Leer la entrevista en su digna publicación al concejal Pablo Petraglia, titulada “¿Otra vez vamos a discutir el servicio diario de tren a Junín?”, conmueve la historia local y nacional. También recuerda la soberana decisión del científico Ernesto Sábato de abandonar las Ciencias Físicas que estaban siendo puestas al servicio de la destrucción de lo más humano del planeta: la vida misma en las Guerras Mundiales.
Pasó por distintas agrupaciones - como tantos argentinos - sin olvidar sus convicciones más profundas expresadas en la escritura del Nunca Más. Sin aludir parecidos, pareciera ser el tema de la nota a quien destacase como historiador de temas centrales de nuestra ciudad que lo fueron porque hubo políticos decididos. Sin entrar en leyendas populares tipo "cosas vederes..." o "argentinos a las cosas..."
Más acá de cuestiones académicas, surge una simple respuesta a la pregunta: sí, Junín debe luchar por un servicio de transporte digno: por una terminal de Colectivos austera, limpia, sin yuyos en los techos partidos ni perros con aire acondicionado. Con sanitarios y vigilancia permanente. En su emplazamiento actual (si los impuestos no dan para más...).
Junín tendrá que volver a luchar siempre por sus propios medios y sus propios logros -si los llegara a tener- librando a sus ciudadanos de un tránsito caótico, arrasando con las barreras eco- auditivas, calles intransitables, bandas delictivas dirigidas por profesionales…
Y el negacionismo instalado hacia los pioneros luchadores por los DDHH, la docencia pública integradora, la Secretaría de la Juventud; el Centro de Prevención de las Adicciones, pionero en la provincia de Buenos Aires con profesionales especializados y local propio aportado por el Municipio, hace 40 años, cuando aún el tráfico era inimaginable...
Alicia Presas de Ginzo
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