El secretario general del gremio de los taxistas, Roberto Salcedo, admitió ayer que los asaltos que suelen sufrir los choferes en horario de trabajo “siempre son preocupantes”, aunque aclaró que en los últimos tiempos el número de casos se ha reducido considerablemente.
“Hoy diría que los episodios de este tipo se dan casi esporádicamente, pero es cierto que hubo un momento en el que se habían vuelto una costumbre y todavía hoy nos causa preocupación”, afirmó, en diálogo con Democracia.
El gremialista, que dio a conocer su posición luego de que el domingo pasado un chofer de la parada ubicada en Libertad y República sufriera un ataque con un arma blanca, recordó que se han puesto en práctica diferentes alternativas para hacer frente a la problemática.
“En algún momento se ha instaurado un sistema de códigos entre el chofer y el telefonista de la parada, una serie de palabras clave, de manera que si ocurriera un asalto se pudiera dar aviso rápido a la Policía”, detalló. Sin embargo, agregó que con el desarrollo de los sistemas de comunicación se lograron frustrar varios episodios delictivos.
“Hoy, si me pongo en la cabeza de un asaltante, atacar un taxi es cada vez más difícil. Hemos visto en varias ocasiones cómo al autor del hecho lo capturan a las pocos metros del lugar del robo”, insistió Salcedo.
Por otro lado, confesó que el momento económico de la actividad es lo suficientemente negativo como para que un asaltante “se arriesgue a ser capturado por una suma módica de dinero”. “Como ocurre con la situación del país en general, el trabajo de taxista no atraviesa su mejor etapa. Dependemos del poder adquisitivo del ciudadano que, como se sabe, no permite hoy en día gastar en un viaje dentro de la ciudad”, aseguró.
Dificultad para organizarse gremialmente
Salcedo también sostuvo que, precisamente por la crisis económica que afecta a la actividad, la organización de los choferes en términos sindicales se vuelve cuesta arriba. “Hoy hay mucho recambio de personal, el taxista joven lo ve como un trabajo transitorio, como un paso previo a insertarse en una actividad más rentable”, reflexionó.
“Seguramente se hace más difícil en tales condiciones generar acciones para contrarrestar los asaltos en las calles, pero creemos que el problema mayor está en la falta de rentabilidad”, añadió el gremialista.
Aún así, desde la perspectiva de Salcedo, un posible foco de inconvenientes podría aparecer cuando entren en circulación billetes de mayor valor nominal, como por ejemplo, de 500 pesos, como se espera que ocurra en los próximos meses.
“Eso nos puede traer varios trastornos, ya que aunque la recaudación sea baja puede resultar un excusa propicia para asaltar un coche. Es una preocupación, sin duda, pero todavía no ocurre y ya llegará el momento de pensar con tranquilidad qué hacer”, concluyó.
La segunda vez en un mes
El del domingo es el segundo asalto que afecta durante el mes de julio a un auto de la parada de Libertad y República. Como informó Democracia el martes 5, un chofer de la misma terminal fue atacado el fin de semana inmediatamente anterior, le robaron dinero y el vehículo, luego de “pasearlo” por avenida Circunvalación mientras le apuntaban con un revólver.
Sin embargo, el episodio del domingo último registró una diferencia crucial: el asalto de principio del mes ocurrió con pasajeros que el conductor subió en plena calle, mientras que el que tuvo lugar anteayer fue obra de un joven de 22 años que solicitó el coche en la parada.
"Nuestra clientela es amplia, nos conocemos mucho, jamás tuvimos ningún problema con ellos. A veces, un compañero levanta pasajeros directamente en la calle para tratar de ganarse un mango más y hoy en día, como están las cosas, hay que ser cuidadosos", declaraba entonces Andrés Asfura, encargado de la parada, en diálogo con TeleJunín. Esta vez, el hecho de que el pasajero hubiera solicitado el taxi en la propia terminal no resultó garantía de seguridad.
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