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PANORAMA POLÍTICO DE LA SEMANA

Pujas por una paritaria con final incierto

En el gobierno de María Eugenia Vidal reina el desconcierto mezclado con cierta dosis de malestar. No pueden todavía entender la “impericia”, dicen, en la negociación salarial nacional con los docentes. Más aún cuando se habían aferrado a la esperanza de poder abrochar un acuerdo con los gremios bonaerenses que les permitiera un arranque sin sobresaltos de las clases.
Aún cuando en lo formal, en las reuniones paritarias que se habían llamado, la distancia entre el aumento que ofreció la Provincia (24,1%) y el reclamo de los sindicatos (un 37% para el salario inicial), suponía una brecha amplia, los contactos reservados entre funcionarios y sindicalistas alimentaban una expectativa favorable para el Ejecutivo.
Pero la paritaria nacional explotó y la negociación ingresó en un peligroso cono de sombras. Cuando el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, anunció una mejora del 40% para el salario inicial de los docentes, en la Provincia no podían salir de su asombro.
Cuentan que Vidal estalló cuando se enteró de que le corrieron tanto el arco. “No tenemos cómo pagarlo”, habría bramado en una reunión con un puñado de colaboradores. En el medio, hubo un viaje relámpago a La Plata de Bullrich y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Se entrevistaron con el director general de Escuelas, Alejandro Finocchiaro, en busca de bajar un impensado nivel de tensión.
“Cada punto de aumento a los docentes supone unos 600 millones de pesos. ¿De dónde los vamos a sacar?”, se preguntaban en Casa de Gobierno, donde cada mes rascan la olla para pagar sueldos y así y todo, requieren de la ayuda nacional para estar al día con sus empleados a raíz de la histórica asfixia financiera que padece la Provincia.
Vidal devolvió la pelota a la Nación. Pero se encontró con un contragolpe impensado: la propuesta de que primero cierren acuerdos las provincias para luego homologar la propuesta de aumento nacional.

Parametro

En el gobierno de Vidal volvieron a plantarse: afirman que no convocarán a los gremios bonaerenses hasta tanto se resuelva la negociación nacional. “Históricamente fue así; la paritaria nacional es el parámetro para las provincias. Es imposible hacerlo al revés y más aún con un anuncio en el medio”, se quejan en la Provincia.
La declamada sintonía fina entre la Nación y el gobierno de Vidal, al menos en este tema, brilló por su ausencia. Hay versiones de todo tiempo en medio de una negociación, por lo menos, desprolija. Algunas fuentes hablan de que otro que habría puesto el grito en el cielo por la oferta sería el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay.
El funcionario habría convencido al presidente Mauricio Macri de volver sobre el esquema original: que las provincias propongan una mejora salarial del orden del 25% y que el resto (hasta un 30%) fuera aportado por la Nación vía el fondo de Incentivo Docente.
El ala económica se habría impuesto sobre la política encarnada por Frigerio y Bullrich.
Ahora la negociación bonaerense quedó atrapada en ese desaguisado.  Se quejan de que no hay parámetros para seguir la conversación con los sindicatos. Y que en ese contexto, llamar a los gremios para hacer dibujos en el aire, no haría más que precipitar un conflicto que va tomando cuerpo y que amenaza con dinamitar el inicio del ciclo lectivo previsto para el lunes 29.
De todas formas, nada parece definitivo. Algunas fuentes arriesgan que el Gobierno nacional podría en las próximas horas volver a citar a los gremios docentes, acaso, para intentar cerrar un acuerdo.
En la Provincia están expectantes frente a esa posibilidad. Ya se dice que un triunvirato de ministros, Hernán Lacunza (Economía), Gabriel Villegas (Trabajo y Finocchiaro (Educación), podría comenzar en breve a dialogar con los sindicatos docentes por afuera de la paritaria para volver sobre la idea de un acuerdo de alrededor del 30%, con la promesa de reabrir la negociación salarial en el segundo semestre del año.

Embestida y resistencia
En el terreno judicial, el gobierno bonaerense sigue aportando indicios de su decisión de avanzar sobre el cargo de la Procuradora, María del Carmen Falbo. Cerca de la funcionaria juran y perjuran que nadie le ha venido a proponer que dé un paso al costado, pero registran señales contundentes de que Vidal quiere ese resorte clave de la Justicia que maneja a los fiscales.
En un contexto que considera “hostil y agraviante” Falbo parece dispuesta a resistir. “Si la quieren correr van a tener que iniciarle un juicio político”, dicen cerca de la encumbrada funcionaria judicial.
Hay otras cuestiones políticas en danza. Hay quienes dicen que el ministro de Justicia Carlos Mahiques sería empujado como candidato, aunque su postulación no concitaría unanimidad. Mahiques, en tanto, avanza sobre un plan que podría levantar polvareda: una profunda reforma en el Servicio Penitenciario.
No es la única reforma en marcha. Ya se contó aquí que en el ministerio de Seguridad siguen trabajando en una serie de cambios profundos en la estructura policial. Hay en danza varias iniciativas que incluyen el traspaso de las Policías locales de prevención a los municipios.
El gobierno de Cambiemos deberá, primero, sortear algunas resistencias. En el radicalismo no están convencidos de dotar a los intendentes de tamaño poder. Ya hubo un planteo concreto al ministro del área, Cristian Ritondo.

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