HUBO DOS HECHOS SEGUIDOS DE INGRESO A PROPIEDADES

El Picaflor: “La inseguridad nos está invadiendo”

Si bien reconocen que hay patrullajes, remarcan que se suceden arrebatos con frecuencia. Además, reclaman por otros temas históricos: el estado de las veredas y la poda de los árboles.

Delimitado originalmente por las avenidas San Martín, Primera Junta, Arias y la calle General Paz, más tarde al barrio El Picaflor le fueron anexadas tres manzanas: desde Ramón Falcón hasta Garibaldi, entre Lebensohn y Arias.
Si bien al principio terminaba en la calle Quintana, cuando se realizó un nuevo trazado de los límites barriales, El Picaflor fue extendido hasta la calle General Paz.
En sus 76 manzanas hay una cobertura casi total de los servicios básicos de agua corriente, cloacas y gas natural.
“Estamos bien porque tenemos las necesidades básicas satisfechas”, señala el presidente de la sociedad de fomento, Horacio Tesolín.
Sin embargo, este populoso y tradicional vecindario de nuestra ciudad, tiene algunos temas pendientes de resolución, que vienen de arrastre de un tiempo atrás.

Veredas y plantas
Uno de los reclamos históricos de este barrio es el que tiene que ver con el estado general de las veredas y del adoquinado de las calles, que se levantan producto del crecimiento de las raíces de los añejos árboles del lugar.
Por este tema, Tesolín remarca que hay socios de la sociedad de fomento que se quieren borrar porque dicen que los dirigentes de la entidad “no hacen nada”, al tiempo que aclara que sí hacen las gestiones correspondientes: “Nosotros elevamos los pedidos a la municipalidad  y son ellos los que tienen que dar respuestas. El problema es que aquí las plantas son sagradas y siguen levantando las veredas. Y el vecino no quiere gastar plata en cortar las raíces y arreglar las veredas”.
Pero también hay otro tema, según lo que explica el referente barrial. “Habría que cortar las ramas –comenta– porque el día de mañana, con las tormentas, podrían caerse sobre la línea de electricidad, entonces se corta la luz, estamos a oscuras dos o tres días, hay accidentes y demás. Además, habría que podar en los alrededores de las luminarias para que haya una mayor iluminación. Hay que solucionar ese problema. Nosotros hacemos los reclamos y no hay respuestas”.
En cuanto a la vereda del ex Hospital San José, Tesolín afirma que “están muy altas, parecen montañas”, aunque aclara: “Hice contacto con una persona de ahí y le dije que traten de mantener cortados los yuyos y el cañaveral de ahí adentro, y vi que están haciendo un mantenimiento”.

Alumbrado y desagües
En cuanto al alumbrado público, aseguran que “está bastante bien”, pero subrayan que “se hacen cortes rotativos y a la gente no le gusta estar a oscuras”. No obstante, dicen que cuando se hacen los reclamos, se solucionan “en dos o tres días”.
Por otro lado, Tesolín señala que el barrio tiene desagües “hasta la calle Borges, pero desde ahí a Primera Junta, no hay”, por lo que no hay un buen escurrimiento del agua de lluvia.
“Con la caída de las hojas se nota porque se acumula el agua –explica– aunque cuando se tapa algún lugar, a los pocos días desde la municipalidad lo destapan, así que, dentro de las posibilidades, porque Junín es muy grande, están trabajando bien”.

Alertas por la inseguridad

Finalmente, la inseguridad es otro tema que inquieta a los residentes, en especial, a partir de dos hechos seguidos que se dieron en los últimos días.
“El problema es que la inseguridad está invadiendo esta zona”, enfatiza Tesolín con preocupación, para luego agregar: “Hubo dos robos seguidos en estos días, en lugares donde tienen medidas de seguridad como alarmas, cámaras y demás”.
Si bien reconoce que se ven patrullajes, inclusive rondas de motopolicías, advierte que eso no redundó en una mayor seguridad, ya que, a “los arrebatos a las mujeres, a las que les sacan las carteras”, se le suman otros hechos de ingresos a viviendas o comercios.

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