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EMPRESARIO DE LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA

Claudio Perkusic: “El trabajo en familia es bueno cuando se tienen objetivos parecidos”

Junto con su hermano y sus primos, está a cargo de la firma que fundaron su padre y su tío, quienes siguen al frente. Es uno de los pilares de la dirigencia del Club Sarmiento que le dio a la entidad un gran crecimiento.

Claudio Perkusic se crió en la metalúrgica de su padre y su tío y siendo un adolescente, en los veranos trabajaba junto a ellos. Ahí aprendió a soldar y manejar máquinas como las plegadoras o las cortadoras de chapas.
“A mí siempre me gustó esto”, afirma. Desde entonces, sigue en la empresa familiar.
Cuando terminó el secundario, decidieron poner una boca de venta de hierros y fue él quien se hizo cargo de esa iniciativa. Eran los primeros días de 1989.

Crecimiento
“Primero compramos a revendedores –recuerda Perkusic–, después logramos abrir una cuenta en Fortunato Bonelli & Cía., una fábrica de San Nicolás, y otra en Aceros Bragado”.
Dos años más tarde pudieron sumararse a la cartera de clientes de Acindar, la empresa líder en el rubro, y en el año 2000 alcanzaron a tener su cuenta nada menos que en Siderar.
Claudio cuenta que en 2002 abrieron el galpón sobre la Ruta 7, en donde se hace venta mayorista: “Ahí empezamos a salir a la zona y a expandirnos”.
En 2006 abrió Perkumetal, dedicada al corte y plegado de chapa. En 2014 comenzaron con la venta de construcción en seco. Y en 2015 incorporaron aberturas.

Trabajo en familia
Más allá del crecimiento, y de las 90 personas distribuidas en sus distintas áreas, Perkusic Hnos. sigue siendo una empresa familiar, a cargo de los hermanos Mateo y Rodolfo, y los hijos de ambos: Claudio, Fernando, Patricia y Sergio.
“Al ir creciendo y al tener cada uno su rol, se evitan los roces, y a todos nos gusta lo que hacemos”, explica Claudio.
Y al momento de definir el trabajo en familia, señala: “Es bueno cuando todos tienen objetivos parecidos, tanto sea para la vida como para la empresa. Todos queremos crecer, reinvertir, y hemos logrado una muy buena convivencia”.

Sarmiento
Claudio Perkusic es una pieza clave de la comisión directiva del Club Sarmiento que le dio a la entidad un notable crecimiento deportivo e institucional.
Fanático del Verde desde chico, en 2005 Fernando Chiófalo lo convenció para integrar un grupo que se haría cargo de los destinos de Sarmiento. “El club estaba muy endeudado, venía de descender, las instalaciones estaban muy mal y si seguía así, tendía a desaparecer”, recuerda.
Asumieron con la idea de pagar las deudas, poner las cuentas en orden y armar, al mismo tiempo, “equipos baratos para poder subsistir, sin descender”.

Obras en el club
Una de las prioridades de la gestión fue la concreción de obras en el club.
En ese marco, Perkusic destaca algunas de las más importantes que se hicieron en estos diez años: “Primero se hizo el restaurante y el gimnasio; después fue la Ciudad Deportiva (Sarmiento tenía un equipo profesional y tenía que alquilar canchas para entrenar); se hicieron las canchas de tenis; luego se hizo la pensión y se empezó a participar de los torneos de AFA, estando en la B Metropolitana; se compró el micro de doble piso; nos hicimos cargo del Club de Campo a partir de un convenio con el Club Banco Junín; cuando se ascendió al Nacional B se construyeron los palcos, que se vendieron rapidísimo; después se hicieron los otros palcos y las cabinas de transmisión; y las canchas sintéticas de fútbol cinco”.

Buenas y malas
En el año 2010 Sarmiento llevaba 12 puntos de ventaja sobre el segundo y todo estaba encaminado para que ascendiera al Nacional B. Increíblemente, ese campeonato no se dio.
“Fue un trago muy amargo –cuenta Perkusic– fue lo más triste que me pasó en lo deportivo. Se hizo todo el esfuerzo y no se logró”.
A ese hecho le sobrevino una crisis cuando las hijas del presidente, Fernando Chiófalo, recibieron una amenaza telefónica anónima. Entonces toda la comisión presentó su renuncia: “En ese momento se organizó una marcha y llegaron al club cientos de personas a pedirnos que no nos vayamos. Lo que nos hizo seguir fue el apoyo impresionante que tuvimos de todos, de la gente, del periodismo, y de Junín en general”.
Como contrapartida, en 2012 Sarmiento llegó al Nacional B y dos años más tarde subió a Primera: “El ascenso a la A fue un sueño, era tocar el cielo con las manos, y era el premio a nueve años de esfuerzo”.
Perkusic remarca que hoy en día en Sarmiento “se sigue apuntando a las obras”, por lo que este año se apunta a terminar los vestuarios de la ciudad deportiva, colocar el césped sintético en la cancha de hóckey y completar la tribuna cabecera.
“Y en 2017 –concluye– cuando termine el mandato, tenemos la idea de retirarnos. Para ese momento vamos a llevar 12 años y creemos que es un momento para dejar entrar gente nueva”.

Al futuro
Claudio vuelve a hablar de su empresa y sostiene que, de cara al futuro, le gustaría que se desarrolle aunque con cierto control.
“Nos gustaría crecer un poco más –dice– pero no mucho porque a veces el crecimiento te termina haciendo esclavo de la empresa; creo que uno tiene que tratar de equilibrar el trabajo con lo que disfruta. Estos años nos hemos dedicado demasiado a trabajar y crecer y por ahí nos gustaría tener un poco más de tiempo para disfrutar”.

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