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HACE AÑOS QE PIDEN UN ORDENAMIENTO DEL TRÁNSITO PESADO

El Molino: “El paso constante de los camiones es un flagelo”

Los vehículos de gran porte transitan por arterias que no deberían, dificultan la circulación y rompen el pavimento. Falta señalización que indique la prohibición. Además, solicitan más patrullajes, extensión del alumbrado público y que saquen las chapas de las obras que obstaculizan el paso en las veredas.

El Molino, uno de los barrios tradicionales de la ciudad, renombrado por haber albergado entre sus calles a artistas del calibre de Luis B. Negreti o Delio Destéfani, está delimitado por las vías del Ferrocarril General San Martín, Rivadavia, Lilliedal, Ameghino, Bolívar y Chile.
Aquí, todos los residentes cuentan con los servicios de agua corriente, cloacas y gas natural, así como el asfalto y el alumbrado público.
No obstante, hay cuestiones pendientes de ser solucionadas. La principal: el caos vehicular y los inconvenientes que ocasiona el flujo constante de camiones en esta área.

Tránsito

El tránsito es el aspecto más preocupante para los vecinos de este barrio, que se advierte, principalmente, en la sobrecarga de tránsito pesado en estas arterias.
“El paso constante de los camiones que andan por muchas calles que no corresponden, como Uruguay, es un flagelo”, explica el presidente de la sociedad de fomento, José Correa.
Es que los vehículos de gran porte solamente pueden circular por Alberdi, cosa que no se cumple. Por tal motivo, se necesita cartelería y señalización que indique que está prohibida la circulación de tránsito pesado en determinadas calles para que, en caso de que se infrinja la norma, se les puedan hacer mutas a los camiones que circulan por esos lugares.
“Hemos abordado este tema con la gestión actual -explica Correa-, pudimos hablar con (el director de la Agencia Municipal de Seguridad Vial) Eduardo Naya y él nos prometió mandar agentes para que controlen a los camiones. Algo se hizo, pero creo que haría falta más presencia y control, que vengan más seguido para que no haya más accidentes”.
Asimismo, hay vecinos que se quejan “porque han pagado el asfalto de contado y hoy ven que se está deteriorando, no solo con el agua, sino también con el peso de los camiones”.
El fomentista también remarca que Javier Muñiz es una arteria con mucho flujo de vehículos, por lo que se solicitó un semáforo en la intersección con Ameghino, habida cuenta de la cantidad de chicos que andan por la zona, cercana al Jardín N° 916, la Escuela N° 19 y el Colegio Normal Nacional.
Seguridad
En cuanto a la inseguridad, Correa sostiene que sucede “lo mismo que en otros barrios”.
Según dicen, hubo algún que otro robo, como el de una despensa ubicada en Alirante Brown y Edison.
Si bien hay rondas de los agentes de la Policía Local, Correa considera que “los fines de semana debería haber otra cobertura porque es cuando los chicos pasan de un barrio a otro, se generan griteríos, rotura de vidrios, vandalismo y demás”.

Otros temas
Si bien el barrio El Molino cuenta con el servicio de alumbrado público que “en general está bien”, hay un sector que muestra ciertas deficiencias.
Se trata de dos cuadras de la calle Paraguay, entre Negreti y las vías del ferrocarril. “Ahí todavía tenemos luminarias colgantes y lo ideal sería que se cambie por columnas”, señala Correa. No obstante, no genera expectativas al respecto, ya que en una reunión con la directora de Relaciones Institucionales, Cristina Cavallo, la funcionaria les manifestó que El Molino “no está en carpeta para hacer ese trabajo en este año”.
Otro punto sobre el que los fomentistas reciben quejas de los lugareños es el estado de algunas veredas, principalmente la de la cuadra del molino, sobre calle Alberdi. “Está bastante deteriorada, sería importante que se arregle”, comenta Correa.
Por último, otro reclamo recurrente de los residentes es el de las chapas de las obras en construcción que interrumpen el paso en las veredas: “Un ejemplo es la obra que tenemos en Javier Muñiz y Ameghino. Quizás si se corrieran un poco las chapas se podría mejorar el paso de las personas que caminan por ahí, e inclusive para el paso de los automovilistas. Es una esquina complicada”.
Los fomentistas remarcan que “es un tema que lleva años sin soluciones”, y si bien desde el municipio se hicieron intimaciones, “nunca hubo una respuesta favorable”.

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