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COPA AMÉRICA

Argentina: Secuelas de una frustración

La derrota frente a Chile en la final puede ser detonante de un futuro “vacío”. La situación de Carlos Tévez, con muy pocos minutos en los partidos decisivos, también es una incógnita. Desde 2011, este grupo de jugadores arrastra “sin sabores”.

Lo presentían en las vísperas de la final ante Chile los dirigidos por Gerardo Martino, un hombre que tampoco puede sacarse de encima el “síndrome Barcelona” y lo trasladó al seleccionado argentino con la secuencia de Messi y Mascherano como recuerdos vívidos de una historia que no logra enterrar en el pasado.
Se lo dijo Mariano Andújar a Télam en el aeropuerto de Santiago, cuando regresaba desde Buenos Aires luego de operarse la mano derecha tras una fractura de escafoide sufrida durante el calentamiento previo al partido con Jamaica en Viña del Mar: “Todos en este grupo estamos cansados de comer mierda. Y no solamente es por el Mundial de Brasil. Hace rato que venimos con esta historia, desde Sudáfrica en 2010, la Copa América de 2011. Es demasiado. Hay que ganar algo de una buena vez para que dejen de decirnos fracasados”.
La decisión del arquero de Nápoli de regresar a Chile pese a que ya había sido reemplazado por Agustín Marchesín en la nómina de 23, fue el ejemplo más claro de lo que significaba para este grupo “muy unido”, según sus palabras, luego cotejadas con el propio Martino, levantar esta copa.
“Quiero verme en una foto levantando la copa”, casi que rogó Messi antes de partir hacia Chile, y cuando todavía le quedaba por ganar la Champions con el ‘Barsa’. Todos necesitamos ser campeones de una buena vez con la camiseta argentina, porque de lo contrario, esta generación de jugadores ya madura se va a pudrir en el árbol sin ganar nada”, redobló la apuesta Mascherano.
Que varios componentes de este grupo hablaran en pasado de esta selección de estrellas no es algo muy edificante para el “proyecto Martino”, que en su primer desafío grande se quedó en la puerta del éxito y se sumó a la misma lista de frustraciones de quienes lo precedieron.
Y esto es así porque a este proceso le queda mucho por delante y desde Chile se fueron varios heridos, la mayoría como parte de la decepción grupal, pero algunos sencillamente por lo particular, con lo que eso conlleva de miras a un comienzo de eliminatorias mundialistas que comenzarán dentro de exactamente tres meses.
Y en este último punto el caso más representativo es el de Carlos Tévez, el tercero de los nueve que tiene el “Tata” en consideración y por el que siempre elegirá a Gonzalo Higuaín antes que a él para el caso de que Sergio Agüero no esté disponible en una instancia decisiva, más allá de la flojísima performance del “Pipita” en la final del sábado.
El flamante jugador de Boca Juniors no vio ni un segundo de acción en la semifinal ni en la final de esta copa en la que nunca superó los 20 minutos en cancha cuando le tocó ingresar, y ni siquiera pudo arrancar como titular frente a Jamaica, cuando todos, hasta quienes rodean a Martino en el cuerpo técnico, lo daban como una fija.
Lo que sucederá con el “Apache” en futuras convocatorias es una incógnita. “Si pasamos esta y se la banca bien, habremos dado un gran paso”, advirtió el entrenador respecto de la perenne suplencia de Tévez en su equipo. La respuesta a eso la tiene el propio Tévez y está ligada directamente con la motivación.
Claro que estos dichos fueron en momentos de ilusión creciente, antes de la semifinal con Paraguay, esa que puso el optimismo por las nubes con el 6-1 sobre el equipo de Ramón Díaz. Pero hoy la historia es muy distinta. O mejor dicho, todo lo contrario. Es igual a la que esta selección viene padeciendo desde hace años y que abre secuelas de frustración cada vez más profundas y peligrosas para el fútbol argentino.

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