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ALEJANDRO ARAVENA

La arquitectura vista como una manera de mejorar la calidad de vida del hombre

Este año el Premio Pritzker recayó en el arquitecto chileno Alejandro Aravena, quien es el director de la Bienal de Venecia 2016.

Como director de la Bienal de Venecia 2016, el arquitecto chileno Alejandro Aravena ha intentado cambiar los propios fundamentos de la arquitectura. En lugar de hacer un interrogatorio interno sobre las deficiencias de la profesión, tal como lo entendió Rem Koolhaas en 2014, el Pritzker chileno nos pide mirar en la dirección opuesta, hacia las vastas extensiones del horizonte construido que tradicionalmente va más allá del ámbito de la profesión: los barrios bajos, las megaciudades desnaturalizadas, las zonas en conflicto, los puertos ambientalmente comprometidos, las aldeas rurales alejadas de la red.
"Creemos que el avance de la arquitectura no es un objetivo en sí mismo, sino una manera de mejorar la calidad de vida de las personas", señala Aravena en su introducción al evento. En otras palabras, su bienal no pregunta qué debe ser la arquitectura y en qué falla para estos propósitos, sino más bien qué podría hacer la arquitectura y cuáles son las cosas que muchas veces olvidamos.
La Bienal de Venecia se lleva a cabo desde el 28 de mayo último hasta el 27 de noviembre del corriente año.

Un chileno premiado
Chile es un país de 17.4 millones de habitantes que desde hace varios años viene siendo destacado por el notable trabajo de sus arquitectos. En enero de 2016, por primera vez en la historia, el Premio Pritzker recayó en un arquitecto chileno, Alejandro Aravena, quien también es el tercer Pritzker proveniente de América del Sur.
Destacando su capacidad de ampliar el campo de acción del arquitecto para concretar soluciones que permitan mejorar los entornos urbanos y hacer frente a la crisis mundial de vivienda, el jurado seleccionó al arquitecto Alejandro Aravena como el ganador de la edición 2016 del Premio Pritzker. Aravena es el 41º galardonado y el primer chileno en recibirlo.
Con 48 años de edad, Aravena no sólo presenta una nutrida producción de obras privadas, públicas y educacionales en Chile, Estados Unidos, México, China y Suiza, sino que ha logrado construir -a través del Do Tank ELEMENTAL- más de 2.500 unidades de vivienda social, involucrándose en el ámbito de las políticas públicas habitacionales y tomando las reglas del mercado como una oportunidad de generar un impacto real y de gran alcance.

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