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NUTRICIÓN

El vino ¿engorda o es saludable para la dieta?

Su contenido alcohólico y su fama hacen pensar que sí, pero estudios recientes demostraron incluso que una copa de vino tinto al día, ayuda a adelgazar.

El vino, aunque muchos no lo crean, es un alimento. Como tal, puede formar parte de una dieta. Es más, sus atributos naturales quedaron inmortalizados cuando a fines del siglo pasado, un programa de TV le atribuyó ser la clave de la paradoja francesa. Esto se dio debido a que los franceses, con una dieta más rica en grasas saturadas que los americanos, sufrían muchas menos enfermedades cardiovasculares. Pero más allá de sus efectos saludables, al parecer, el vino tinto también puede ayudar a bajar de peso.
Sí, porque contrariamente a lo que el imaginario colectivo considera, el vino puede formar parte de una dieta diaria balanceada. Pero además, porque científicos de la Universidad de Purdue en Indiana (Estados Unidos) han demostrado que un compuesto del vino tinto ayuda a reducir el peso. Dicho compuesto natural se denomina piceatannol, y es un metabolito de resveratrol, el afamado antioxidante.
El piceatannol tiene la capacidad de bloquear los procesos celulares que permiten el desarrollo de células grasas. Este descubrimiento abrió un nuevo campo de investigación para el control de la obesidad, basado en la utilización de este compuesto para evitar que dichas células se generen o bien impedir el crecimiento y desarrollo de las ya formadas.
Esta es sólo una de las tantas razones por la cual los médicos recomiendan a sus pacientes beber una copa de vino tinto al día. Porque de esta forma, se logra reducir hasta un 30 por ciento las probabilidades de padecer obesidad. Esto implica que el vino puede ayudar a adelgazar. Claro que todo esto se debe dar en un contexto de consumo moderado, manteniendo una alimentación balanceada y hábitos saludables.
Para comprobarlo sólo hace falta variar las comidas, incorporar muchos vegetales y frutas de estación, cereales, y reducir la ingesta de carnes rojas. Eso sí, siempre acompañando el plato con una copa de vino tinto.

¿Puede servir para facilitar la digestión?

Una reciente investigación de la Universidad de Madrid demostró que esta bebida contribuye a favorecer el complejo proceso digestivo.
Todos los días el ser humano ingiere alimentos de acuerdo a sus hábitos y costumbres. Y si bien hay veces que se pasa del límite y llegan los incómodos malestares estomacales, en general cada cual sabe cuidarse. Lo que pocos saben es que hay productos naturales de consumo diario que favorecen el complejo proceso digestivo.
El cuerpo necesita de muchas cosas para asimilar los alimentos.
El aparato digestivo está compuesto por una serie de estructuras que deben funcionar sincronizadamente para cumplir su objetivo. Los órganos (boca, faringe, esófago, estómago e intestino) y las glándulas anexas (órganos que producen sustancias que facilitan el proceso) deben trabajar en equipo. Porque la digestión es la sumatoria de procesos mecánicos (masticación, salivación, etc.) y químicos (segregación de saliva y jugos gástricos) para desmenuzar y emulsionar los alimentos y así puedan circular mejor por el aparato digestivo.
El vino tinto y sus taninos (esa sensación de aspereza que marca la lengua) hacen que el organismo genere saliva, una sustancia fundamental para que los alimentos bien masticados ingresen al organismo debidamente humedecidos. Es decir que no solo las carnes (entre muchos otros manjares cotidianos) se disfrutan más con vino tinto gracias a sus características, sino que también se disfrutan mejor gracias a sus propiedades. Porque las texturas de los tintos limpian la boca y despejan las papilas para seguir sintiendo mejor los sabores, al tiempo que ayudan a segregar las sustancias químicas que el cuerpo solicita para digerir mejor.
Esta es otra de las razones por las que se siguen investigando el verdadero alcance de los beneficios del consume moderado de vinos. En una reciente investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad Autónoma de Madrid, quedó demostrado que las bacterias presentes en el vino son capaces de adherirse a las paredes del intestino proporcionando efectos beneficiosos como la exclusión de patógenos o bacterias dañinas.
Además, el estudio confirmó que algunas de las propiedades de las bacterias de ácido láctico aisladas de vino, son similares a los pro bióticos de los lácteos, los alimentos de origen vegetal, el pescado y la carne.
Y como es sabido, el consumo de pro bióticos sirve para mantener una comunidad saludable de bacterias intestinales, con todos los beneficios a la digestión que ello implica.

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