None
ENFOQUES

El PJ, en silencio tras los insultos de Cristina

Las hirientes palabras de Cristina Kirchner contra los dirigentes del PJ que intentan reorganizar el partido tras la derrota electoral de 2015 cayeron como una bomba de profundidad en el peronismo. Sobre todo, porque los insultos que le atribuyen a la ex presidenta blanquearon que no se considera responsable de aquella debacle que significó la pérdida de los gobiernos nacional y bonaerense.
Sin embargo, ninguno de los referentes importantes del PJ se animó a sacar la cabeza del agua. Optaron, en cambio, por mantener un acordado “silenzio stampa”. No sea cosa que en unos meses tengan que pedirle a la dama que sea la candidata de la fuerza en la provincia de Buenos Aires. Esa situación eventual se plasmaría, de todos modos, sólo por obra de la necesidad política.
Esto es, que a las conducciones nacional y bonaerense del Partido Justicialista realmente no les quede otra salida que marchar detrás de una candidatura de la ex presidenta, para que su nombre figure al tope de la boleta en las elecciones legislativas de octubre. Pero cada vez está más claro que el liderazgo de Cristina Kirchner no despierta la afinidad de antaño en la dirigencia peronista.
Entre sus seguidores más fieles afirman que no son una novedad las posturas críticas de la ex presidenta hacia el PJ, que vienen incluso de antes de llegar a la Casa Rosada en 2007. Pero en esta oportunidad la difusión de sus peculiares conversaciones con su secretario “todoterreno” Oscar Parrilli puso en letras de molde su auténtico pensamiento sobre la situación del “pejota”.
“Que se suturen el orto”, dicen que bramó la señora apelando a un modo “creativo” para el insulto.
Luego -según el texto de las desgrabaciones que trascendió- sostienen que utilizó un más tradicional “traidor hijo de puta” para referirse a Miguel Pichetto, el jefe del bloque del PJ-FpV en el Senado.
Pese al silencio de los aludidos –ya que algunos creen que si hablaran le harían el juego al Gobierno-, esas palabras podrían tener consecuencias en los próximos días.
Un ámbito en el que las involuntarias declaraciones de la ex presidenta no pasan inadvertidas es el Senado, dado el ostensible destrato a Pichetto.
Allí se reunirá mañana la comisión encargada de revisar los decretos de necesidad y urgencia y hasta el momento los legisladores peronistas se encaminan a rechazar el DNU que firmó el presidente Macri para modificar el régimen de las ART.
Pero semejante desautorización al conductor del bloque abre ahora signos de interrogación sobre la unidad de la bancada.
Más aún luego de que Pichetto diera su visto bueno para el desembarco de Sergio Massa en Río Negro, donde el jefe renovador apareció el fin de semana junto a Martín Soria, el intendente de General Roca y titular del PJ de la provincia patagónica.
Para colmo, Massa dejó un mensaje directo en su paso por el valle rionegrino: “Voy a trabajar para suturar las heridas que al peronismo, y a todos los argentinos, les generó la corrupción”, dijo en obvia alusión a las palabras de Cristina Kirchner, en lo que se interpretó como un gesto político hacia la fuerza a la que perteneció antes de fundar el Frente Renovador, cuatro años atrás.

Encuentro de unidad
Los primeros en reaccionar contra Massa y sobre todo contra Soria fueron los camporistas de Río Negro, que aplicaron al alcalde de General Roca el mismo rótulo que Cristina Kirchner dedicó a Pichetto. Aunque la agrupación juvenil ratificó su presencia en el “encuentro de unidad” convocado para el 18 de este mes en Santa Teresita, bajo el paragüas del PJ bonaerense.
El titular de la fuerza, Fernando Espinoza, no se pronunció sobre las palabras de la ex presidenta, tomado por el luto tras la muerte de su madre. Al tiempo que los intendentes peronistas se mostraron ocupados en asuntos de gestión local y otros que hacen a las órbitas provincial y nacional, como la seguridad y las tarifas. Pero no emitieron ni una sola palabra sobre Cristina.
La ex presidenta debió afrontar ayer otra mala noticia: el procesamiento de Parrilli por el delito de encubrimiento de Ibar Pérez Corradi, señalado como un narco en la causa del triple crimen de General Rodríguez. Justamente por esa investigación judicial se intervinieron los teléfonos del ex jefe de la Inteligencia vernácula y saltaron las conversaciones con la ex presidenta ya en el llano.
Aunque recurra al silencio de modo vergonzante, eso no significa que la dirigencia del PJ vaya a digerir las palabras de Cristina con la misma rapidez con la que se tragan los sapos políticos. Incluso, no faltan los que –aún por lo bajo- afirman que el mejor favor que le podría hacer la ex presidenta al peronismo es no postularse en la Provincia, para dar paso a una “lista de unidad“.

COMENTARIOS