Diego Ponce, hermano del asesinado Octavio León, arquero de River de Junín, habló anoche en exclusiva con DEMOCRACIA y remarcó: “Somos gente humilde, trabajadora y honesta. Yo trabajo hace 15 años en una librería, mi papá es empleado metalúrgico desde hace 20 años, y mi mamá es portera… mi hermano también trabajaba”.
“Confiamos en que se va a hacer justicia; se están haciendo las cosas bien”, expresó, en medio de un profundo dolor por lo ocurrido.
Con respecto a las marchas y pedidos para que liberen a los imputados por el crimen de su hermano, Diego expresó: “Van a tener que hacer una marcha de acá a Ushuaia, pero no van a lograr nada”.
“Ellos se manejan siempre en grupo. El último tiempo no paraban de perseguirlo. Mi hermano no andaba en nada raro, no robaba, nada que ver”, aseguró Diego, y agregó: “Pero ellos estaban todo el tiempo dando vueltas, en arrebatos, robos a mano armada. Y mi hermano no los quería cruzar, por eso se había cambiado de gimnasio”.
“Todo arrancó hace cuatro años, en una pelea callejera. Después lo molieron a palos entre tres y le decían que lo iban a matar. Mi hermano le dijo a uno de ellos ‘cortemos con todo esto’ y a la semana le dispararon y la bala le recorrió desde el estómago hasta la pierna. No quedó sin una pierna gracias a su fuerza de voluntad y a la preparación física que tenía. Esto fue hace dos años más o menos”, contó.
“Hace un mes le dieron otro disparo, pero en el brazo. En el hospital le dijeron que se quede para hacer la denuncia, pero él les dijo que para qué iba a hacerla, si cuando la había hecho la vez anterior no había pasado nada”, afirmó.
“Si esto llega a quedar impune, se va a movilizar todo Junín, porque el apoyo que tuve en estos días, desde que pasó lo que pasó, fue enorme”, comentó.
“El velorio estaba lleno, había cinco cuadras de fila en el camino al entierro. Si mi hermano fuera una mala persona, si no hubiera sido buena gente, nadie se acercaría.
La fiscal está trabajando duro, tomó nota en el asunto y la verdad, de primera”, afirmó.
COMENTARIOS