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LA PROVINCIA

Decisión estratégica con tinte electoral

Por estos días comenzó a cocinarse en los dos principales partidos que componen Cambiemos, una decisión que ya generó algunas voces críticas. Tanto el PRO como la UCR deben nominar sus conducciones en la Provincia, y por estas horas se especula con que los dos dirigentes de máxima responsabilidad institucional en territorio bonaerense sumarán el poder partidario.
Por un lado, María Eugenia Vidal tendría resuelto presidir el macrismo provincial, en el marco de un proceso de normalización de la fuerza. Se trata de una movida que reconoce al menos dos aristas, aunque ambas estrechamente vinculadas al proceso electoral del año entrante.
La mandataria, se descuenta, tendrá un rol central en la definición de candidatos en la Provincia. Pero parece decidida a no dejar nada librado al azar. Su hipotética presidencia supondría un freno a las ambiciones de Jorge Macri.
El intendente de Vicente López sueña no sólo con conducir el PRO sino también a encabezar la lista de candidatos a senadores nacionales en la elección de medio término. El encumbramiento de Vidal acaso pueda interpretarse como el dique de contención a esas aspiraciones simultáneas.
Al primo del Presidente se le reconoce en el macrismo una fuerte capacidad de trabajo y haber logrado hacer empinar su figura como referente provincial. Pero esas concesiones no lo ponen a cubierto de las críticas sobre su supuesto intento de “crecimiento desmedido” que le achacan no pocos sectores del PRO.
La posible candidatura del alcalde empezó a trastabillar en las últimas semanas luego de que apareciera involucrado en los Panamá Paper. Con todo, nadie se atreve a descartarla pero en el pináculo del poder nacional ya se barajan alternativas.
Hay un menú de opciones en danza. El nombre del ministro de Educación, Esteban Bullrich, aparece en esa grilla tentativa. Tiene domicilio en Junín y hay quienes lo ven con chances.

Una tapada
Otro alto funcionario del Gobierno nacional aparece entre los “potables”. Se trata de Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social. Acaso Macri pretenda ir construyendo una “nueva Vidal” en su sector. Por lo pronto, ya empezó el lento proceso de poner en el candelero a Stanley: en los últimos días se sentó sugestivamente a la mesa de Mirtha Legrand.
En esa danza de nombres aparecen además otros dos funcionarios nacionales: Marcos Peña y Rogelio Frigerio. Pero el nombre que más ruido genera es el de Elisa Carrió. Mudada desde hace un tiempo desde territorio porteño a Capilla del Señor, la líder de la Coalición Cívica buscaría encabezar la lista de aspirantes al Senado por la Provincia.
Pero su figura y su relación ambivalente con el macrismo generan dudas en diversos sectores del PRO. Hay quienes prefieren verla con menor exposición pública en la campaña, acaso, como candidata a diputada nacional.
En el radicalismo también hay algunos nombres en danza para la lista de senadores nacionales. Lo tantearon para la elección pasada cuando el acuerdo de la UCR con el PRO parecía pura fantasía. Y le dijo no a la chance de ser candidato a gobernador. Ahora la alternativa del neurólogo Facundo Manes, de él se trata, volvió a sonar fuerte.
Otra de las posibilidades que se menciona supone la incursión de un peso pesado en territorio bonaerense. La mudanza de provincia podría hacer ruido si es que Ernesto Sanz empieza a hacer campaña en la Provincia en busca de una banca.
Sanz viene dejando algunos mensajes. Está más imbuido de lo que parece en la interna radical bonaerense y viene recorriendo distritos en contactos reservados y no tanto con intendentes y dirigentes locales.
Se le adjudica al mendocino, además, estar empujando la postulación de Daniel Salvador como presidente del Comité Provincia. Salvador no es un hombre de Sanz, pero encumbrar al vicegobernador supone desalojar de la conducción partidaria al alfonsinismo.
La constitución de Cambiemos y el triunfo bonaerense dará aire ahora a los opositores de Ricardo Alfonsín a ir por las riendas partidarias, quien si bien se muestra alineado a los gobiernos nacional y bonaerense, fue uno de los más duros opositores al acuerdo con Mauricio Macri.

Críticas y lapiceras
Las posibles decisiones de Vidal y Salvador de acumular poder y cargos genera algunas rispideces. En sectores de ambos partidos creen que esas postulaciones dejan embretado a Cambiemos en las prácticas de la vieja forma de hacer política.
“Al final, hacemos lo mismo que el peronismo”, analizaba con cierta desazón un dirigente radical con fuerte predicamento en su partido. “No es un buen mensaje”, acotaba.
Existen, más allá de las críticas, algunas razones que ayudan a explicar la superposición de funciones que podrían terminar ejerciendo Vidal y Salvador.
Sólo hay que remontarse al último armado de las listas de Cambiemos en la Provincia. La mayoría de los sectores del PRO y varios aliados pudieron colar legisladores provinciales. Vidal apenas se pudo contentar con un lugar para el diputado Manuel Mosca. Dicen que acumuló enojo, y mucho, con varios dirigentes de su partido por carecer de tropa propia.
Salvador tampoco pudo hacer mucho: Alfonsín hizo reelegir a todos sus diputados y senadores que iban por otro período.
La decisión parecería ser “ir por todo”. La gobernadora y el vice, parecen encaminados a presidir sus respectivos partidos. Y además, a contar con el  exclusivo manejo de la lapicera.

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