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ESCRITOR DE DILATADA TRAYECTORIA

Norberto Pannone: "Me siento un misionero de la literatura"

Además de editar 14 libros, fue vicepresidente de la SADE y actualmente es el titular de la Asociación Latinoamericana de Poetas. También fue folclorista, pero dejó la música y se manifiesta orgulloso porque esa actividad hoy se prolonga en su hija.

Norberto Pannone asegura que su inclinación artística le llegó de manera natural. Recuerda que durante su infancia y juventud en el campo “vivía escuchando Radio Nacional”, en donde había “buena música, teatro leído”, pero siempre sintió esa afición hacia la cultura. “Vino con migo, estuvo siempre en mis genes”, afirma.
Empezó a escribir poesías con un detonante común en la adolescencia: el enamoramiento con la compañerita de la escuela. “A partir de ahí nació ese lirismo que estaba dentro mío”, dice, aunque enseguida siguió su camino artístico por la música.

Música y cantante
Estudió música con el profesor Mancuso pero en ese entonces no podía comprar un bandoneón, por lo que siguió con la guitarra: “El que me enseñó fue Osvaldo Moris, que para mí fue un gran maestro, como músico y como persona”.
Enseguida, sin hacerle caso a Moris, empezó a cantar y se inclinó por el folclore. Se presentó en peñas y clubes y en el año 1969 llegó al prestigioso Festival de Baradero, donde ganó la primera ronda y perdió la final nada menos que con Carlos Torres Vila.
Siguió con el folclore y logró firmar un contrato con la discográfica Music Hall. “Después de haber pasado las pruebas –recuerda– desde la compañía me pidieron que grabara temas de otras personas, siendo que yo hacía mis propias canciones. Yo me negué y con ese orgullo juvenil, me cerré las puertas solo”.
Después de eso, el folclore quedó de lado.

Literatura

A partir de entonces, se dedicó pura y exclusivamente a la literatura y publicó 14 libros.
“Lo mío es la poesía popular, que es la verdadera poesía”, comenta Pannone, y enseguida profundiza: “Decía Antonio Machado, ‘si vais para poetas, cuidad vuestro folclore, porque la verdadera poesía la hace el pueblo’. Y es cierto. Yo hago una poesía que está entre lo lírico y lo popular, porque a mí no me gusta la poesía de claustro. El poeta debe escribir para el pueblo”.
Empezó escribiendo aforismos y poesía para luego incursionar en el cuento y más adelante en la novela. Ésta fue “Las estrellas mueren al amanecer”, cuya escritura demoró tres años.
Según dice, “todo tiene que ver con la inspiración, por supuesto que hay técnicas que hay que aprender, no hay que renegar de la escolástica y se deben respetar los talleres literarios porque siempre se aprenden cosas, pero la esencia, lo real de todo esto viene con uno”.
Advierte que como autor abarca una gran cantidad de temas, aunque en el último tiempo se está inclinando por “los temas sociales”, y ahonda: “Es como que lo que ocurre alrededor de uno deja de serle indiferente. A esta altura, uno tiene vivencias y el poeta lo es en la medida en que tenga vivencias: si uno le pregunta a un asno qué es el mundo, el animal, que está todo el día con la cabeza gacha comiendo pasto, dirá que el mundo es un plato de hierba. Entonces son las vivencias las que hacen tener distintos puntos de vista y otras concepciones de las cosas”.
Tan fuerte fue su conexión con la escritura que ya no volvió a la música. Pero en esto también tuvo influencia la carrera de su hija, la reconocida cantante Claudia Pannone: “Me hice grande y mi voz ya no fue la misma, pero además, cuando mi hija comenzó con esta actividad, yo me vi prolongado en ella, y ése es un gran orgullo para un padre”.

Entidades
En el año 1999 le encargaron la organización de una seccional de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en Junín. Tal año siguiente fue puesta en marcha con la presidencia de Pannone, que se mantuvo por dos períodos de tres años.
Luego pasó a la SADE central, donde fue vicepresidente.
En la actualidad preside la Asociación Latinoamericana de Poetas, Escritores y Artistas (ASOLAPO), una entidad que tiene 230 miembros de países como Rumania, México, España, Francia, Italia, Israel. “Es un grupo sin fines de lucro cuyo único interés es el de compartir nuestros trabajos”, relata.

Balance
Resulta difícil definir a Norberto Pannone, que es autor, músico, escritor y poeta. “Soy un adepto al arte –explica él– y eso se canaliza a través de distintas actividades. El arte también me llevó a diferentes partes del mundo. Por ejemplo, he ido varias veces a Santander y Torrelavega, España, a explicar cómo se escribe, a pibes de colegios primarios, y me sorprendió mucho la cultura que hay ahí y el interés en el tema, por parte de los chicos. Y es interesante volcar la experiencia porque hay cosas que no se aprenden en una universidad, no hay un título de escritor o poeta, con esto se nace”.
De hecho, sus poemas fueron traducidos a las más variadas lenguas, entre ellas: inglés, francés, portugués, italiano, catalán, quechua, mapuche, guaraní y muchos más.
Luego de reclamar por “un espacio para la cultura” dentro de la comunidad juninense “para que el escritor pueda mostrar lo que hace”, Pannone explica sus sensaciones como escritor: “Yo me siento un misionero de la literatura, y eso es lo que vale. Mi misión es escribir y dejar un mensaje, que es lo importante”.

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