Jonatán Lavallén tendría que estar con nosotros festejando sus 26 años (cumplía el 25 de junio). Pero no, le arrebataron la vida.
Un pibe como cualquier otro, con proyectos a futuro como formar una familia, hijos, progresar en la vida, simplemente vivir la vida.
A él le arruinaron su vida, la de su familia, la de sus sobrinos que aún hoy con su corta edad lo siguen esperando.
Siempre miran al cielo y dicen: "Mirá allá está mi tío" y hacen preguntas como: "Cuándo va a volver el tío? ¿Por qué el tío se fue y no se llevó la ropa? ¿Dios le compra la ropa?
Preguntas que son muy dolorosas y difíciles de contestar sin que se nos caiga una lágrima.
Nosotros hoy en su cumpleaños y todos los días de nuestras vidas vamos a llorar a Joni, un gran hijo, un excelente hermano, un ejemplo para sus sobrinos.
Pero además de llorarlo y no encontrar consuelo en nada, vamos a seguir pidiendo justicia… aunque a algunos les moleste.
Justicia que a nadie le importa porque para la sociedad, para el fiscal, para la jueza de garantías, para el municipio, para asistencia a la víctima, para todo tribunales en general Joni era un pibe más.
Pero para nosotros no.
Al matarlo a él, nos mataron a nosotros como familia, nos arruinaron la vida.
Hoy y aunque nadie nos escuche, seguimos gritando Justicia! Justicia x Joni. Siempre presente.
TRIBUNA DEL LECTOR
COMENTARIOS