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PROPIETARIO DE LAS FERRETERIAS "EL TIGRE"

Daniel Maroscia: “Siempre tratamos de diferenciarnos”

Abrió su tradicional comercio hace 15 años. Luego se sumó a la franquicia de Color Shop. No obstante, nunca dejó su oficio original de constructor. Sus hijos son los que están al frente de los locales.

En publicidad, un slogan efectivo es el que remite directamente al producto que promociona. Es así como “el sabor del encuentro”, o “hay cosas que el dinero no puede comprar”, o “just do it” son frases que hacen presente una marca sin necesidad de nombrarla.
En Junín hay un caso que podría ser paradigmático en ese sentido y es “el coso del cosito”. Esa expresión que da cuenta de un comprador que no sabe explicar la pieza que necesita para reparar algo, en nuestra ciudad ya no remite a una ferretería cualquiera, sino a una específica donde eso se puede encontrar: El Tigre.
A fuerza de machacar con que es el lugar donde se encuentra “el coso del cosito”, Daniel Maroscia y sus hijos lograron imponer su comercio en el rubro.
Pero Maroscia alcanzó esto y mucho más sin dejar de lado la construcción, que fue su oficio original.

Constructor
Oriunda de Arribeños, la familia de Maroscia se vino a Junín cuando él tenía solo seis años.
Cuando terminó la primaria en la Escuela N° 12 no pudo continuar con el secundario porque debió salir a trabajar. Tenía 12 años cuando arrancó como albañil con su padre, que era constructor.
“Aprendí el oficio con él –cuenta Daniel–; a los 17 años era oficial albañil, a los 19 ya tenía algunos trabajos propios y a los 24 años seguí solo”.
Hace cuatro décadas que Maroscia se dedica a este oficio y, según dice, en todo este teimpo cambió mucho el trabajo: “Antes el constructor era más artesano, se hacían las cosas de manera manual y la mano de obra era muy buena. Pero los tiempos cambiaron y la gente tiende a darle más prioridad a la parte económica y a los tiempos, que a hacer un trabajo artesanal. Así como el carpintero hoy es un armador de muebles, en la construcción también fue cambiando eso”.
Con todo, pudo mantenerse estable en su profesión, lo que también le permitió abrir su comercio.

“El Tigre”
El de la ferretería era un rubro que siempre le gustó a Moroscia. Según dice, iba a esos comercios “como otra gente va a un shopping”.
Y así se decidió a abrir una propia. Fue en el año 2001, en un garaje, con un empleado, y le puso “El Tigre”.
Cuando su hijo Lucas terminó el secundario se hizo cargo de la ferretería.
Al tiempo ya necesitaban más espacio físico y en el año 2005 compraron el local de Juan B. Justo y Borges, donde siguen estando actualmente. Eso significó más espacio y la incorporación de más mercadería, con líneas de electricidad, pinturería y demás.
“Acá tuvimos una buena aceptación de la gente –cuenta Daniel–, se incorporó mi otro hijo, Marcos, que estuvo un par de años, hasta que pensamos en abrir una sucursal, porque el crecimiento nos hacía ver la posibilidad de que eso sucediera. Abrimos en 2008 en Padre Respuela 259, donde también tuvimos buena aceptación por parte de la gente”.
Más adelante decidieron comprar una franquicia de la cadena de pinturerías Color Shop. “Tratamos de hacernos fuerte en el tema pintura, con una marca de primera calidad y un apoyo grande de una empresa líder como es Sinteplast”, explica Maroscia.
Adquirieron el local de Rivadavia y Libertad, tuvieron éxito y tres años después inauguraron una sucursal en Benito de Miguel y Comandante Acha.
Estrategia comercial
Maroscia destaca que en la actualidad están funcionando “bien, con los vaivenes del país, como uno puede, tratando de seguir avanzando”.
Según dice, la idea comercial que tienen es la de tratar de distinguirse entre la competencia. “Siempre tratamos de diferenciarnos. Por ejemplo, empezamos a hacer horario corrido porque hoy todos los que hacen servicios no cortan. Como constructor yo veía que si al mediodía se me rompía algo, no podía comprar el repuesto hasta las 4 de la tarde. Nosotros lo hicimos y tuvimos una buena repercusión”.
Por otra parte, su comercia también trabaja mucho la imagen y los slogans son una parte importante de su comunicación publicitaria. Así es como apelan a frases como “el coso del cosito”, o “te falta un tornillo”, “tenemos 19.999 productos y uno más”.
“Nosotros jugamos mucho con esas cosas –insiste Daniel–, nos gusta trabajar con la imagen y, en definitiva, ser distintos. Tratamos de ir innovando, es algo que nos interesa”.

Actualidad
Para Maroscia, sus comercios están pasando por “un buen momento a pesar de las dificultades por las que está atravesando el país”.
Según dice, su prioridad es el personal, dado que están “muy conformes” con la gente que trabaja allí. “No queremos dejar a nadie sin trabajo –agrega–, por eso buscamos alternativas, queremos potenciar negocios que por ahí no tenemos tan desarrollados, como iluminación y sanitarios. Porque acá tenemos cincuenta rubros, es decir, un poquito de cada cosa, y es muy difícil mostrar todo”.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Empezamos de cero, trabajando, y queremos seguir creciendo. Estamos donde estamos gracias a mis hijos, yo solo no hubiera podido hacerlo, y hoy somos referencia en muchas cosas. Eso nos pone muy bien”.

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