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VIOLENCIA DE GÉNERO

Las órdenes de restricción, sólo papeles

Los femicidios ocurridos en los últimos días ponen al descubierto las dificultades para controlar y hacer cumplir las medidas de protección para las víctimas, denunciaron expertos en la temática.

En la cartera de Belén Morán, la joven asesinada el miércoles de 12 cuchilladas por su ex pareja en Pilar, fue encontrada la última orden de restricción perimetral contra el femicida, una medida judicial que obligaba al sujeto a no acercarse a menos de 500 metros.
La situación, a la que en las últimas horas se sumó otro hecho similar en la provincia de San Luis, es paradigmática de una alarmante problemática con fallas en el sistema de protección de víctimas de violencia de género, y se calcula que 7 de cada 10 agresores no respetan los "cercos perimetrales".
Así lo reveló el abogado Julio Torrada, del Instituto Wanda Taddei, manifestando que "lo ocurrido en Pilar y San Luis, tan sólo teniendo en cuenta estos dos últimos hechos, nos enfrenta a una pasmosa realidad con hombres violentos que se creen dueños de las vidas de miles de mujeres operando con absoluta impunidad".
La mañana del miércoles, Belén salió de la casa de su madre y fue atacada por Alberto Sebastián Moreno, a golpes primero y luego con puñaladas. El peor de los puntazos fue en el cuello, con una profundidad de 12 centímetros. Murió al instante, mientras el agresor huyó, y sigue prófugo.
Belén había logrado salir del círculo de violencia, pidió ayuda y cumplió con todos los protocolos, sin embargo, el femicida la esperó, la emboscó y la mató.
"Todos los días tenemos casos de agresores que no respetan las órdenes perimetrales, con mujeres que sufren violencia psicológica, mediante insultos y amenazas, violencia física con golpes, o en casos extremos con intentos de femicidios, muchos que llegan a concretarse", señaló Torrada.
Al tratar de explicar las razones por las cuales las medidas judiciales no funcionan, el especialista dijo que "la realidad es que no hay capacidad operativa, en términos de cantidad de efectivos policiales, para cubrir la altísima demanda que conllevan las órdenes judiciales de restricción perimetral".
"Por ejemplo, sólo en la provincia de Buenos Aires se presentan en fiscalías y juzgados unas 350 denuncias cada jornada por episodios de violencia de género, seguramente, de ese número global, una gran parte requiere de protección para las víctimas. Y no se puede cumplir", razonó.
El pasado 15 de abril, la maestra jardinera María Eugenia Lanzetti, de 44 años, fue asesinada por su ex marido Mauro Bongiovanni, que utilizó un cuchillo para degollarla, en el interior del aula donde daba clases a niños de 5 años.
El hecho ocurrió en Córdoba, y el cadáver de la mujer tenía en una mano el botón antipánico que le habían brindado para "protegerse", más una orden de restricción perimetral, que claramente no funcionó.
"El gran problema con las medidas restrictivas es que la responsabilidad del cuidado y la prevención está en manos de la víctima, que tiene que ser la encargada de observar y avisar a las autoridades. Se la sigue victimizando", añadió.

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