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EZ FUNCIONARIA Y REFERENTE DE LA COALICIÓN CÍVICA LOCAL

Magda Ricchini: “Soy una agradecida a la política”

Docente y psicóloga, durante doce años fue secretaria de Bienestar Social. También fue concejal y candidata a Intendente. Afirma que la política “se lleva adentro”, y admite no volvería a competir por la jefatura comunal.

Magdalena Ricchini se crió en el seno de una familia muy politizada y de extracción radical.
De hecho, en la casa de su abuelo materno, de apellido Patiño, se hacían reuniones políticas “a oscuras”. Tanta pasión había entonces que estaban “irremisiblemente peleados con un hermano que era peronista”, recuerda Ricchini hoy.
En ese marco, Magda –como todos la conocen– terminó teniendo un gran compromiso político, que se tradujo en una larga gestión en la Secretaría de Bienestar Social durante la administración comunal de Abel Miguel, un mandato como concejal y postulaciones a intendente.
Dentro de la política, su trabajo estuvo y está fuertemente vinculado “a lo social y lo solidario”, como ella misma lo explica.

Docente y psicóloga
Cuando egresó del bachillerato con orientación pedagógica en la Escuela Normal, Ricchini se fue a estudiar Ingeniería a La Plata, aunque debió regresar al tiempo cuando su padre tuvo problemas cardíacos.
Entonces se inscribió en Psicología en la UBA, para hacerla libre, pero a último momento decidió hacer el Profesorado de Filosofía y Pedagogía en el Instituto de Profesorado Junín.
Desarrolló la carrera docente como profesora de filosofía y se desempeñó “en casi todas las escuelas de Junín”. Hizo, además, numerosos cursos de perfeccionamiento y capacitación, y un posgrado de Derecho de Familia.
Después hizo la carrera de Psicología. “Me había quedado pendiente –explica– y la verdad es que yo estudié toda la vida. Fui becada a Israel donde hice un curso de posgrado de Desarrollo Regional Rural, y más adelante en España hice una maestría en Desarrollo Local”.

Funcionaria
Ricchni había tenido participación activa en política en su estadía en La Plata y en 1983 empezó “a seguir a Raúl Alfonsín”.
Fue candidata a consejera escolar suplente y en 1991 el entonces intendente Abel Miguel le ofreció el cargo de secretaria de Bienestar Social.
“En la municipalidad había un gran movimiento –recuerda– y la Secretaría también tenía muchísima actividad, mucho trabajo. Yo tuve siempre un despacho de puertas abiertas y atendía cientos de personas por día. Eso hoy es una gran satisfacción porque hay muchísima más gente que me conoce a mí que la que yo reconozco”.
Permaneció en el cargo hasta el año 2003.

Candidata
Ese año fue precandidata a intendente y perdió la interna del radicalismo con Mario Meoni. Según dice, debió competir “contra una estructura muy grosa”, dado que ella había “prohibido terminantemente hacer política dentro de Bienestar Social”.
Fue derrotada por menos de cien votos en la interna abierta. “Seguramente nos faltó aparato –insiste–pero la campaña la hice yo, y tengo claro que no pagué ni un mango para que alguien vaya a votarme”.
En 2007 fue electa concejal y en 2011 volvió a candidatearse para intendente, y el vencedor fue, una vez más, Meoni.
Esas derrotas dejaron sus marcas y hoy sentencia: “Si hay algo que tengo claro es que no voy a ser otra vez candidata a intendente”.

La política
Ricchini se hace cargo de su fama de “intransigente”. Sin embargo, nunca se desencantó con la política ni se alejó de ella: “En algún momento fui enojada, pegué un portazo, pero después volví. No me dura mucho porque es algo que se lleva adentro. Siempre voy canalizando por la faz solidaria y social”.
El último cimbronazo lo sufrió el año pasado, cuando estaba todo dado para que ocupara un lugar expectante en la lista de diputados provinciales de Cambiemos (se hablaba del tercer o sexto puesto) y la ubicaron octava, sin poder ingresar a la Legislatura.
“Cuando se definió la lista tuve mucha bronca –admite– pero los que estamos en política sabemos que esto es así”.
Reconoce que le “quedó picando” el deseo de hacer un paso por el legislativo y cuenta que en la actualidad trabaja activamente con el diputado Marcelo Daletto, en un grupo al que define como “una caldera de ideas” en la que se analizan diferentes temas.

Balance
“Yo soy una agradecida a la política”, afirma Magda.
Al analizar su actuación, sostiene que pudo “darle una impronta que no tenía” a Bienestar Social: “A mí me tocaron Las Siete Plagas de Egipto, trasladadas a Junín, con inundaciones, una pobreza muy grande, la aparición de la droga a gran escala, la violencia, y el trabajo me demostró que la planificación desde el escritorio no sirve, por eso yo trabajé mucho desde las bases”.
Según dice, su termómetro “es el reconocimiento”. Y grafica: “Cuando yo era chica me encantaba pasear con mi viejo y me ponía recontra llena de orgullo que le dijeran ‘buenos días señor Ricchini’ y se levantaran el sombrero, y creo que cumplí con sostener ese apellido. A mí me dicen un montón de cosas lindas y yo creo que lo único que hice fue administrar una oficina y laburar de la manera que sé hacerlo, en un lugar que era movilizante y con mucha demanda. Hoy me siguen saludando aún sin sombrero, el apellido lo llevo con mucho orgullo y lo reconoce buena parte de Junín”.

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