A raíz de distintos estudios que se hicieron a nivel mundial, especialistas llegaron a la conclusión que en casos extremos, los chicos hostigados pueden llegar a suicidarse, cometer homicidios o dejar de estudiar. En tanto, los acosadores “aprenden a romper las normas porque siempre quedaron impunes ante adultos que vieron su comportamiento como algo de chicos”, apuntan los especialistas, que remarcaron la necesidad de que los adultos intervengan para resolver las situaciones.
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