con Valdéz,  los hechos ocurrieron en un período de aproximadamente seis años, entre los 8 y los 14 años de edad de la víctima (actualmente de 16),  a quien el imputado había reconocido legalmente como su hija.
El detenido hizo uso del derecho de abstenerse de declarar y contra el mismo se encuentra en trámite además el proceso penal 04-00-008685-14.
En otro episodio, un policía quedó involucrado en un abuso sexual agravado cometido en la subcomisaría de Arribeños, donde la damnificada –de sexo femenino- se encontraba alojada cumpliendo prisión preventiva.
El implicado es Fernando David Laserna, de 45 años años de edad, subteniente de la Policía de la provincia de Buenos Aires y con domicilio en Arribeños.
La fiscal Lisazo solicitó luego la conversión en detención de la aprehensión de Laserna, medida a la cual  hizo lugar la titular del Juzgado de Garantías nº 2, Marisa Muñoz Saggese.
 
Fuerte preocupación

La titular de la Comisaría de la Mujer con asiento en esta ciudad, Daniela Felker, admitió la existencia de casos y de “una preocupación judicial por la frecuencia con la que se dan este tipo de situaciones, que son de compleja investigación porque requieren de pericias psicológicas y ginecológicas y, sobre todo en el caso de éstas últimas, el tiempo que transcurra entre el acoso y la denuncia es determinante”.
“Es algo que no tiene una manera fácil de ser abordado, sobre todo porque son episodios difíciles de probar, y más cuando ha pasado tanto tiempo. No es lo mismo trabajar sobre un caso ocurrido hace pocas horas que algo que sucedió hace cuatro años, cuando hacen falta muchas más pruebas para determinar la culpabilidad de un individuo”, explicó Felker al ser consultada por Democracia.

Efecto psicótico


Felker dijo que en la actualidad no tiene estadísticas sobre los abusos en Junín, pero a propósito de ellas, dijo que suelen ocasionar una especie de psicosis. Y lo fundamentó: “Cuando se conoció el caso de los chicos que presuntamente fueron abusados en el jardín de infantes por el cocinero de la institución, en Castelar, empezamos a recibir consultas porque la gente empieza a asociar cosas”, relató.

Los abusos más comunes


En cuanto a los tipos de abusos más comunes a nivel local, la jefa policial indicó que son intrafamiliares, por ejemplo, cometidos por la ex pareja de la mamá del chico atacado. “Entonces, cuando ellos se separan el menor denuncia.  Por lo general, éste tarda dos años en sacar el hecho a la luz, a veces por temor, por miedo a que no le crean, a perder del cariño de sus seres queridos, por vergüenza y muchos otros factores que no le permiten desprenderse de ese trauma”, señaló.    
Felker dijo que muchas veces, el agravio empieza como un juego propuesto por el adulto, el chico lo hace y después se da cuenta que eso no es algo normal, que no se debe hacer, siente culpa y a eso “se le suman posibles amenazas y amedrentamientos por parte del agresor, quien le dice que si habla le va a pasar algo malo a sus padres”.
Con respecto a la asistencia  para quienes padecen este tipo de embestidas, el gabinete de la Comisaría de la Mujer recibe a los adultos, mientras que los menores son atendidos en el Servicio Local de la Municipalidad.

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