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EN EL INICIO DE LA SEMANA SANTA

La comunidad católica de Junín celebró el Domingo de Ramos a pura emoción

La festividad religiosa, que recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén, fue conmemorada por cientos de fieles en las distintas parroquias en esta ciudad. Según manifestó el sacerdote Marcelo Siri, esta celebración congrega a la familia en conjunto.

Con fervor y emoción, cientos de juninenses concurrieron ayer a las iglesias locales para formar parte de la celebración del Domingo de Ramos, la festividad que recuerda la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén y que marca el inicio de la Semana Santa.
El sacerdote a cargo de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, Marcelo Siri, destacó el sentimiento que generan este tipo de fechas en la feligresía y puntualizó la importancia de este evento religioso en particular. “Estamos ante un acontecimiento que evoca el reconocimiento hacia Jesús, no como alguien más sino como lo que en aquella época era definido como el hijo de David, y así surge esto de los ramos como una ofrenda que ya se utilizaba en aquel momento histórico”, dijo el cura en charla con Democracia.
Siri afirmó que el Domingo de Ramos “es ciertamente el momento dentro de la Semana Santa que congrega la mayor cantidad de gente, incluso más que la Pascua, y reúne por lo general a las familias y a los chicos, que de la mano de la catequesis inician un acercamiento más profundo con nuestro Señor”.

La celebración
En efecto, los textos evangélicos indican que el Domingo de Ramos es aquel en el que los cristianos conmemoran la entrada triunfal de Jesús de Nazaret en Jerusalén, aclamado por la multitud, días antes de su pasión, muerte y resurrección. Dicho domingo da inicio a la Semana Santa.
La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el Nuevo Testamento, de la Biblia, siendo mencionada por todos los evangelios canónicos: (Evangelio de Mateo capítulo 21, 1-9; Evangelio de Marcos capítulo 11, 1-10; Evangelio de Lucas, capítulo 19, 28-40; Evangelio de Juan, capítulo 12, 12-19)
Antes de entrar a Jerusalén, Jesús se detuvo en Betania y Betfagé, y el Evangelio de Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas María y Martha. Ahí, se describe que Jesús envió a dos discípulos (no mencionados) a la aldea cercana, con órdenes de recuperar un borrico que había sido atado, pero nunca montado y dijo: “Si os preguntan, decid que el Señor necesita el borrico, y que les será devuelto luego”.

La descripción en los Santos Evangelios
Los Evangelios describen cómo Jesús entró a Jerusalén y cómo la gente alfombraba su camino y también cómo dejaba a un lado pequeñas ramas de árbol. La gente también cantaba una parte del Libro de los Salmos, específicamente los versículos 25-26 del capítulo 118: “...Bendito es el que viene en el nombre del Señor. Bendito es el enviado del Reino de Nuestro Padre David…”.
El lugar de esta entrada no está especificado, pero se supone que tuvo lugar en la Puerta Dorada, desde donde se creía que el Mesías entraría a Jerusalén, otros estudiosos piensan que el lugar fue hacia el sur, pues tenía entrada directa hacia el templo.

Los Ramos
Según los estudiosos de la religión católica, los ramos no son algo así como un talismán o un simple objeto bendito, sino que significan el signo de la participación en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres.

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