Sillas de ruedas apiladas y facturas truchas en Pami

Luego de denunciar ante el Congreso la dramática situación con que se encontró al asumir como titular del Pami, Carlos Regazzoni insistió ayer con que existen numerosos “grupos de presión” para evitar que la obra social de los jubilados supere el estado de “abandono” y las prácticas irregulares que dijo haberse registrado en los últimos años.
“A veces donde tocás sale pus. Cada cambio que querés hacer para mejorar las cosas encontrás resistencia de todo tipo”, alertó Regazzoni en diálogo con radio Mitre. El martes había denunciado la existencia de “circuitos mafiosos”, “clínicas fantasmas”, servicios inexistentes facturados, sillas de ruedas arrumbadas y medicamentos sin entregar, entre otras irregularidades en el Instituto. “Hay prestaciones que están como cartelizadas y viejas prácticas que no se quieren abandonar”, lanzó. El directivo, entre las irregularidades descubiertas en el Pami por las nuevas autoridades, volvió a hablar de “clínicas fantasmas, demoras inauditas para entregar prótesis, viajes en ambulancia que eran inventados; todo esto costó muchísimo dinero”. Regazzoni remarcó que encontró “un Pami en una situación institucional terminal”.