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EN EL JUICIO POR EL CRIMEN OCURRIDO EN ABRIL DE 2014

Condenaron a las hermanas Medero pero la madre de Naira Cofreces no quedó conforme

“Esperaba que les dieran mucho más, confiaba en la justicia”, dijo Nancy Bracco luego de que el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 sentenciara a 20 y 8 años de prisión a María Rosa y Anabela Medero, respectivamente.

Las plegarias que María Rosa Medero pronunció en voz baja mientras la secretaria del Tribunal Oral en Criminal Nº1 comenzaba a leer la sentencia se estrellaron a los pocos segundos contra una realidad de hierro, cuando la mujer de la lectura anunció que la mayor de las acusadas, en ese momento aferrada a la invocación de una ayuda divina, había sido condenada a veinte años de prisión por los delitos de homicidio simple y lesiones leves agravados por la participación de una menor, en concurso real.   
Más tranquila se mostró la otra de las imputadas, Anabela Medero, quien fue considerada participe secundaria del mismo crimen, que tuvo como víctima a Naira Cofreces, y coautora de las lesiones leves contra Lucila Nair Guzmán, cargos por los que recibió una pena de ocho años de prisión.
Los jueces Esteban Melilli, Miguel Ángel Vilaseca y Karina Piegari entendieron que la acción homicida (golpe en la cabeza contra la pared que generó una fractura craneana con sus consabidas consecuencias) fue materialmente desplegada por María Rosa Medero, quien además de haber sido quien inició la agresión, se mostró más ofuscada y violenta que las demás intervinientes, su hermana Anabela y una menor de edad que desde 2014 se encuentra privada de la libertad.
La audiencia final del juicio oral y público se desarrolló en el sexto piso de tribunales y no se registraron incidentes.
La madre de Naira, la chica de 17 años que perdió la vida cuatro días después de la feroz paliza sufrida el 23 de abril de 2014 a la salida de la Escuela Secundaria 5, habló con los medios luego del fallo y manifestó su disconformidad con la decisión de los magistrados. “Esperaba que les dieran mucho más, confiaba en la justicia”, expresó angustiada Nancy Bracco.
Y siguió: “La verdad no me salen las palabras, es un dolor tan grande que no lo puedo describir. Yo esperaba que les dieran perpetua y me habían dicho que no se podía, pero por lo menos que les aplicaran los 27 años pedidos por el fiscal. A una le dieron ocho años, quiere decir que con lo que lleva presa en un par de años más sale. Siento un poco de alivio al pensar que Naira va a descansar en paz, pero a la vez siento que es muy poco el castigo”.
El fallo
El tribunal dio por probado que el 23 de abril de 2014, alrededor de las 22, las menores Naira Cofreces y Sofía Pratolongo al salir de la escuela secundaria 5 resultaron agredidas por un grupo de mujeres, también alumnas de la misma institución y la hermana de una de ellas.
Explicaron que en casos como este, en el que las acciones se despliegan en contextos de peleas callejeras tumultuosas, donde son varios los agresores, varios los heridos y muchos más los espectadores,  y siendo que las percepciones y la evocación de las mismas difieren de sujeto en sujeto, máxime cuando han transcurrido exactamente dos años desde el acaecimiento, no resulta extraño que varios de los testigos que presenciaron todo o parte del hecho recuerden datos parciales.
Yendo al meollo de la cuestión vinculada a la agresión desplegada en las cercanías de la escuela, en primer término se consideró necesario citar la versión brindada en la audiencia de debate por la joven Sofía Belén Pratolongo, quien el día del hecho egresara del edificio escolar junto a Naira Cofreces y también resultara herida de manera leve (pese a no haber querido instar la acción penal).
Pratolongo refirió que al salir vio un grupo de entre 13 y 15 chicas y que cuando iba junto a Naira por la vereda, en dirección a la esquina, una de ellas, a quien identificó como María Rosa Medero, se les acercó y les dijo: “¿Quién le quiere pegar a mi hermana?”. Agregó que ella y las otras tres jóvenes que caminaban juntas le dijeron “ninguna de nosotras” y que inmediatamente después de ello “la agarran María y Anabela Medero de los pelos a Naira y le empiezan a pegar”.
