PESCA DEPORTIVA

Por qué pescar con mosca

Muchas veces cuando estamos pescando con mosca, lanzando esos característicos latigazos al aire, algunos pescadores o curiosos se paran y nos miran como si fuésemos bichos raros, desconocidos por lo moderno o de otro planeta. Por esto en pocos pasos me gustaría explicar los porqués de esta actividad.
Primero, contarles que esta técnica de pesca (para muchos una novedad) es una de las más antiguas. Los primeros libros donde hay dibujadas algunas moscas artificiales para pescar truchas datan de 1496 y 1498 en Inglaterra y España respectivamente, o sea, bastante antiguos, solo que en esa época eran muy pocos (los nobles) quienes la practicaban, con cañas que medían cerca de 6 a 7 metros de largo, solo se lanzaba a tiro de caña y acompañando la mosca en la corriente del río como si fueran los actuales mojarreros.
Luego de siglos de evolución, acortar cañas y reformar líneas, esta técnica está al alcance de todos nosotros.
Las moscas a las que me refiero son simplemente anzuelos disfrazados con plumas, pelos o materiales sintéticos imitando insectos, y pequeños animalitos como pececitos, ranitas y lauchitas.
Para el caso de pescar en el mar cangrejos, o para el de carpas o lisas imitando frutas o vegetales también, con la finalidad de engañar algún pez, el cual al creerlo un alimento lo trata de comer y ¡zas!, lo atrapamos y peleamos un rato con él para luego liberarlo.
La línea es un cordón de dacrón (seda sintética) o nylon, revestido en plástico (PVC), que le da el peso y la forma necesarios para lanzarlo, rematado en un nylon monofilamento de mayor a menor diámetro (cónico), que la une a la mosca.
Yo comencé hace más de 28 años, compré un equipo y con lo que había leído me inicié, armé el equipo a la orilla del río Salado, moví la caña como me decían las revistas y manuales, la mosca comenzó a volar: la primera de ellas se me clavó en la nuca y la segunda, en la mejilla; por esto seguí practicando con una lanita hasta tener confianza. Ahí decidí a intentar con algún pez.
Fui a la Laguna de Gómez y practicando saqué un pejerrey, luego en el verano vinieron las tarariras, que son espectaculares, atacan las moscas con furia, con saltos que envidiaría cualquier acróbata y a veces rompiéndolas todas con sus dientes.
Además, hoy tenemos las carpas, que se pescan con moscas chicas y luchan bastante, y los dorados (que hasta hace poco los pescábamos en el río Rojas o cualquier arroyo o río que desemboque en el Paraná).
Más tarde fuimos con amigos y familia a la Patagonia a disfrutar de sus paisajes y pescar a su majestad, la trucha.
Hasta aquí un breve reseña de qué es la pesca con mosca, ahora me gustaría expresar los porqués de esta pasión.
Por un lado, esta técnica me da posibilidades de investigar muchas cosas relacionadas con los peces que otras técnicas de pesca no la necesitan, por ejemplo, el comportamiento, la alimentación, qué ocurre en ambientes distintos con la misma especie, porque una trucha no come los mismos insectos en Junín de los Andes que en Esquel ya que los alimentos son diferentes; o el caso de las tarariras, es distinto el comportamiento y alimentación en la Laguna de Gómez que en pequeñas lagunitas de campo o en ríos y arroyos.
También la posibilidad de, en pocos pasos, hacer mis propias moscas e inventar distintos diseños que vuelan por la mente para luego probarlas si sirven o no, con un costo bastante bajo.
Los pescadores mosqueros somos un poco más observadores del entorno de pesca para poder tener éxito, este es otro motivo por el cual me gusta ya que nos obliga a observar antes de pescar, analizar cómo o dónde vamos a lanzar nuestra mosca.
Otra causa es la concentración que debemos tener a la hora de lanzar, que nos hace olvidarnos de todo (hasta del teléfono) y de disfrutar cada lance y cada pique, además de sentirlo más allá del tamaño del pez. No nos interesa sacar solo grandes, los disfrutamos a todos.
A veces preferimos ir a pescar donde podemos tener muchos piques o ataques de peces chicos que uno solo en toda la jornada por mas grande que éste sea.
Algo muy importante para mí es que en este deporte podemos evolucionar toda la vida. Un gran maestro de pesca con mosca fallecido hace poco (llamado Mel Krieger) nos decía que en todos los deportes tendremos un techo, o sea, en el fútbol, tenis o cualquier otro donde predomina el esfuerzo físico a cierta edad ya no podremos practicarlo.
En cambio, pescando con mosca él llegó a los 78 años y siguió haciendo y enseñando técnicas y cosas nuevas, distintas formas de lanzamiento, pescando las orillas de los ríos, etc.…Yo hace 28 años que la practico y siempre aprendo algo nuevo, nunca vamos a aburrirnos.
Solo quienes creen que pescar no les enseñará nada, no tienen idea de lo que significa atrapar un pez
Y por último, ¡porque me gusta!
¿Por qué devolver los peces luego de pescarlos? Es muy simple: si todos matamos todo lo que atrapamos en poco tiempo no tendremos nada para pescar. Esto es lo maravilloso de este deporte, podemos atraparlos y no solo devolverles la vida, sino darles valor.
Cuidemos el ambiente es el único que tenemos.

(*) Pionero de la pesca con mosca en
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