Nací en Junín en el barrio que le llamaban Macadán, Intendente de la Sota y Rivadavia. Yo conocí el barrio todavía de tierra, pero llegaba el asfalto hasta calle Tucumán y poco a poco se fue extendiendo en poco tiempo.
Fui a la escuela 16. Hice solamente el primario y a los empujones porque me llevaba mi vieja. Lo único que yo quería era jugar al fútbol.
Ya a los seis años me prendía en los picados en el barrio. Alrededor de la cancha vieja de Rivadavia había 100 campitos. Era todo descampado.
A los diez años Rodolfo Ciampagna le dijo a mi vieja que yo tenía que jugar en Rivadavia. Igual me iban a buscar todos los días Alaniz de Newbery y García de Villa Belgrano.
El problema era que tenía diez años y hasta los doce no se podía fichar en la Liga. Pero a mi vieja le dijeron que yo ya estaba fichado y me llevaban a la cancha de Rivadavia y me dejaban contra el alambrado para ver el partido. No jugaba nunca.
Hasta que cumplí los doce años. Ahí le llevaron la ficha a mi vieja para que firmara.
Cuando fue don Luis Alaniz a casa, le dijo a mi mamá que la habían engañado. Pero igual mi vieja le dijo que yo iba a jugar en Rivadavia contra viento y marea.
En esa época empezaba con sexta B, sexta A, cuarta, intermedia y primera. El que no jugaba en primera, lo hacía en intermedia los sábados después de la quinta.
A los quince años me promovió a primera Delfor Ayué. Entré por Manuel Walton que se había lesionado un tobillo. Yo vivía en el club Rivadavia y no me habían dicho nada. Un domingo a la mañana, en 1965, estaba jugando al billar con Luis Iturbide y don Ayué me dijo que no jugara en la cuarta porque iba a primera.
Salí campeón con Rivadavia con el equipo de 1968.
En 1969 Rivadavia quería un wing izquierdo de Defensa, Ferreiro, y me cambiaron en el trueque. Ese año despegué en Defensa.
En 1970 se suspendió el campeonato de la Liga y varios nos fuimos a clubes de la zona. Me fui con Félix Tobalina y Ricardo Varela a Alem donde salimos campeones invictos.
Volví a Rivadavia en 1971. Jugué todo el año. Contra Moreno ganamos 4-0 y en una jugada de-safortunada con Raúl Demaría me esguincé la rodilla. Me enyesaron y no pude jugar la famosa final de los penales contra Newbery.
Manolo Sans, que jugaba con nosotros, estaba acuartelado en Olavarría. Se fueron y lo pudieron sacar para que jugara. En los penales ganó Rivadavia porque Cachi Gabrielli atajó el doce o trece y Omar Frías metió el definitivo.
Fue una suerte que me haya lesionado. Yo pateaba los penales en Rivadavia y como no estaba, el último lo pateó un monstruo, Omar Frías y por suerte ganamos el campeonato.
Jugué en Rivadavia hasta el ´81. Un señor de la comisión que no le gustaba mi cara se le antojó que yo me tenía que ir. La comisión lo avaló. Me dieron un sobre cerrado con el pase. Yo sabía que el pase estaba adentro y le rompí el sobre en la cara.
Me fui a Independiente donde el Negro Morán empezaba como técnico. Luego estuve en Villa donde salí campeón del nocturno de 1982 con Mosca de técnico y después en el ´86 repetimos ganándole a Moreno por penales.
Dejé de jugar a los 40 en Irigoyen de Alem con un montón de jugadores de Junín como Domench, Gambarte, Pirilo Muñoz, el Pelado Rabadán, los dos Benítez, entre otros. Llegamos a la final pero perdimos. A los quince minutos caíamos 3-0 y lamentablemente tuvimos que hacer un cambio. No nos alcanzó el tiempo, pero llegamos a hacer dos goles.
Hoy no salen jugadores porque no hay potreros. Hay computadoras, teléfonos celulares y cualquier otro pasatiempo que está adelante del fútbol. Tengo un nieto que juega muy bien, pero primero está el teléfono, la computadora, la tablet y después va a la cancha de Moreno a jugar al fútbol.
¿Maradona o Messi? Distintas épocas. Como Maradona no va a haber. Pero Messi es un fenómeno.
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