Conoce los síntomas

La persona hipocondríaca dirige toda su atención a las más mínimas manifestaciones orgánicas o funcionales de su cuerpo, tales como latidos, molestias, dolores, picores, cambios en la piel… fijándose principalmente por la cabeza y el cuello, los órganos del vientre, el tórax y la espalda, las piernas, los brazos, y finalmente los genitales.
Se caracteriza porque observa su cuerpo de manera excesiva con el objetivo expreso de detectar algo anómalo, teniendo un interés casi morboso por todo tipo de informaciones médicas, y desconfían del médico, prefiriendo diagnosticarse ellos mismos. Y es que si descubren cualquier síntoma, siempre tenderán a pensar que están ante algo grave…
Sin embargo, sus molestias suelen desaparecer cuando están mucho más relajados y su mente distraída.

Distintos tipos de hipocondría

Dependiendo de la intensidad de la hipocondría, o, lo que es lo mismo, de la intensidad de las preocupaciones, existen distintos grados:

- Leve
Se caracteriza porque el paciente encuentra cierto alivio en las visitas a su doctor, llegando a aceptar que no está enfermo y eliminando por ende aquellas cuestiones que le preocupaban.

- Grave
La obsesión afecta tanto a su salud física como a su salud mental, llegando a afectar incluso a su propia vida social: siempre está ausente, parece que no tiene la cabeza aquí y que no es capaz de prestar atención.

- Pasajera
Es la que siente absolutamente cualquier persona cuando lee algún tema relacionado con la sanidad o la medicina, y luego se le pasa por completo.

- Falsa
Dicho temor encubre o tapa otros miedos que, en sí, se consideran como una carga realmente pesada.

- Verdadera
 En ella encontramos tan sólo la angustia que causa un presunto mal, sin que oculte un trastorno emocional real.

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