SALUD

La lactancia materna, una vacuna natural contra la hiperactividad

Las madres que alimentan de forma natural a su bebé le confieren una protección contra el desarrollo del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), según un estudio de la Universidad de Tel Aviv (Israel).

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH, por sus siglas en español, y ADHD según sus siglas en inglés) es un trastorno neurobiológico de carácter crónico, sintomáticamente evolutivo y de probable transmisión genética que afecta a la población infantil en una proporción entre el 5 y el 10 por ciento, llegando sus problemas a la edad adulta en el 60 por ciento de los casos.
Desde esta entidad (www.fundacioncadah.org) explican que el TDAH se caracteriza “por una dificultad de mantener la atención voluntaria frente a actividades, tanto académicas como cotidianas, unida a la falta de control de impulsos”, que se trata habitualmente con terapia psicopedagógica y apoyo farmacológico.
Aunque -como señala la fundación CADAH, especializada en este trastorno infantil- la causa del TDAH no está completamente aclarada, y en este trastorno pueden intervenir múltiples factores fisiológicos y ambientales, ahora acaba de descubrirse una insospechada “vacuna” que puede ayudar a prevenirlo de forma natural: la lactancia materna.
Para determinar si el desarrollo del TDAH está relacionado con unas tasas menores de lactancia materna, la doctora Aviva Mimouni-Bloch, de la Facultad Sackler de Medicina de la Universidad de Tel Aviv, TAU, (www.tau.ac.il) y su equipo, completaron un estudio retrospectivo sobre los hábitos de amamantamiento materno en tres grupos diferentes de niños.
Uno de los grupos lo conformaban infantes que habían sido diagnosticados con TDAH; otro de los grupos lo integraban los hermanos de los niños diagnosticados con TDAH; y un tercer grupo infantil, denominado ‘de control’, lo formaban pequeños sin TDAH, ni vínculo genético alguno con esta dolencia.
Los científicos de la TAU encontraron una relación clara entre las tasas de lactancia materna y la probabilidad de que los bebés amamantados desarrollaran TDAH, incluso cuando se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo, como el estado civil y la educación de los padres, los problemas sufridos por la madre durante el embarazo (hipertensión arterial o diabetes), así como el peso del bebé al nacer y sus lazos genéticos con el TDAH.
Los niños que fueron alimentados con biberón hasta los tres meses de edad resultaron tener tres veces más probabilidades de desarrollar TDAH en el futuro, que aquellos que fueron amamantados durante ese mismo lapso, según la revista científica ‘Science Daily’, que comenta este estudio, originalmente publicado en ‘Breastfeeding Medicine’.
Para su trabajo, los investigadores israelíes compararon retrospectivamente los historiales de lactancia materna de los niños de entre seis a 12 años de edad, atendidos en el Centro Médico de Niños de Schneider, en Israel.

Tres grupos de niños bajo la lupa científica

Además de describir sus hábitos de lactancia materna durante el primer año de vida de su hijo, los padres de todos los grupos de niños estudiados respondieron un minucioso cuestionario sobre datos médicos y demográficos (factores de riesgo) que también podrían tener un impacto en el desarrollo del TDAH.
Teniendo en consideración todos estos factores de riesgo, los investigadores descubrieron que los pequeños con TDAH tenían muchas menos probabilidades de haber sido amamantados durante su primer año de vida, comparados con los niños de los otros dos grupos (hermanos y ‘de control’).
Así sólo el 43 por ciento de los niños del grupo con TDAH fueron amamantados hasta los tres meses, mientras que a esa misma edad habían lactado el 69 por ciento de los integrantes del grupo de hermanos, y el 73 por ciento de los niños del lote de control.
El grupo de TDAH había sido amamantado hasta los seis meses de edad solo el 29 por ciento, en comparación con el 50 por ciento del grupo de hermanos y el 57 por ciento de los de control, de acuerdo a esta investigación.
Según Mimouni-Bloch, uno de los elementos singulares del estudio de la TAU, ha sido incluir a los hermanos de niños con el problema de hiperactividad, lo cual se explica porque “aunque una madre suele dar las mismas opciones de lactancia a sus hijos, no siempre ocurre así y algunos pequeños se amamantan más que otros, porque el temperamento de determinados niños es más difícil que el de sus hermanos y dificulta que la madre pueda darle el pecho”.
Si bien los investigadores de la TAU todavía desconocen las causas del nuevo fenómeno que han descubierto, creen que los resultados de su investigación muestran que la lactancia puede tener un efecto protector contra el desarrollo del TDAH, y se puede considerar como una ventaja biológica adicional de la lactancia.
Para obtener más información sobre este fenómeno, la doctora Mimouni-Bloch prevé efectuar un nuevo estudio sobre lactancia materna y el TDAH, en el que analizará a los niños que tienen alto riesgo de desarrollar TDAH, estudiándolos desde que nacen y haciéndoles un seguimiento cada seis meses, hasta que cumplan los seis años de edad.
La autora principal de esta investigación, que es también directora del Centro de Desarrollo Neurológico Infantil en el Hospital Loewenstein, el mayor centro de rehabilitación de Israel, situado en la localidad de Raanan dice que aún no tiene seguridad del porqué la lactancia materna tiene estos efectos: “teóricamente incluso podría ser que los bebés que luego fueron diagnosticados con TDAH fueran bebés difíciles y esa fuera una razón por la cual los madres los amamantaron durante un corto período”.
Mimouni Bloch consideró además que “si el amamantamiento materno tiene un efecto protector, no podemos estar seguros de si es por un componente específico de la leche humana, como por ejemplo, los ácidos de cadena larga poliinsaturados grasos, las hormonas o los neurotransmisores, o si el responsable de este efecto protector se relaciona con el vínculo y la relación tan especial que existe entre una madre y su bebé durante el amamantamiento”.
La especialista destacó que de momento, solo se puede establecer la prevención, al menos parcial, del TDAH por parte de la lactancia materna y se puede añadir a la lista de las múltiples ventajas biológicas de la alimentación con leche humana, la cual tiene una influencia positiva en el desarrollo físico y mental de los bebés.
Mimouni Bloch recomienda a las madres que amamanten a sus hijos siempre que les resulta posible y considera que probablemente, también sea aconsejable que les proporcionen a sus bebés seis meses exclusivamente de lactancia materna. Finalmente, destacó que ella y su equipo de trabajo tienen previsto realizar un estudio prospectivo para estudiar más a fondo el efecto protector de la lactancia materna y recopilar la información acerca de la historia de la alimentación del bebé en tiempo real y no a posteriori.

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