Don Elías Abraham se hizo socio de Sarmiento cuando el club tenía apenas 18 años y hoy, que ya es una institución centenaria, sigue siendo vitalicio y mantiene la pasión como en aquellos años 20.
De hecho, en la actualidad en día es el socio más antiguo y su carnet tiene el número 3.
Oriundo de Las Morochas, asevera que ese barrio es tan fiel “a Sarmiento en el fútbol” como “a Argentino en el básquet”.
Y él –al igual que sus diez hermanos– siempre fue un “fanático” verdolaga. “Mi mamá, que no sabía si la pelota era redonda o cuadrada, también era hincha de Sarmiento”, grafica sonriente Abraham.
Socio
Ya desde muy chico, Elías lustraba zapatos para ayudar en la economía familiar.
Tenía nueve años cuando estaba con otros dos lustradores pequeños, Elías Mussi y “un tal Salomón”, y los invitó a ver a Sarmiento, cuya cancha estaba “donde ahora está el Asilo de Ancianos”. Como no los dejaron entrar, se colaron: “Hicimos como el peludo, escarbamos, levantamos el alambrado y pasamos”.
A partir de ese día siguieron haciendo lo mismo todos los domingos, hasta que una tarde, en un partido contra Jorge Newbery, lo agarró un policía: “Me pegó tantas patadas en los tobillos que me hizo gritar como nunca”, recuerda Abraham.
Según dice, “la barra” de Sarmiento lo sacó de esa situación y luego, Simón Behety y Sebastián Pincetti, dos de los fundadores del club, lo invitaron a hacerse socio: “La cuota era de 20 centavos y yo con un par de lustradas podía pagarla, así que le dije a mi mamá y lo hice”.
Esto sucedió en el año 1929 y Elías tenía nueve años.
Desde entonces, empezó a seguir a Sarmiento y a ver todos los partidos, aunque nunca jugó al fútbol en el club.
Lineman y miembro de la comisión
En la época en que trasladaron la cancha a Arias y Necochea, Abraham trabajó mucho por el club. Pintaba, cosía pelotas (por su oficio de talabartero), y hacía de referí en las prácticas de los chicos.
Fue en esa época cuando le ofrecieron ser árbitro, pero él no quería que insultaran a su madre, entonces fue lineman, una actividad que desarrolló durante años.
A partir de su compromiso, fue convocado por el doctor Abraham Piñeyro –por entonces presidente del club– para invitarlo a sumarse a la comisión directiva, algo que aceptó enseguida. “Quisiera que en el club hubiera cuatro que trabajen como vos”, le dijo Piñeyro.
En la comisión estuvo unos cinco años y asegura que le gustó “mucho” esa etapa. Luego renunció cuando –siendo él el delegado de la Intermedia– sacaron a Elías Mussi: “Era el mejor arquero que tenía Sarmiento y pusieron a uno de afuera que no atajaba una”, se lamenta.
En ese entonces, Elías ya era muy amigo de Juan Duarte, a quien había conocido a raíz de que el hermano de Eva, como representante de Jabón Federal, le vendía a un tío suyo que tenía un almacén. “Él era fanático de Sarmiento como yo”, evoca.
Y enseguida recuerda fue Duarte el que propuso hacer la cancha para Sarmiento, pero para eso, debía irse el doctor Piñeyro, “porque era conservador”.
Para Abraham, fue dolorosa la salida de Piñeyro pero, al mismo tiempo, resultó “una emoción muy grande” la construcción del estadio Eva Perón.
“La alegría grande”
La pasión de Abraham por el Verde se mantuvo inalterable durante décadas y en el año 1978 fue distinguido como socio vitalicio de la institución.
Según dice, “el mejor presidente en el amateurismo fue el doctor Piñeyro”. Al mismo tiempo, sostiene que “durante el profesionalismo, no hubo otra comisión como la que encabeza Fernando Chiófalo”.
En tanto, para Elías el mejor equipo que vio fue “el del primer año en los campeonatos de AFA, con la delantera Pentelli, Segini, Espinoza, Tanzi y Pelli, un equipo que no dio la vuelta olímpica porque tenía que salir campeón Gimnasia, porque el Gobernador era de ese club”.
También destaca a otros jugadores que vistieron la casaca verde, como Heber Pérez, Horacio Barrionuevo, el ‘Lobo’ Fischer, o el ‘Toti’ Iglesias. “Eran unos cracks”, afirma, para luego destacar a Juan Carlos Montes entre los directores técnicos.
Por supuesto que en todos estos años vivió muchos sinsabores. Para él, el peor fue en “el campeonato que llevaba ocho puntos y lo perdió en las últimas fechas”.
“Muchas veces lloré por Sarmiento, uno se amarga cuando pierde”, aclara.
Con tanto años en el club, Abraham es muy reconocido por ser hincha del verde. “Cuando hablé en la cena por los cien años de Sarmiento, como 70 personas vinieron a sacarse fotos conmigo–, y en la cena de la cúpula de la Rural, más todavía. El día que ascendió, que salió tanta gente a festejar, me llevaron a la municipalidad, me subieron al balcón y me saludé con todos los jugadores”.
Por todo esto es que para Elías Abraham estos colores son muy importantes: “Sarmiento es la alegría grande de mi vida, desde chiquito iba a la cancha, ponía el banderín en el cajón de lustrar y desde ese entonces hasta hoy, sigo con el club”.
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