BRUNO SCREPIS

“La gastronomía es sacrificada, si no te gusta no te podes dedicar a esto”

El cheff profesional está dedicado desde hace algunos años al catering de fiestas y eventos de Junín y zona. Asimismo, junto a su familia decidieron apostar a reflotar la gastronomía en el pueblo de Agustín Roca, un espacio tradicional para apreciar la buena comida.

Bruno Screpis es un joven juninense que ha incursionado en el mundo de la gastronomía con rotundo éxito.
Desde hace seis años está trabajando en Junín dedicado plenamente a la gastronomía, a cargo del catering del Club Junín, como así  también de fiestas y eventos particulares, y desde hace menos tiempo, también tiene a su cargo el restaurante “Aniceto”, instalado en la localidad de Agustín Roca, incluído en la ruta gastronómica regional.
Miembro de una reconocida familia de nuestra ciudad, tras estudiar para cheff en  el Instituto Educativo Argentino de Buenos Aires, se fue a Avila, España, donde trabajó en la gastronomía y se capacitó.
Su personalidad multifacética también lo llevó a incursionar en la política y hoy es precandidato a primer concejal por el Frente para la Victoria, en la lista que propone a Santiago Aguiar como intendente de Junín.
En diálogo con DEMOCRACIA, a la pregunta cómo había sido su despertar por el gusto de la gastronomía, Bruno manifestó que desde chico le había gustado estar en la cocina, ver y apreciar la comida de sus dos abuelas: Palmira, con sus pastas, y Nilda, con sus empanadas. “Me gustaba la comida casera, la que ellas preparaban y por otra parte, ya de muy joven disfrutaba estar con amigos y agasajarlos con un buen menú. Después vino el tiempo de estudiar, de perfeccionarse. A esta profesión la tomé como una salida laboral, si bien es sacrificada y que, si a uno no le gusta, no se puede dedicar a esto”, explicó.
 “Cuando regresé de España estuve un año sin trabajar y luego surgió la posibilidad en el Club Junín. Y hace un tiempo, junto a mi familia, nos animamos a poner un restaurante en Agustín Roca, justo después que había surgido el tema de la triquinosis. Algunos nos decían: ‘ustedes están locos’, pero creemos que hay que apostar, más cuando se está en la mala como estaba el pueblo en ese momento. Y mal no nos fue, al contrario, abrimos y la gente respondió. Después de nosotros abrieron dos lugares de comida más y la verdad es que los fines de semana el pueblo se llena de comensales. Siempre seguimos con la tradición del fiambre casero, las pastas y una buena parrillada. Hubo muy buena aceptación”, aseguró.
“Y en lo que hace al Club Junín, hacemos el catering de las fiestas que se hacen en ese lugar, por otra parte tenemos mucho trabajo para fiestas o eventos que se hacen en la zona y en otros salones de Junín”, acotó.

“Tengo que estar yo”

A pesar de toda esta creciente actividad, Bruno asegura que sigue cocinando, sencillamente porque es lo que más le gusta hacer y también porque quiere tener el control de lo que se elabora. “Soy un poco hincha, en este aspecto, por eso siento que tengo que estar yo, si bien tengo dos personas más que trabajan en la elaboración de comidas, y para las fiestas, hay más gente trabajando. Trato de ser lo más perfeccionista posible, porque uno puede hacer publicidad en todos lados, pero lo mejor es el boca a boca”, explicó.
“En lo que hace a las fiestas de quince, nos eligen mucho porque en comidas hacemos lo que a los chicos les gusta. A veces son detalles, pero hace que disfruten del menú que se hace para ellos. Y para los grandes, con mi experiencia en pescados lograda en España, en las recepciones y entradas trato de ir mezclando pescado, en las mesas de fiambres. Tratamos de trabajar con todo fresco, nos dedicamos mucho a este punto, para que se sirva todo como corresponde.”, dijo
“Hacemos sushi para fiestas y también por encargue. Eso lo hago yo, por lo cual hay que tener las cosas en el momento. Me gusta mucho la cocina, participar, y además es un trabajo familiar porque nos ayudan y vivimos de esto”, afirmó.

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