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PRESENTADOR, GLOSISTA Y FLOREADOR

Edgardo Barrionuevo: “Lo que yo hago es rimar lo que el público quisiera expresar”

Es uno de los pocos presentadores locales que se dedica a la glosa y al floreo. Presentó a Ariel Ramírez, Domingo Cura, Horacio Guarany y la orquesta de Juan D’Arienzo, entre otros. Escribió un libro con Mamerto Menapace.

Los primeros años de Edgardo Barrionuevo, en la pequeña localidad de Zavalía, estuvieron lejos de configurar un período de holgura. Más bien, la suya fue una infancia “carente”, como él mismo la define.
En ese marco, cuando llegó a sus manos un ejemplar de la revista Cantaclaro, con letras de tango, enseguida se sintió atraído. “A mí me gusta la poesía de Buenos Aires desde muy chico”, señala.
Al poco tiempo, ya había sido fuertemente cautivado y seducido por la poesía de Héctor Gagliardi. Sin embargo, todavía estaba lejos de los escenarios.

Presentador
Arrancó su camino como pintor de obras y a los 20 años se fue a trabajar a Los Toldos. Allí permaneció un par de décadas y se vino a Junín hace unos 25 años, cuando se casó y formó su familia.
Estando en Los Toldos se incorporó a una parroquia y una de las actividades que realizaba el grupo era la de visitar y realizar algún tipo de festejo en barrios carenciados. En uno de esos encuentros hacía falta un locutor y lo eligieron a él.
“Ahí me pasó una cosa muy agradable –recuerda– porque salió muy bien y al poco tiempo me llamaron para presentar a Daniel Altamirano y Los de Siempre”.
A partir de allí encadenó una sucesión de llamados de instituciones de bien público, cooperadoras y otras organizaciones que requerían de un presentador.
Así fue como empezó a ser el locutor de espectáculos, encuentros, competiciones, y no sólo en Los Toldos, también en Nueve de Julio, Junín y otras ciudades.

Glosista y floreador
Hasta entonces había estado vinculado, mayormente, al mundo del folclore. Pero en un momento apareció la posibilidad que siempre había esperado: la presentación de un espectáculo de tango.
“Ahí me di cuenta de que necesitaba material propio, entonces iba guionando los espectáculos a mi manera”, explica.
A Barrionuevo le interesaba “colaborar con los organizadores de los espectáculos”, y para eso ya no era suficiente lo que hacía de manera espontánea, por eso empezó a crear sus propios guiones, con glosas para las presentaciones de tango, y floreos en las de folclore.
Así llegó a presentar artistas de la talla de Ariel Ramírez, Domingo Cura, Zamba Quipildor, el Cuarteto de Los Andes, Horacio Guarany, la orquesta de Juan D’Arienzo, la Misa Criolla hecha por Rubén Aguilera y Gerardo López, entre muchos otros.
También fue durante tres años el presentador del espectáculo Villegas Canta, y el año pasado estuvo nada menos que en la Fiesta Nacional del Gaucho, en Chivilcoy (ver recuadro).

Su arte
Edgardo afirma que en la actualidad tiene un archivo con más de mil glosas y floreos escritos por él. “A esta altura, es tanto el material que tengo y tan variado, que cuando me llaman solamente tengo que seleccionar entre mis fichas”, comenta.
Estos versos, presentados en cuartetas, en sextas o en décimas, constituyen “una suerte de ilustración que permite ambientar al público para lo que viene”.
Barrionuevo asevera que “el cantor de tango manifiesta que le agrada mucho ser presentado por un glosista”.
En cuanto a los temas que tratan las glosas, indica: “En el caso del tango danza, sobre lo que significa y lo que despierta en el bailarín el hecho de escuchar una melodía de tango para bailar. Al cantor, me gusta alabarlo, destacar sus virtudes. En el folclore, la décima apunta más a la argentinidad, el gusto por lo popular y las tradiciones”.

Libro con Menapace
Hace un par de años, Barrionuevo editó un libro junto con el padre Mamerto Menapace.
Ambos se conocían desde hacía mucho tiempo. Perdieron contacto cuando Edgardo se vino a Junín, pero en un momento, a partir de una situación complicada que estaba viviendo un familiar, se volvieron a relacionar.
Tiempo después, Barrionuevo le mandó un correo electrónico a Menapace con una décima en la que le hacía un comentario sobre “Madera verde”, uno de los libros del sacerdote. Al otro día obtuvo una respuesta, también en forma de glosa. Entonces le escribió otra décima, Menapace le contestó y continuaron intercambiando mails en ese formato.
“Así fue como se dio esta suerte de payada virtual –cuenta Edgardo– y cuando llevábamos más de treinta encuentros, el propio Menapace me propuso publicar lo que veníamos haciendo”.
El libro se llama “Cantando las cuarenta” y lo presentaron en un teatro y en la Feria del Libro de Buenos Aires. “La presentación fue muy agradable y el libro fue una experiencia maravillosa”, resume Barrionuevo.

Su aporte
Como glosista y floreador, Barrionuevo asegura que su arte “realza mucho” un espectáculo.
Y concluye: “El floreo es decir de un modo poético lo que el público siente y quisiera expresar. A veces es mejor utilizar un lenguaje simple, sencillo, que esté identificado con aquella persona que asiste al espectáculo. Lo que yo hago es rimar lo que el público quisiera expresar. El floreo es una alabanza al protagonista de un determinado espectáculo y eso es lo que aportamos”.

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