Una obra que salvará vidas

El proyecto elaborado por el ingeniero Gastón Blanc y el piloto juninense Luis Casartelli, contempla la repavimentación de la pista en un ancho de 20 metros por 1500 de largo, con una carpeta de tres centímetros. Y permitirá el descenso y despegue de aeronaves de hasta 12.500 libras. Lo suficiente para permitir la operación de los vuelos sanitarios, traslado de pacientes y operativos de ablación de órganos que, desde la clausura del Aeródromo de Junín, se ven complicados.
El Dr. Javier Pepa, a cargo de los operativos de ablación del Cucaiba, explicó días atrás que, por ejemplo, para realizar un transplante cardíaco hay sólo seis horas. Y sin el aeródromo, los procedimientos que suelen tener como destino Buenos Aires, La Plata o Córdoba, implican viajes a los aeródromos de la Laguna, Chacabuco o Pergamino, con el riesgo de fracasar en el intento.

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