"Un tiro me zumbó un oído", contó el hombre que siguió a los motochorros

Los delincuentes lo confundieron con un policía. Él salió a perseguirlos y lo quisieron amedrentar con un disparo. Lejos de lograrlo, el hombre insistió y los persiguió con su moto por varias cuadras. De milagro, no terminó en una tragedia.
"Me puse ciego", dijo Norberto Gaute, al relatar cómo fueron esos segundos de furia, luego del asalto en La Saladita Top, cuando persiguió con su moto a la pareja de ladrones que huyó a los tiros por media ciudad.
El hecho ocurrió anteayer, cerca de las 17, cuando los ladrones ingresaron al local situado al 147 de la colectora de la Ruta Nacional 7. Allí, uno de los ladrones entró con su casco puesto y le puso el arma en el abdomen a una de las hermanas de Gaute y le exigió sus pertenencias. El otro se quedó afuera.
Pero Marcela, otra de las hermanas dueñas del comercio, se dirigió hacia la puerta y vio que su hermano estaba llegando. "Ojo que afuera está la polícia", le dijo al ladrón. Como Norberto tiene una moto ploteada tipo camuflada, los ladrones lo confundieron con la policía.
"Se metió la pistola debajo de la campera y salió corriendo. Entonces se suben a la moto con el otro y mi hermana me dice: 'Nos quieren robar pero fijate que está armado'. Ella llama a la policía y los empiezo a correr", dijo Norberto a Democracia.
Allí comenzó una persecución. Los ladrones, que no alcanzaron a robar nada, doblaron por Avellaneda y le dispararon por primera vez.
Pero lejos de asustarse, Gaute los siguió, pasaron por el depósito de Naldo Lombardi, el predio de Perkusic y allí le dispararon de nuevo.
La fuga continuó por la colectora, en sentido hacia el supermercado Chango Mas y, a la altura de la parrilla La Carpa, cruzaron la Ruta 7.
"Cuando crucé la Ruta 7 un Scania blanco al lado mío, no me pasó por arriba de casualidad", contó Gaute, quien dijo que mantenía una distancia de entre 100 y 150 metros con los cacos, porque cuando se arrimaba a los 30 o 40 le tiraban. Aún pudiéndolos alcanzar, ya que él iba en una Yamaha XTZ de 250 cc., y los maleantes en un ciclomotor de 110 cc.
"A la altura del cementerio me vuelven a tirar", contó y dijo: "Ese tiro me zumbó en el oído derecho. Me habrá pasado recontra cerquita".
"Después pasan por el circuito de motos y le pegan derecho hasta la alcantarilla, a 150 metros de ahí me tiran otro tiro", relató.
Los delincuentes escaparon después por la alcantarilla de Chile y las vías. "Ahí no los seguí más porque pensé que me iban a esperar del otro lado. Cuando veo que pasan dos chicas en una moto salgo y vi que no estaban más y llamé al 101", dijo Norberto, quien destacó la "actitud policial al mando de (Hugo) Pellicone (jefe Distrital), porque la policía, los cuatriciclos y todo el personal de la primera fue excelente", destacó. También agradeció al director de Asistencia a la Víctima, Andrés Rosa que "estuvo en todo momento acompañándonos".
Los ladrones abandonaron la moto y el casco a pocos metros de la alcantarilla, en una casa precaria. Los dueños de esa vivienda, la sacaron a la calle y como les pareció sospechoso, avisaron a la policía. Según señalaron fuentes de la investigación a este diario, en ese momento los delincuentes ya estaban identificados. Es más, se sabía que tenían graves antecedentes.
Pero Gaute se mostró molesto con la actitud de la fiscal de turno Silvia Ermácora, porque libró la orden de allanamiento urgente que había solicitado la fuerza recién en la tarde de ayer, según confirmaron fuentes policiales a Democracia.
"Después del hecho la policía estaba al toque esperando la actuación de la fiscal, esperando la orden de allanamiento. Recién hoy (por ayer) dieron la autorización. Yo me pregunto, si esto le hubiera pasado a alguien del entorno de la fiscal Ermácora, ¿hubiera actuado de la misma forma? ¿Hubiera mandado a allanar 24 horas más tarde?", se preguntó.
Y expresó: "Tristemente contamos con esta Justicia. Lamentablemente, porque la policía estaba al pie del cañón para allanar".