“Yo nací en el Barrio Belgrano cerca de la escuela 16, donde hice la primaria. Desde los cinco años hice básquetbol. Siempre íbamos con los pibes del barrio a la cancha del club San Martín. Todavía en esa época era la cancha a cielo abierto.
Gastábamos un par de zapatillas Topper cada veinte o veinticinco días porque el piso era de cemento. Te caías y te raspabas todo. El portón era grande, de color celeste, estaba todo el día abierto. Hacia los laterales estaban los vestuarios y los baños y detrás la cancha de bochas. Los tableros eran de madera, las tribunas eran de cemento. La de la derecha tenía solo tres escalones y la principal alrededor de veinte. Eran escalones altos. A veces hacíamos un picado de fútbol dentro de la cancha, donde improvisábamos los arcos.
Yo arranqué allá por 1980 con cebollitas y después hice toda la carrera en San Martín con las inferiores hasta juveniles y jugábamos en primera división. Traían a Pedro Taulamet, Claudio Santora, entre otros refuerzos que se mezclaban con nosotros.
Todos los años fuimos campeones con las formativas. Parte de la selección de Provincia de Buenos Aires tenía la base de chicos del club San Martín, en mini y preinfantiles.
En la misma camada jugaron Leonardo Buffalino, Germán Henestrosa, Sergio Dalla Corte, Fabio Crespi, Bernardo Ochoa, Marcelo Bartl, Macellaro, los hermanos Scasso. En la selección nos juntábamos con Daniel Pontelli, Daniel Lumbardini, Pancho Sosa, Quique Vignasse.
En el año 1986 el club decide comenzar con la obra de techado del estadio. Muchos jugadores quedamos con posibilidades de ser contratados por otros clubes. Con Bernardo Ochoa pasamos al Club Los Indios que estaba reforzando el equipo para jugar la extinguida Liga Nacional “C” que era lo único que le había quedado a la Confederación Argentina de Básquetbol como organizador de Torneos. La finalidad de los pases fue también el ingreso de divisas para el techado del gimnasio que se les estaba haciendo cuesta arriba. Algunos chicos terminaron en Argentino”.
Los estudios
“Lo que sucedió fue que a los 18 me fui a estudiar a Rosario. Allá practiqué en Newell´s Olds Boys donde estaba César Pastorino, pero me esguincé y me fui a Banco Provincia donde alternaba de acuerdo a cómo iba cursando y rindiendo la carrera de medicina.
Acá pasó algo curioso. Villa Belgrano puso básquetbol hacia 1990 y a mí me agarró una época de paros generales a nivel nacional donde la facultad no dictaba cátedras. Me encontraba en Junín y no estaba jugando. Me vino a buscar Carlos Henestrosa para que le diera una mano porque en ese entonces era dirigente de Villa Belgrano que hicieron un enorme esfuerzo para poner la cancha en condiciones que estaba completamente desmantelada.
Jugué con el Pelado Arisnabarreta, el Manso Lorio, Gustavo Marchesi, el Chango Poggi, Farol Sartor, Quique Acuña, Marcos Violino.
Era una época que se llenaba la cancha de gente, la mayoría seguidores del fútbol que se engancharon con el básquetbol.
Un partido contra Sarmiento la cancha estaba de bote a bote. Teníamos dos libres para empatar el partido e ir a suplementario. Hubo un silencio enorme. Lo único que se escuchó fue una silla de chapa que cayó en el medio de la cancha. Metimos los dos, fuimos a suplementario y lo terminamos ganando.
Villa en ese año llenó la cancha de Ciclista en una semifinal contra Argentino”.
Presidente
“En el club venía trabajando un grupo de asociados que llevaban un par de meses viendo la posibilidad de armar una comisión interaccionando con la actual y de acuerdo a las características de presidente que querían, me encuadraron a mí. Me fueron a hablar para comentarme la idea, nos reunimos un par de veces y decidí aceptar la propuesta.
Económicamente el club tiene algunos problemas con todos los clubes que transitan este tipo de torneos Federales.
En cuanto a infraestructura tenemos algunos proyectos de crecimiento anexando algunas obras para albergar a más chicos y reacomodar la cancha que le hace falta mantenimiento.
Con respecto a la cantidad de socios estamos trabajando con un proyecto de aumentar la masa, interactuar con otras instituciones dado el poco espacio que tenemos como para que el asociado pueda disponer de otros beneficios como pileta de natación, salón de fiestas independientemente de que nosotros utilizamos la cancha para algún evento especial.
También estamos hablando con comercios de la ciudad para que el socio pueda tener algún beneficio.
Tenemos un proyecto para trabajar con grupos sociales vulnerables. La idea es que se arrimen al club para que no haya solamente básquetbol, sino ampliar los deportes para acercarnos a la gente.
San Martín es junto con Argentino quien tiene las cuatro categorías del básquet femenino. Vamos a seguir apuntalando estas categorías porque creemos que es necesario para que siga creciendo también en la ciudad.
La labor en las divisiones formativas es muy buena. Apostamos al semillero del club que es lo que mañana nos va a dar jugadores para la primera división. Actualmente hay una cantidad muy buena de jugadores. La idea es seguir confiando en los técnicos actuales”.
¿Federal?
“La idea es continuar. Pero acá nos vamos a sentar a charlar. Debemos analizar de acuerdo a las propuestas que nos acerquen y evaluar las nuestras. No es fácil. Tampoco vamos a endeudar al club que considero que es mucho más que un año de Liga. La decisión la estaremos tomando después de las vacaciones de invierno. Hay que acomodar algunos tantos.
Hoy es prioritario reordenar y enfocarnos a lo que es la infraestructura del gimnasio. Tenemos algunos eventos en carpeta que los estaremos comunicando en breve”.
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