Continuó señalando que ella se metió en el medio, siendo agredida por María, quien la tomó de los cabellos, agregándose en ese momento la menor que iba con las Medero, quien también le empieza a pegar a Pratolongo.
“Yo me levanto y me tira de nuevo, y cuando yo me quería levantar, las tres me arrastran hacia el paredón. Ahí ya no vi qué pasó con Naira; una chica fue a avisarle al director. Sale, me fue a sacar, y después a Naira. A Naira le tiraban de los pelos, le pegaban piñas, con los puños cerrados, patadas. Y a mí me pegaron patadas en el piso. Además María Medero tenía un tipo navaja en la mano, chiquita, pero no la pudieron cortar a Naira en el cuello. Cuando la quisieron cortar en el cuello, pisó el borde del asfalto y se cayó al piso. Naira estaba toda golpeada, se quería salvar, pero no podía. Se quería tapar la cabeza pero no podía. Lucía Galante y Marcela Ormazábal también estaban, pero ellas no fueron agredidas, salieron para llamar al director”, recordó.
Los jueces marcaron que de la totalidad de la prueba recolectada, pueden tenerse por acreditados los siguientes extremos fácticos, sobre los cuales no existe prueba en sentido contrario:
- En el interior de la Escuela Secundaria 5, el 23 de abril de 2014, en horas de la tarde se suscitó un problema entre las alumnas Anabela Medero y Lucila Guzmán.
- Anabela Medero convocó por mensaje de texto a su hermana María Rosa para que fuera a esperarla a la salida de la escuela.
- María Rosa Medero acudió al llamado de su hermana, y estando al menos acompañadas ambas por otra alumna del establecimiento,  menor de edad, alrededor de las 22 de manera amenazante preguntó a un grupo de alumnas que salían de la escuela, entre las que se hallaban Naira Cofreces y Sofía Pratolongo, quién era la que le quería pegar a su hermana, respondiéndole las mismas que ninguna de ellas.
- En esos momentos se inició una agresión conjunta de las hermanas Medero y otra menor contra Cofreces y Pratolongo, a quienes les propinaron numerosos golpes de puño,  puntapiés y tirones de cabello, mientras el dinamismo de la agresión hacía que se fueran movilizando de lugar, siempre en el radio demarcado por la media cuadra que existe entre la salida de la escuela por calle Cabrera y la esquina de Vuelta de Obligado, y desde la vereda de la institución escolar hasta la de enfrente donde se emplaza el Club Rivadavia.
- Sofía Pratolongo entre otras lesiones perdió una pieza dentaria, y habiendo caído al piso, mientras seguía siendo golpeada por las atacantes, fue rescatada por un directivo de la escuela que la puso a salvo dentro del edificio de la institución.
- Naira Cofreces también recibió numerosos golpes de puño y cuando en un determinado momento cayó al suelo, posiblemente como consecuencia de haberse trastabillado por los golpes, colocándose en posición fetal y cubriéndose la cabeza, sufrió varios puntapiés.
- Al lograr reincorporarse, hallándose ya en la vereda del Club Rivadavia,  enfrente de la escuela, Cofreces intentó huir de la agresión, resultó fuertemente tomada de los cabellos por María Rosa Medero, quien le provocó al menos un fuerte golpe en la cabeza contra la pared del club mencionado, el cual produjo un fuerte ruido como de un estallido o explosión.
- María Rosa Medero poseía además un arma blanca, de pequeñas dimensiones, con la cual amedrentó a las víctimas, provocándole incluso una lesión en la zona del cuello a Cofreces.
-La víctima Cofreces resultó asistida por personal del establecimiento educativo, siendo también conducida al interior del mismo.
- Junto a las hermanas Medero, al menos de manera intermitente, tomó parte de la agresión prácticamente simultánea a ambas víctimas la menor.
En cuanto a la diferencia de las penas aplicadas a las hermanas, el tribunal evaluó que a Anabela le correspondía un escarmiento inferior porque “las demás lesiones, de carácter leves, que presentaba la joven víctima Cofreces, si bien se inscriben en un mismo contexto de acometimiento colectivo por parte de las tres agentes activas, en modo alguno fueron una condición necesaria para que se produjera el fatal desenlace. Más allá de que así lo indica el sentido común, ello ha sido además asegurado por los médicos que depusieron durante la audiencia de debate”.

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