Un juninense, en búsqueda de aventuras con un viejo Gordini

El apellido Melatini todavía trae a la memoria a Pancho, el bohemio juninense que recorrió incansablemente nuestra ciudad durante años. Pero quien volvió a nuestra ciudad es su sobrino Rubén, actualmente un empresario radicado en Bahía Blanca, para hacer una parada en su camino hacia las Cataratas del Iguazú.
¿La particularidad? Lo hizo viajando en un Renault Gordini, de 1962, que maneja intentando encontrarse con aventuras en pueblos y ciudades argentinas mientras transita a no más de 80 km/h.
“Se trata de un auto de colección que en realidad es un homenaje a quienes fueron nuestros padres y nuestros tíos. Es un bien artístico escaso que circula por las calles y no está guardado en bóvedas. Quienes lo ven, recuerdan su tiempo de juventud, cuando usaban estos autos”, afirma orgulloso.
Según explica Rubén, el auto es “de los primeros que llegaron acá” de ese modelo. “Tiene una mecánica muy simple, no tiene aire acondicionado y va despacio. Pero eso nos gusta porque conocemos bien al lugar. La gente conoce más las ciudades cuando camina que cuando va en avión”, afirma el viajero.
Es el tercer viaje largo que hace con este vehículo y buscará llegar a las Cataratas del Iguazú en los próximos días. “Estos autos tienen problemas, pero las soluciones están en todas las esquinas de cada ciudad de nuestro país”, sostiene seguro.
Sobre la buena recepción que recibía en cada pueblo, Rubén recuerda que en su primer viaje “no tenía la VTV. Pensaba que la policía nos podía multar, pero nos paraban para hacer selfies”.
Ayer, el conductor del Gordini dejó Junín para continuar su recorrido y, seguramente, ya habrá tenido otras historias para sumar a su repertorio.