Arnoldo Caresani: El gran fullback de Mariano Moreno en los ´60

Nací en Teodelina, Santa Fe. En esa época se jugaba un campeonato local donde entraban seis equipos, más otros dos del campo. No estaba integrada a la Liga de Venado Tuerto como hoy en día. Pero yo era muy pibe y no alcancé a jugar. Cuando tenía seis años mi viejo si mudó a Junín, en 1948. Nos radicamos en Edison al 500. Era campito, no se podía calcular las cuadras, pero estábamos cerca de la cancha de Mariano Moreno. Ni el Barrio Obrero que circunda a la cancha estaba en ese entonces.

Mi padre, amante del fútbol, nos llevaba a ver Moreno que en ese tiempo logró los cuatro campeonatos seguidos 46, 47, 48 y  49. Vi jugar a los grandes del fútbol de Moreno.

Empecé en la quinta del Club Moreno en 1954 que era la división menor. Antonio Bozzano era el delegado. Jugué hasta 1957 donde ascendí a cuarta. Jugué un partido y en el segundo el técnico de primera que era Orlando “el Mono” Tablada me promovió a primera. Debuté con quince años y tuve el honor de jugar con Chulín Tablada que justo ese día fue su último partido con la camiseta de Moreno. Hice pareja con Héctor Sacco en el fondo.

Tuve la suerte de tener compañeros y rivales que eran jugadores extraordinarios, de mucha calidad técnica y cabeceadores de primera línea que hoy no existen.

Contra Sarmiento era un clásico fuera de contexto, como River y Boca. Era la época que Sarmiento consiguió la doble afiliación y contra nosotros ponía buena parte de los jugadores de AFA. Horacio Medina, Madama, entre otros, eran fija que jugaban contra nosotros. Hemos perdido más partidos de los que ganamos. Pero cuando le sacaron la doble afiliación cambió la historia.

Se jugaba a muerte, era hermoso, las canchas con tres filas de gente alrededor. Con la intermedia, igual y eso que jugaba los sábados.

En 1966, 67 y 68 disputamos tres finales del nocturno contra BAP y la cancha de Sarmiento se venía abajo. Daba gusto jugar. Hace tiempo que no voy al fútbol local, pero he llegado a ver treinta personas en un partido. Una lástima que se vaya perdiendo todo.
En 1969 se dilató el comienzo del campeonato y los clubes dieron libertad de acción a los jugadores. Con Pardini y Guzmán nos fuimos a jugar a Juventud Unida de Santa Isabel, la Liga de Venado Tuerto. Otros fueron a la Liga de Vedia y otros a la Liga de Arenales. Era un nivel de fútbol importante y económicamente también.
Yo además estuve cinco años en Huracán de Rojas.

Salí campeón con Moreno en 1961, un torneo que quedó marcado en la historia del fútbol de Junín por la cantidad de goles a favor, los pocos goles en contra que recibimos. Solamente perdimos con Rivadavia en la primera rueda. Luego, en 1966, ganamos el preparación de la Liga y el de los 50 años que organizó Moreno por sus bodas de oro, más el oficial y luego en 1971.

Hoy se han olvidado que el futbol es un juego. Antes como espectáculo era superior a hoy. Ahora se sufre el término de las escuelas de fútbol, que eran los campitos. En el campito el jugador se hacía hábil, adquiría destreza, se jugaba a ganar siempre. Era el juego del futbol. En los clubes los delegados –hoy técnicos- te acomodaban en la cancha para que te manejaras y nada más. Pero la esencia del fútbol la traías del campito. En un terreno de 10x15 jugábamos 30 pibes y tenías que ser habilidoso o te mandaban al arco. Hoy existen otras técnicas, pero creo que los entrenadores han equivocado el camino. En vez de darle destreza al jugador lo han llevado a rendir el máximo en lo físico. La velocidad hoy es fundamental, pero cada choque produce un lesionado. Antes se jugaba muy fuerte, pero con un poco más de lealtad. Todo esto ha hecho que el fútbol como espectáculo caiga. Argentina es un semillero de jugadores que triunfan en todas partes, pero los traemos a jugar en la Selección y no hay equipo. Un técnico no puede tener los jugadores quince días antes de la competencia, es una locura.

¿Maradona o Messi? Distintos. Maradona más espectacular en la habilidad de piernas. A Messi lo veo más completo.