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Con dos imanes, evitan cirugías por una malformación en bebés

Médicos del Hospital de Niños de La Plata llevarán a Australia una novedosa técnica local para reparar esófagos malformados

Cerca de uno de cada dos mil bebés nacen con una malformación congénita conocida como atresia esofágica, que implica que su esófago no se desarrolló bien durante la gestación. Por tener desconectado el conducto que lleva los alimentos desde la boca hacia el estómago, todos esos niños tienen que ser intervenidos para que puedan alimentarse. Si bien la solución tradicional pasa por someterlos a una cirugía, en el Hospital de Niños de La Plata desarrollaron una técnica que en lugar de bisturí usa dos imanes para lograr la reconstrucción.

Creada por el doctor Ricardo Ben, jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital, y aplicada ya en doce niños, esa novedosa técnica será llevada el mes que viene en Australia. Dos médicas del equipo que la practica viajarán a Sidney para presentarla en la 4ª Conferencia Internacional de Atresia de Esófago ante los principales referentes del mundo en esta enfermedad.

“El procedimiento consiste en introducir dos imanes unidos a sondas: uno por vía oral para el cabo superior del esófago; y el otro, a través de la gastrostomía (el orificio hecho en el abdomen para alimentar mientras tanto al bebé), para el cabo inferior. Cuando la distancia de separación entre uno y otro cabo es menor a tres centímetros, la fuerza de atracción magnética hace que los imanes se unan formando una fístula natural”, explica la doctora Paula Borobia, coautora junto a los doctores Ricardo Ben, Norma Balcarce y Viviana Bernedo del trabajo a presentar en el congreso médico.

“Si bien los imanes tardan entre tres y cinco días en unirse y luego pueden retirarse, toma en total unas cuatro semanas que la fístula alcance el calibre necesario para que le bebé se pueda alimentar”, explica Borobia, quien viajará a Australia para realizar la presentación.

“Aunque sólo puede aplicarse a un porcentaje menor de chicos con atresia, esta técnica evita una intervención quirúrgica con una alternativa mínimamente invasiva que ofrece una buena evolución a largo plazo. Y el Hospital de Niños es el único centro público del mundo que la realiza hasta hoy”, cuenta la doctora Cecilia Zubirí, médica del Servicio de Gastroenterología, al explicar la importancia de compartir esta alternativa terapéutica en un encuentro internacional.

Zubirí presentará en la conferencia un segundo trabajo sobre la evolución de los pacientes, realizado junto a la doctora Rosa Ramos y el doctor Sandro Miculán.

Sucede que “si bien los pacientes intervenidos (ya sea quirúrgicamente o con la técnica de imanes) evolucionan bien, su esófago que estuvo separado nunca llega a funcionar como una unidad. Tiene su movilidad alterada, por lo cual es común que los pacientes sufran reflujo y atascamientos con la comida entre otros trastornos que se pueden controlar”, cuenta Zubirí.

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