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AYER, SOL Y PLAYA POR LA MAÑANA Y FUERTE TORMENTA AL CAER LA TARDE

Disfrutar mucho y gastar poco, la consigna que impera en las arenas de la Costa

Los turistas apuestan por la heladerita y la vianda frente a los precios de comer afuera.

Cuando el sol y el calor lo permiten, lo que ayer solo pasó hasta poco después del mediodía, porque luego una fuerte tormenta se desató en Villa Gesell y en otros partidos de la Costa como San Bernardo, la consigna de los turistas es, básicamente, disfrutar a pleno en la playa y, si se puede, gastar lo menos posible. Claro que a veces se puede y otras no.
Es que a la hora de comer, por ejemplo, las variantes son arreglárselas con la heladerita, el fiambre y los sándwiches y pilotearla con lo que se vende sobre la arena, o sentarse en un restaurante. Y las diferencias son muy grandes.
En San Bernardo, por ejemplo, los restaurantes no atraviesan por su mejor verano; no se ven colas como antaño y mozos y propietarios tratan de atraer clientela con ofertas razonables.
Así, para sentarse a una mesa promedio, los menúes ofrecen, en materia de bebidas, gaseosas por 40 pesos, cervezas por $ 120 o un vino 3/4 por 140.
Si se piensa en carne, 195 pesos por una porción de asado, $ 200 por una de vacío o $ 140 por 1/4 de pollo. Y si se quiere compartir, una parrillada para dos personas cotiza en los $ 480 y para 4 comensales, $760.
También hay que tener en cuenta guarniciones (papas fritas o ensaladas por $70 o rabas por $ 240) y algún postre (flan con dulce de leche o helado) por $80.
En la playa misma, en cambio, se puede ahorrar un poco, y arreglarse con un buen licuado de durazno, banana, frutilla o ananá por 70 pesos; un súper pancho por $35, un choclo por $40, o una docena de churros por $80.
Si el sol acompaña y el calor ayuda, todo estará bien sobre la arena. En esta segunda quincena, el clima acompañó bastante y los últimos tres dias todos pudieron disfrutar del sol y las olas. Hasta que ayer el cielo se ennegreció y algunos rayos amenazadores hicieron que todos juntaran bolsos y pertenencias para abandonar la playa frente a una lluvia que se desató con ganas, a la espera de que hoy todo pueda mejorar.

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