TRIBUNA DEL LECTOR

Déficit perpetuo

El problema quizá más serio que afecta  a nuestro país y que por su complejidad y tecnicismo escapa normalmente a la comprensión del ciudadano medio, es el Déficit Fiscal, ya endémico, instalado en nuestra economía estatal: nacional, provincial o municipal.
La dirigencia política, oficialista u opositora, no comunica debidamente los alcances de este verdadero cáncer de nuestra vapuleada economía, en una suerte de “pacto de silencio”, que entiendo excede la necesidad  de hacer caja para la política y no es sino, la institucionalización, por parte de la dirigencia, de un sin número de privilegios que legitima por el solo hecho de ejercer el poder
Observando someramente algunas cifras sobre cómo se utilizan los fondos públicos, nos enteramos que 3.500.000 personas están empleadas en el Estado. Días atrás, un alto funcionario bonaerense informó que la Provincia tiene un Presupuesto de 354.000 millones, de los cuales el 90% está destinado a gastos en Personal y Corrientes. ¿Cuánto es lo que resta para atender la obra pública, educación, salud, etc.?
Sin lugar a dudas, en todas las jurisdicciones, la mayor erogación la deben constituir los sueldos. Ha trascendido que el actual gobierno ha prescindido de numeroso personal designado políticamente por contrato y por supuesto a los que iban solo a cobrar, los “ñoquis”, pero muchos, particularmente en el Congreso, son heredados, por los sucesivos presupuestos.
Quizá esto suene a ingenuo, ¿no sería el momento, fundamentalmente para nivelar las finanzas públicas, que todos los poderes del Estado dicten las normas que posibilitan una racionalización administrativa, redimensionando las dotaciones de personal de acuerdo a las reales necesidades del servicio, que permitiría asimismo una importante economía en los gastos de funcionamiento?
También sería un acto de transparencia republicana limitar las designaciones de empleados por esa suerte de “premio a la militancia” y respecto a familiares consanguíneos y políticos.
El populismo pretende justificar el incremento del empleo público, en la decreciente generación de trabajo en el sector privado. ¿Y en los años anteriores quién fue responsable de esto y de permitir un 40% de trabajo “en negro”? Falaces argumentos para justificar incapacidad en la gestión de una dirigencia que solo supo llenarse los bolsillos.
Para finalizar, un hecho cercano, ilustrando como se manejan las designaciones: el Banco de la Provincia designó en su directorio a un exintendente municipal, perteneciente a un partido político opositor, del que se desconoce preparación académica para desempeñarse en tan alto cargo. Dios sabrá a cambio de que. Este a su vez, nombró asesor en su nuevo conchavo a un profesional, militante de La Cámpora. ¿Qué tal?

Carlos José Albarello
DNI  4.959.281

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