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CRIMEN EN LINCOLN

Se negó a declarar la mujer del jubilado asesinado

Florencio Bearzotti, de 73 años, fue ultimado a puñaladas. El fiscal pidió la detención de la acusada.

Alrededor de las 20 de ayer, el titular de la UFIJ 7, Ángel Humberto Quidiello, concluyó con la recepción de la declaración prevista por el artículo 308 del Código Procesal Penal a la aprehendida Santa Duré, argentina, casada, de 46 años, domiciliada en Villa Gobernador Gálvez, provincia de Santa Fe, en el marco de la IPP 04-00-003575-16.
Se imputa a la nombrada la comisión del delito de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y criminis causa, en los términos del art. 80, inc. 1° y 7° del Código Penal, por el hecho ocurrido entre las 23 horas del 30 de abril y las 4 del 1 de mayo del corriente año, en el interior de la finca sita en Brown 21, de la ciudad de Lincoln, domicilio de la víctima,  esposo de la nombrada, Florencio Bearzotti, quien sufrió quince lesiones del tipo punzo cortantes, en la región hemitorácica anterior izquierda, dos de las cuales comprometieron el corazón. En el marco del mismo hecho se produjo la sustracción de una suma de dinero en efectivo, de alrededor de siete mil pesos y otros elementos propiedad del occiso.
Duré hizo uso del derecho de abstenerse de declarar y concluido el acto, el Agente Fiscal solicitó a la titular del Juzgado de Garantías 3, doctora María Laura Durante, la conversión en detención de la aprehensión de la mencionada.

El hecho

Como informó Democracia, el hecho sucedió el domingo en una vivienda situada en Brown 21, entre avenida Massey y Leandro N. Alem, en pleno centro linqueño. La víctima, identificada como Florencio Bearzotti, fue hallada tirada en el piso del inmueble por su esposa que llamó a la comisaría de Lincoln.
Al llegar al lugar, los policías constataron que el hombre estaba muerto a raíz de varias puñaladas en su cuerpo.
Según las fuentes, en el interior de la casa estaba todo revuelto como si hubiesen estado buscando algún dinero en efectivo.
Sin embargo, los investigadores sospecharon de la mujer, de 46 años, porque había dicho que a la hora del crimen estaba en otro lugar pero luego se comprobó que no era cierto.
Ante esa situación, la esposa del hombre fue aprehendida como sospechosa de haber participado en el homicidio del jubilado, aunque los pesquisas procuraban determinar si hubo otras personas que también cometieron el ataque.
Un jefe encargado de la pesquisa dijo que el año pasado la pareja se casó con el objetivo de que la mujer cobrara una pensión como viuda en caso de que Bearzotti falleciera.

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