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AYER, EN LA TERCERA AUDIENCIA DEL DEBATE QUE SE VENTILA EN TRIBUNALES

Las hermanas Medero se quebraron y le pidieron perdón a los familiares de Naira

Fue en la jornada de alegatos del juicio por la muerte de la joven, ocurrida en abril de 2014. El fiscal y el abogado defensor de la familia de la víctima solicitaron que se condene a las acusadas a 27 años de prisión. El veredicto y la sentencia se conocerán el lunes, a las 12.

El macabro círculo del caso Cofreces terminará de completarse el lunes que viene, cuando los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº1, Miguel Ángel Vilaseca, Esteban Melilli y Karina Piegari, den a conocer su veredicto y sentencia en el juicio oral y público por la muerte de Naira, hecho del que mañana se cumplen dos años (ver recuadro).
Ayer fue el turno de los alegatos y tanto el fiscal José Alvite Galante como los abogados defensores de la familia de la víctima, Carlos Torrens y Federico Mastropierro, solicitaron que se condene a las hermanas María Rosa y Anabela Medero a la pena de 27 años de prisión.
En cambio, los letrados que defienden a cada una de las imputadas pidieron castigos muchos más leves.
Por un lado, Eduardo Aguilar, representante de María Rosa Medero, dijo que su clienta debe ser juzgada por la comisión del delito de lesiones graves y en ese caso le deberían aplicar un año de prisión en suspenso o, subsidiariamente, como responsable de homicidio preterintencional y allí no debería recibir más de tres años de prisión en suspenso.   
A su vez, Silvio Acerbo, encargado de la defensa de Anabela Medero, señaló que su patrocinada debería ser absuelta y que, en caso de ser hallada responsable, la pena sea mucho menor a la pretendida por la parte acusatoria.
Finalizada la etapa de alegaciones, el juez Vilaseca les preguntó a las acusadas si querían hablar por última vez antes de la conclusión del juicio y ambas aceptaron.
La primera en hacerlo fue María Rosa, quien se quebró en la mitad de su alocución: “Les pido disculpas a los familiares, sobre todo a la mamá. Yo soy madre de tres hijos y no me puedo imaginar lo que sentiría si me pasara algo así. Sinceramente quiero decir que estoy arrepentida, aunque sé que esto no les alcanza”, expresó la mayor de las hermanas.
A continuación, Anabela manifestó: “Yo también quiero pedir perdón. Sé que nunca voy a poder igualar el dolor que debe estar sintiendo la madre. Estuve mal, fue una mala decisión mía”.
La determinación de los magistrados se conocerá dentro de seis días, a las 12, en el sexto piso de Tribunales.

Autoría “acreditada”

A la hora de los alegatos, el primero en revelar sus conclusiones fue el fiscal José Alvite Galante, que de entrada anticipó que pediría condena contra las dos imputadas por estar “probado el delito y la autoría y/o coautoría”.
“Se ha acreditado que tres personas, dos de ellas las Medero, con previo acuerdo de agredir a otras jóvenes mujeres, cometen el acto contra Sofía Belén Pratolongo y Naira Ayelén Cofreces. Una de las imputadas toma del pelo a Naira y le hace impactar la cabeza contra la pared, provocándole lesiones que causan el deceso de la menor”.
Como pruebas, el fiscal utilizó la declaración de Nancy Bracco, madre de Naira, quien en su declaración había recordado que el 23 de abril de 2014, a la noche, su hija le dijo que las Medero le habían pegado y que horas después se registraron la internación y las operaciones que resultaron estériles.
También exhibió fotos reflejando la distancia el cordón de la vereda y el paredón del estadio de Rivadavia, lejanía que es de 4,30 metros, herramienta que utilizó para probar que es imposible que por un tropiezo la víctima haya volado desde la vereda hasta la pared, como sugirieron algunos testigos.
Por otro lado se valió de los informes médicos del neurocirujano Carlos Zanardi y la perito Mirta Mollo, quienes indicaron que Naira sufrió una fractura intercraneal de cuatro centímetros causante de un infarto cerebral, producto de un golpe al que el primero de ellos calificó como un “mazazo”, y dieciséis hematomas causados por las patadas y puñetazos.
“Fue una golpiza conjunta y alternada, le pegaban a una y luego a otra”, afirmó el fiscal, para luego añadir que “hubo dolo de muerte y que no existe patología alguna que justifique” el acto de las imputadas.
“Le pegaron por pegarle, la mataron por matarla. Fue un ataque feroz, injustificado y cobarde”, cerró Alvite Galante.
En el mismo sentido se pronunció Carlos Torrens, abogado de la familia de Cofreces: “El actuar deliberado, violento y casi irracional trajo como consecuencia la muerte. Esto no es homicidio preterintencional porque para que así fuera debería tratarse de un hecho compuesto de una acción dolosa y una culposa, o sea un resultado que no está previsto. Por ejemplo, se puede agredir con el deseo de hacerlo pero la otra persona puede caerse, golpearse la cabeza y morirse y eso no era lo deseado. En este caso, las imputadas sabían que pegando del modo en que lo hicieron podían ocasionar la muerte”, analizó el abogado.

“Que la juzguen por lesiones graves”

Eduardo Aguilar, abogado de María Rosa Medero, refutó varios elementos presentados como probatorios por el fiscal y dijo que “no es cierto que Naira haya tropezado con el cordón de la vereda y volado hasta el paredón sino que trastabilló, siguió su marcha y luego cayó”.
En cuanto a los testigos, sostuvo que dos de ellos, Maira Castro y Alan Álvarez, confundieron la pelea con Naira con la riña con Sofía Pratolongo, y terminó pidiendo que se juzgue a su defendida por lesiones graves o, en subsidio, por homicidio preterintencional.
“Hubo corte nexo causal, no puede decirse que por los golpes se haya desencadenado la muerte sino por la falta de atención en tiempo y forma. Los médicos Zanardi y (Carlos) Garbe señalaron que de haber sido asistida antes, el resultado hubiera sido otro. Asimismo, el médico emergentólogo Di Tomasso dijo que aconsejó que Naira fuera internada de inmediato, pero esta se negó”, indicó Aguilar.
Más adelante marcó que “el golpe contra la pared fue producto de un infortunio” y que ningún testigo confirmó que ese acto “haya sido intencional”.
Por todo eso, Aguilar consideró que María Rosa debe ser juzgada por la comisión del delito de lesiones graves y en ese caso le deberían aplicar un año de prisión en suspenso o, subsidiariamente, como responsable de homicidio preterintencional y allí no debería recibir más de tres años de prisión en suspenso.       
Por su parte, Silvio Acerbo, defensor oficial que en este caso patrocina a Anabela Medero, sostuvo que su defendida “no tuvo ninguna participación en el homicidio y por eso debe ser absuelta”.
“En el caso de que Anabela haya dado golpes, ellos no pueden haber sido causales de muerte. Acá se argumentó la coautoría pero lo han hecho de un modo vago, forzado”, aseveró Acerbo. Y enseguida cuestionó: “¿Donde se vio que a alguien le den 27 años por pegar patadas?”.
Acerbo dijo que como medida subsidiaria, en caso de no concederle la absolución, los jueces deberían condenar a Anabela a diez meses de prisión.

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