None
ENFOQUE

Un desafío clave: la eficiencia energética

¿Cómo podemos lograr un importante ahorro energético en nuestras viviendas y simultáneamente mejorar nuestra calidad de vida y colaborar con el medio ambiente? El camino es a través de la aislación térmica eficiente de las construcciones.
En los últimos tiempos, la eficiencia y el ahorro energético han estado en la palestra de discusión de los medios, las empresas, los profesionales, los usuarios y el gobierno. Distintas voces han opinado, se han promocionado diversas soluciones y estrategias y se han iniciado o continuado acciones en pos de usar eficientemente la energía. Ahora bien, ¿cuál es el verdadero impacto de cada una de ellas?
El sector residencial, comercial y público representa el 34% del total del consumo de energía de Argentina según el Balance Energético Nacional 2015 del Ministerio de Energía y Minería. En una vivienda tipo, el mayor uso de la energía -la mitad- corresponde a la calefacción en invierno y la refrigeración en verano y la otra mitad se divide en partes iguales entre las necesidades de agua caliente sanitaria, por un lado, y los electrodomésticos e iluminación del hogar, por el otro.
Si quisiéramos ahorrar energía en cada una de estas áreas, el impacto sobre el consumo de los electrodomésticos e iluminación podría representar ahorros de hasta el 9%, teniendo en cuenta el uso de lámparas LED o de artefactos muy eficientes y con las máximas certificaciones energéticas.
Por el lado del agua caliente sanitaria, los ahorros sobre el total del hogar podrían estar en el orden del 18%, teniendo en cuenta que sería posible utilizar colectores solares -llamados coloquialmente “calefones”- y utilizar complementariamente artefactos para el calentamiento de agua sin piloto.
En los dos casos anteriores, los ahorros de energía se basan en la utilización de tecnología muy eficiente a partir de artefactos o equipos con una vida útil determinada y que a lo largo del tiempo requerirán reparaciones o reemplazos en los 50 o más años en los que una vivienda está en uso.
La última de las estrategias se relaciona con aquel consumo que representa alrededor de la mitad de la energía que una vivienda consume y utiliza para su climatización. En este punto se pueden lograr ahorros que representan hasta el 35% del total de consumo de un hogar, a partir de la utilización de aislación térmica eficiente, estrategia que permanecerá a lo largo de toda la vida útil de la construcción y que no requerirá de reemplazos ni reparaciones.
Y lo más positivo es que las reglamentaciones para su aplicación ya están vigentes en las más importantes jurisdicciones de nuestro país (provincia y ciudad de Buenos Aires, Rosario) que representan a la mitad de la población argentina y han comenzado a ser aplicadas lenta pero gradualmente.
Debemos cambiar el paradigma -o complementarlo- y buscar un punto de apoyo desde donde apalancar pequeños esfuerzos para lograr grandes resultados. Y en ese camino hacia la sustentabilidad y el ahorro energético en los edificios, la aislación térmica eficiente ha sido probada como la estrategia más eficaz para lograrlo.

(*) Arquitecto. Profesor adjunto de la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional 
de La Plata. 
 

COMENTARIOS